El ministro de Economía, Luis Caputo, insistió este martes con la posibilidad de implementar un plan que busca consolidar la dolarización endógena, un proceso donde los argentinos adopten el billete verde por decisión propia, sin suprimir el peso. Detrás de esta posibilidad se esconde, a no dudarlo, la instalación de un supuesto clima de "estabilidad monetaria" que el Gobierno estima valioso para empujar sus chances electorales.
Dólar: cómo es la neoconvertibilidad que busca implantar el Gobierno a fuerza del "ahorro de los argentinos"
Apuesta a sumar dólares en la economía para implementar una banda cambiaria de facto dentro de la banda oficial anunciada el 11 de abril.
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Efecto salida del cepo: en abril, el dólar oficial trepó casi 9% y los financieros cayeron hasta 10%

El Gobierno apuesta a generar una banda dentro de la banda de flotación anunciada para el dólar.
Este esquema, que pareciera querer evocar la convertibilidad de los años 90 pero con un enfoque renovado, propone una "competencia de monedas" para remonetizar una economía con un circulante que apenas cubre la mitad de lo habitual. Sin embargo, la estrategia no está exenta de controversias, tanto en el ámbito doméstico como en el internacional.
Un elemento central de la neoconvertibilidad, según la consultora PxQ, es la implementación de una banda cambiaria de facto dentro de la banda oficial anunciada el 11 de abril. Mientras la banda original oscila entre $1.000 y $1.400, la "banda interna" opera entre $1.060 y $1.200, y teóricamente le permite al Gobierno moderar la volatilidad del tipo de cambio oficial, evitando que los movimientos bruscos se trasladen a los precios y alimenten la inflación.
El Gobierno, a través de intervenciones activas del Banco Central (BCRA) y señales como el aumento de retenciones a exportaciones oleaginosas previsto para el 30 de junio, intenta convencer al mercado de que el dólar permanecerá cerca del piso de esta sub-banda, un enfoque que, según los analistas consultados, refleja una "flotación libremente administrada" más que una libre flotación.
Dólar, la banda dentro de la banda y los dilemas
Esta banda dentro de la banda, sin embargo, plantea dilemas. Aunque permite contener la volatilidad cambiaria, limita la acumulación de reservas, ya que el BCRA solo compraría divisas si el tipo de cambio perfora los $1.000, un nivel que el mercado evita, anticipándose a un rebote. Este diseño choca con las metas del acuerdo con el FMI, que requiere acumular u$s4.300 millones para junio de 2025.
La intervención en contratos de dólar futuro en ROFEX, presumiblemente por parte del BCRA, refuerza esta estrategia de control, incentiva el "carry trade" y mantiene el tipo de cambio en un rango estrecho, pero a costa de comprometer la transparencia y la acumulación de divisas. A esta estrategia el Gobierno quiere sumarle mayor inyección de dólares proveniente del "ahorro de los argentinos".
El presidente del BCRA, Santiago Bausili, ha defendido esta visión, argumentando que los u$s200.000 millones que los argentinos guardan fuera del sistema formal —en efectivo, cajas de seguridad o cuentas no declaradas— son un activo clave para dinamizar la economía. "Los dólares están ahí", afirmó en un foro en Washington, subrayando la intención de integrarlos al circuito formal. Medidas como la exhibición de precios en pesos y dólares y los pagos en moneda extranjera con tarjetas de débito, habilitados desde enero de 2025, son pasos iniciales, aunque su adopción sigue siendo marginal, con menos del 0,3% de las transacciones en dólares.
Disciplina fiscal, reservas y juegos geopolíticos
La neoconvertibilidad se sostiene en una disciplina fiscal y monetaria estricta. El Gobierno sostiene que eliminó el déficit fiscal y clausuró las fuentes de emisión monetaria, como el financiamiento al Tesoro y los intereses de pasivos del BCRA. Esta contracción de la oferta de pesos busca fortalecer su valor, obligando a los privados a vender dólares para obtener moneda local. El blanqueo de capitales, que atrajo más de u$s20.000 millones de dólares, y un acuerdo con el FMI por u$s20.000 millones adicionales han fortalecido las reservas, permitiendo un esquema de bandas cambiarias móviles que, en la práctica, se ve restringido por la banda interna.
La salida del cepo cambiario, negociada con el FMI, redujo la brecha entre el dólar oficial y el libre sin desencadenar una crisis, un logro que Caputo destacó en la ExpoEFI. Criticando el modelo previo, que generó un déficit turístico de u$s997 millones en marzo de este año, el ministro prometió un tipo de cambio competitivo y un crecimiento superior al 6% anual. Sin embargo, la transferencia de utilidades del BCRA al Tesoro por $11,7 billones, destinada a cancelar deuda privada, introduce una señal de relajamiento monetario que podría aumentar la presión sobre el tipo de cambio y la inflación.
Kristalina vs. Bessent, la película
El FMI, reacio a la dolarización endógena, aboga por un tipo de cambio totalmente flexible, como en Perú o Uruguay, y ve con preocupación las intervenciones del BCRA y la laxitud monetaria. Analistas estiman que sostener la neoconvertibilidad requiere entre u$s50.000 y u$s70.000 millones en reservas, un objetivo difícil si el BCRA no acumula divisas dentro de la banda. Las tensiones con el Fondo son evidentes, pero el Tesoro de los Estados Unidos parece otorgarle a Caputo un margen de maniobra. Fuentes sugieren que Washington, posiblemente por intereses geopolíticos, tolera que el ministro explore caminos fuera de las directrices del FMI, un respaldo que podría interpretarse como un guiño político para maximizar las chances electorales del Gobierno.
Los riesgos son múltiples. La dependencia de reservas, vulnerable a shocks externos como una caída en las exportaciones agropecuarias, amenaza la sostenibilidad del esquema. La banda interna, aunque efectiva para controlar la volatilidad, frena la acumulación de divisas, comprometiendo metas clave con el FMI y la reducción del riesgo país. Además, la transición hacia una economía más dolarizada podría agravar la desigualdad, afectando a los sectores que operan en pesos y enfrentan precios referenciados en dólares.
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