Brasilia - El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, advirtió ayer sobre una eventual situación de caos social inminente a raíz del toque de queda nocturno y cuarentenas estrictas adoptadas por los gobernadores para enfrentar el colapso hospitalario por la explosión de contagios y muertes por coronavirus.
Agita Bolsonaro el fantasma de los saqueos por las restricciones previstas por los estados
El ultraderechista puso en duda el número de muertos en momentos en que el país se acerca al colapso sanitario. El gobernador de San Pablo dijo que esta "es la peor crisis de nuestra historia".
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Además, durante una transmisión en vivo por la televisión oficial con legisladores, puso en duda la cantidad de muertos por covid-19. “¿Hasta cuándo resistirá nuestra economía? Porque si colapsa, será una desgracia. Podremos tener en breve invasión a supermercados, prenderán fuego a los colectivos, huelgas, piquetes, cortes de ruta. ¿A dónde vamos a llegar’”, afirmó el mandatario, gritando, al lado del ministro de Economía, Paulo Guedes.
Bolsonaro reaccionó así al comentar el toque de queda nocturno decretado por el gobierno de Brasilia y el ingreso a la fase de emergencia del estado de San Pablo, con suspensión de casi todas las actividades debido a que están al borde del colapso de camas de terapia intensiva para enfermos de la segunda ola de covid-19.
Bolsonaro dijo que hay casos de suicidios por depresión y desempleo y se quejó de que “ya no se habla más de atender cáncer u otras enfermedades”.
“Me llegaron casos de que el médico pone como motivo de muerte ‘sospecha de covid’ y se suma a la lista de muertos por covid”, dijo el mandatario. “Lamento esta desgracia que se abatió sobre el mundo pero hay que mirar para adelante”, afirmó.
También calificó de “estado de sitio” las medidas adoptadas por los gobernadores, aunque esta es una potestad sólo del presidente de la República con autorización del Congreso.
El mandatario recordó que el año pasado el Gobierno ejecutó la ayuda económica a 65 millones de personas tras la aprobación por parte del Congreso. El cuerpo legislativo evalúa repetir la ayuda por otros cuatro meses.
El estado de San Pablo, el más importante y castigado por la emergencia sanitaria en Brasil, va a reforzar el aislamiento social con el cierre de escuelas y templos evangélicos, informó ayer la prensa local.
Se prevé que el gobernador paulista Joao Doria anuncie un aislamiento más severo al que está en vigor desde el sábado pasado con el cierre de escuelas y templos. “Tenemos que adoptar medidas más restrictivas, es la única forma de contener las muertes”, dijo el gobernador Doria en un video, en el que no brindó más precisiones. “Es la peor crisis de nuestra historia”, dijo.
Más del 80 % de las habitaciones de terapia intensiva están ocupadas en el estado donde, desde la semana pasada, murieron al menos 30 personas aguardando un lugar en esas habitaciones hospitalarias.
En Río de Janeiro, la segunda ciudad más grande del país, en tanto, el secretario de Salud del estado, Carlos Alberto Chaves, afirmó que el Gobierno analiza frenar el ingreso de turistas para contener la covid-19, a partir de un estudio de indicadores de acá al viernes.
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