Sand se adueñó de un clásico apasionante, que tuvo de todo
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De entrada, Lanús agarró dormida a la defensa de Banfield, porque lo apuró, lo presionó para que no pueda salir jugando, y buscó siempre desbordar por los costados.
Así fue como llegó la primera aproximación, con Lautaro Acosta lanzado en velocidad por la izquierda a pura habilidad, que recibió la clara infracción de Rodríguez, para generar el penal.
Sand se hizo cargo de la ejecución con un potente remate a la derecha de Hilario Navarro, que adivinó el palo pero no llegó a desviar.
Era un tanto que aliviaba la presión que podía generar la gran cantidad de público que llegó hasta el estadio, sediento de una victoria que haga olvidar el mal reinicio del torneo.
Pero la alegría no le iba a durar mucho, porque a la salida de un córner donde no salió rápido a presionar la pelota, Bettini apareció en el segundo palo para aprovechar un tiro con desvío en el camino y definir ante la desesperación de Esteban Andrada.
De ahí hasta el descanso, Banfield estuvo mejor plantado en la cancha, porque cerró bien los caminos a Lanús y encontró espacio para correr el contragolpe.
La más clara estuvo en los pies de Sarmiento, que habilitado de lateral por un inteligente Darío Cvitanich, quedó de frente a Andrada, que con su rostro ahogó el grito del "Taladro".
• Se repite la historia.
En el segundo tiempo, Lanús volvió a agarrar mal parado a la defensa de Banfield de entrada, encontró una triangulación profunda que dejó a Sand de cara al arco y Rodríguez lo empujó de forma infantil delante de los ojos del árbitro, que sancionó correctamente penal y expulsó por doble amarilla al defensor visitante.
Fue el propio "Pepe" el que volvió a tenerse confianza y no falló ante Hilario Navarro, para colocar el 2-1 y devolver la tranquilidad a Almirón y compañía.
Es que con un hombre más, la cancha pesada que motivaba un mayor desgaste físico, parecía estar todo dado para que Lanús lo defina de contragolpe.
Pero en una de las primeras y únicas aproximaciones del segundo tiempo de Banfield, a los 21 minutos, un córner desde la izquierda al primer palo dio en la mano de Sand, que saltó para rechazar pero calculó mal, y Pedro Argañaraz no dudó en cobrar su tercer penal de la tarde.
El "mediático" Sarmiento cambió por gol con un fuerte remate contra el palo derecho de Andrada y desató la locura de Banfield, que con uno menos volvía a emparejar el marcador.
Pese a la igualdad, Lanús siguió intentando con sus convicciones, lo arrinconó a Banfield, mantuvo la paciencia para esperar el momento del estiletazo y vio como perdía una y otra vez opciones claras de gol.
Por eso, lo que pasó a los 35 minutos fue un premio a un estilo, a no claudicar las ideas, porque después de una serie de toques "posicionales", Nicolás Pasquini rompió la última línea, controló con el pecho y remató cruzado al segundo palo, donde estaba solito el marcador central jujeño Marcelo Herrera para empujar sin problemas y hacer delirar a la hinchada "Granate".
Banfield tuvo que salir desesperado, agobiado por el poco tiempo que quedaba para llevarse algo de su visita a Lanús, pero lo hizo casi sin ideas.
Le faltó claridad y profundidad para poder complicar a Andrada, y encima, se expuso mucho más en defensa, algo que Sand no iba a desaprovechar.
Otra vez Pasquini se vistió de asistidor para meter la pelota en el espacio donde picó Román Martínez, que no fue para nada egoísta y al enfrentar a Navarro, se la cedió a Sand.
Lanús festejó un triunfo con doble condimento: haberse quedado nuevamente con el clásico y haberse recuperado de esta "mini-racha" negativa en el reinicio del campeonato.
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