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La inflación “natural” en Argentina duplica la que se vive mes a mes
El segundo componente que incide en la tasa de inflación de manera determinante es la tasa de emisión de base monetaria, que en las actuales circunstancias, debería cambiarse por la tasa de creación de pasivos monetarios del Banco Central, dado que la generación de Lebac, Leliq y pases pasivos no es otra cosa que emisión. Este guarismo se encuentra cómodamente instalado por encima del 25 % anual y depende el mes supera con creces el 30% anual, por lo que tampoco por el lado de la política monetaria podemos esperar un descenso importante en la tasa de inflación. Es necesario recordar cuando se habla de política monetaria que la tasa de interés es en Argentina altamente inefectiva para luchar contra la inflación por el bajo componente crediticio que existe dentro del PBI argentino.
Por ello, tanto por el lado del déficit fiscal como por el lado de la creación de pasivos monetarios del BCRA la tasa de inflación del 25% anual actual está más que justificada. Puede decirse que si el Estado no refinanciara parte de su deuda mes a mes usando nuevos instrumentos de deuda, y hubiera que financiar todo el déficit con lisa y llana emisión monetaria, Argentina estaría padeciendo una tasa de inflación de al menos el 50 % anual que es la tasa natural de inflación que el país debería padecer con su nivel de déficit fiscal.
Queda un último factor generador de inflación que dista de ser el menos importante: la tasa de devaluación. Desde el Banco Central se han levantado voces muy críticas del cambio de las metas inflacionarias del 10% al 15% que ocurrieron en diciembre pasado. Se dice en el ente rector de política monetaria que esa ha sido la causa de las actuales presiones sobre el precio del dólar y de una buena parte de la alta tasa de inflación del primer cuatrimestre de 2018 conjuntamente con las tarifas públicas.
Pero lo cierto es que la inflación no es ni de lejos el único problema económico de la Argentina. Probablemente tampoco sea el principal: el déficit de cuenta corriente de balanza de pagos se encuentra en una cifra récord de 5,5% del PBI y no actualizar el valor del tipo de cambio equivale a aumentar ese déficit que asume cifras muy peligrosas. Así, por evitarse un par de décimas de inflación mensual el país no puede correr el riesgo de caer en una crisis de sector externo dado que las variables de las cuales depende la estabilidad de la balanza de pagos son en principio dos: el acceso al crédito internacional, que parece ser últimamente más caro y escaso, y el valor real del dólar que ha quedado muy desactualizado. En tal sentido, haber sincerado al menos un poco la meta de inflación ayuda a descomprimir es cierto que no demasiado, pero algo a fin de cuentas las presiones devaluatorias que podrían tornarse incontenibles a medida que siga transcurriendo 2018.
¿Es alta la tasa de inflación en Argentina entonces? La respuesta que cae de madura después de analizar el déficit fiscal, la tasa de emisión monetaria y de creación de pasivos monetarios del Banco Central y la tasa de devaluación indican que no. Que incluso podría ser bastante más alta. Dado que la emisión estaría por encima del 50% anual si no hubiera acceso a tomar deuda, la tasa de inflación natural de este modelo económico no es menor a esa cifra.
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