El fútbol internacional vivió un momento histórico en 1930 con la primera final de la Copa del Mundo, un evento que marcaría para siempre el rumbo de este deporte. El encuentro no solo enfrentó a dos potencias de la época, sino que también dejó anécdotas y polémicas que todavía se recuerdan.
La competencia que cambió la historia del fútbol: a 95 años de la primera final de la Copa del Mundo
Con una final apasionante que marcó el camino del torneo más importante del fútbol, Uruguay salió campeón y dejó varias joyas para el recuerdo.
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Uruguay se quedó con la primera edición de la Copa del Mundo de fútbol.
A 95 años de aquel partido, la trascendencia de lo sucedido en Montevideo sigue vigente. La pasión, la rivalidad y los hechos que rodearon la final entre Argentina y Uruguay se convirtieron en parte de la memoria colectiva del fútbol.
Argentina y Uruguay, las primeras selecciones de fútbol en llegar a la final del Mundial
La final se disputó el 30 de julio de 1930 en el Estadio Centenario de Montevideo ante unas 93 mil personas. Argentina y Uruguay llegaron tras superar a sus rivales con una superioridad notable. Los locales eliminaron a Perú, Rumania y Yugoslavia, mientras que la albiceleste venció a Francia, México y Chile.
El encuentro estuvo cargado de tensión y se decidió luego de un trámite cambiante. Argentina llegó al descanso con ventaja de 2-1, pero en el segundo tiempo Uruguay reaccionó y se impuso 4-2. Con goles de Pablo Dorado, Pedro Cea, Santos Iriarte y Héctor Castro, los celestes lograron la primera consagración en la historia de los Mundiales.
Uruguay campeón: la particular premiación de la primera Copa del Mundo
La entrega de premios fue tan recordada como el partido en sí. Aquel día no estuvo presente el trofeo oficial Jules Rimet, ya que la FIFA no lo había enviado a tiempo. En su lugar, se utilizó una copa alternativa confeccionada en Montevideo que fue entregada a José Nasazzi, capitán de la selección uruguaya.
Esta situación generó durante décadas la creencia de que el trofeo levantado por Uruguay en 1930 era falso. Muchos años más tarde se confirmó que se trataba de una copa legítima, pero distinta de la original Jules Rimet, la cual recién llegaría tiempo después.
Otra particularidad fue la entrega de medallas. A diferencia de lo que ocurre hoy, no todo el plantel fue premiado. Solo los once titulares uruguayos recibieron la distinción en un acto realizado meses más tarde, el 11 de noviembre de 1930, en una ceremonia oficial que corrigió la improvisación del festejo inicial en el Centenario. Este hecho se convirtió en uno de los episodios más curiosos de la historia de los Mundiales y refuerza la importancia simbólica de aquella final, que marcó para siempre el destino del fútbol internacional por la creación del torneo más anhelado por todos los futbolistas del mundo.
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