14 de mayo 2025 - 23:30

Jugó en Boca y San Lorenzo, pero su carrera en el fútbol quedó marcada por un atentado que lo tuvo al borde de la muerte

La resiliencia y pasión por el fútbol de Claudio le permitió volver a las canchas luego de pelear por su vida.

El jugador que sufrió el atentado más grave del fútbol argentino. 

El jugador que sufrió el atentado más grave del fútbol argentino. 

La vida del deportista de por si no es fácil. La disciplina, exigencias, mucho esfuerzo físico y mental y criticas constantes son elementos cotidiano de jugadores profesionales. En Argentina, el fútbol es el sueño de muchos chicos y llegar a primera es de los deseos más pedidos. Claudio Zacarías estaba cumpliendo el suyo, cuando sufrió un ataque terrible.

El domingo 8 de mayo de 1988 el plantel de San Lorenzo sufrió un ataque con una bomba de estruendo mientras se cambiaban para disputar el partido contra Instituto en Alta Córdoba, y la vida de Zacarías pasó a pender de un hilo. Sin embargo, luego de pelearla, pudo volver a jugar y todavía se mantiene unido a su pasión.

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Cómo fue el atentado a Claudio Zacarías en 1988

El atentado a Claudio Zacarías se registró en 1988, un hecho que hoy se analiza 34 años después con base en declaraciones y cobertura mediática. Según informes, lo sucedido no fue producto de un accidente, sino un acto deliberado contra el exfutbolista de San Lorenzo.

El hecho ocurrió en el vestuario del estadio de Alta Córdoba, donde explotó una bomba de estruendo cuando los futbolistas llegaron al vestuario. Se desprendió un vidrio que le terminó dando en la axila izquierda de Zacarías, muy cerca del hombro. Perdió casi tres litros de sangre y, a pesar de que fue inmediatamente trasladado al hospital zonal, despertó después de dos días.

Las crónicas indican que a Zacarías lo sacaron del vestuario José Luis Chilavert, que en aquellos momentos daba sus primeros pasos en Primera y el Negro Juan Mendoza, kinesiólogo de aquel equipo. El plantel del Ciclón era comandado por el Bambino Veira. Yo creí que se moría, contó poco después de aquella jornada.

Tras dos operaciones y la suspensión del partido, Claudio Zacarías salvó su vida y también su zona más afectada. De todos modos, perdió prácticamente la movilidad de su mano y quedó con un 70% de incapacidad en el brazo. Así, colgó los botines a los 27 años.

El emotivo regreso al fútbol con la camiseta de San Lorenzo

Junto a Juan Mendoza, siguió al pie de la letra cada paso del proceso de recuperación. Su deseo era claro: volver a jugar al fútbol, sea como fuera. Y lo logró. Volvió a entrenarse con sus compañeros y, aunque sabía que ya no era el mismo, su fuerza de voluntad lo empujó a seguir adelante.

El 8 de diciembre de 1991 marcó un antes y un después: ese golazo a River con la mano vendada, gritado con alma y vida en la cancha de Vélez, quedó grabado en la memoria del hincha azulgrana. Más tarde, su carrera continuó incluso fuera del país, y tras su paso por el fútbol turco, regresó para jugar en Talleres de Escalada, dirigido por su hermano Alberto.

Con el tiempo, dejó la actividad como jugador, pero siguió vinculado al fútbol como entrenador en el ascenso, pasando por clubes como San Telmo, Deportivo Laferrere y Sportivo Italiano. También fue convocado por la dirigencia de Daniel Angelici para trabajar en las inferiores de Boca y se mantuvo en el cargo hasta que la llegada del nuevo consejo de fútbol.

Hoy, a los 56 años, disfruta de la vida familiar junto a su madre Angélica, su esposa Patricia y sus hijos Milagros, Melody, Santos y Matías.

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