El empresario y desarrollador de Nordelta, Eduardo Costantini, trazó un diagnóstico optimista pero prudente -y con algunas alertas- sobre la actual coyuntura argentina y el plan económico del Gobierno de Javier Milei. Si bien reconoció importantes avances en materia fiscal y una mayor consistencia en la macro respecto al pasado reciente, advirtió que el actual nivel del dólar podría estar generando distorsiones crecientes en la economía real. “Estoy más entusiasmado que en 2017. Pero el tipo de cambio puede estar atrasado, y eso afecta la actividad”, avisó.
Eduardo Costantini, más entusiasmado que en 2017, pero con una alerta sobre el dólar: "El sector externo no cierra"
El empresario y desarrollador de Nordelta reconoció importantes avances en materia fiscal y una mayor consistencia en la macro, pero advirtió que el actual nivel del dólar podría estar generando distorsiones crecientes en la economía real.
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El empresario Eduardo Costantini.
En un encuentro con periodistas en las oficinas de One618, el grupo financiero nacido el año pasado a partir de la fusión de Consultatio y TPCG, en Vicente López, Costantini analizó el momento económico, político e institucional del país. Mostró entusiasmo por la reducción del gasto, el orden de las cuentas públicas, la desregulación y un enfoque de márgenes sostenibles, pero remarcó que un tipo de cambio real bajo podría estar afectando a sectores de la economía.
Dólar barato, actividad frenada y, ¿posible corrección?
El fundador de One618 puso el foco en una variable clave: el valor del tipo de cambio oficial. “Yo estoy pensando en el valor del dólar. Por ahí le pega a la construcción, a la gastronomía, al turismo. Y eso tiene un costo político. Si se te cae la actividad, eso puede ser la causa de una corrección cambiaria”, advirtió.
De todos modos, aclaró que no ve una situación dramática, pero dejó en claro que el nivel actual del dólar podría estar generando distorsiones. “No es un sacrilegio decir: por ahí el dólar está atrasado”, enfatizó. Según su visión, si bien el Gobierno ha logrado cierto orden nominal, aún falta equilibrio externo.
“Argentina es un sistema bimonetario. Hay un ahorro en dólares enorme, cerca de u$s300.000 millones fuera del sistema. Si el tipo de cambio está muy bajo, se fomenta la importación y no la exportación. Eso afecta el nivel de actividad, especialmente en sectores como la industria y la construcción”, remarcó.
El talón de Aquiles del modelo: el frente externo
El economista advirtió que el mayor riesgo del programa de Caputo-Milei está en balance cambiario. “El talón de Aquiles del modelo es el sector externo. No lo veo cerrando (con el actual tipo de cambio)", dijo al tiempo que subrayó que el modelo necesita sustentabilidad más allá de los equilibrios nominales.
En esta línea, alertó que si bien la política de ajuste logró estabilizar variables clave como el gasto público y los precios, aún no resolvió el problema de fondo: la escasez estructural de divisas. “La Argentina todavía tiene que resolver el tema de la acumulación de reservas. Ese es el verdadero cuello de botella”, insistió.
Según datos del Banco Central, el sector Servicios acumuló en el primer cuatrimestre de 2025 un déficit externo de u$s4.185 millones, lo que representa más del 85% del rojo registrado durante todo 2024. Este desbalance se explica, en parte, por el incremento de gastos en el exterior y un tipo de cambio real que muchos actores del mercado consideran bajo.
“Si el dólar está atrasado, se fomenta la importación, se desalientan las exportaciones y se amplía el déficit de cuenta corriente”, explicó Costantini. En ese marco, remarcó que sin una política cambiaria más realista o sin un ingreso sostenido de capitales externos, la presión sobre el Banco Central puede volver a escalar.
“Faltan señales sólidas para que vuelvan los capitales de largo plazo. Sin eso, no hay forma de garantizar una salida ordenada del cepo ni una estabilidad duradera. La escasez de divisas no solo condiciona la operatoria de las empresas, sino también la capacidad del país para crecer y sostener el actual esquema económico”, manifestó.
Comparación con 2017 y elogio moderado al rumbo actual
Más allá de sus advertencias sobre el dólar, Costantini se mostró más optimista con la actual etapa económica que con la vivida durante el gobierno de Mauricio Macri, a quien votó en 2015. “Estoy más entusiasmado que en 2017. Veo reformas más estructurales. La política anterior fue más complaciente: contaron una historia de que no iba a doler, y no era así”, comparó. Recordó que en aquel momento hubo un “aluvión de dólares, que le hizo mucho mal al país”, dado el tipo de cambio se revaluó y, como no se llevaron adelante cambios profundos en la macro, la economía colapsó.
En la charla con periodistas, el empresario reveló que también apoyó a Milei en las urnas, aunque no comparte plenamente su visión de país. “Milei es un libertario extremo, eso define un montón de cosas. Yo no lo soy. Pero lo voté porque quería un cambio. El país necesitaba un orden fiscal, desregulación, achicamiento del Estado, aunque no sé si eso tiene que ser ‘chau CONICET’. Al contrario, creo que deben hacerse obras”, reclamó.
Sobre el actual modelo, fue claro: “Esto es más sensato, más doloroso también, pero con una lógica más consistente. Si se consolida, puede abrir una nueva etapa”.
Política, institucionalidad y reformas tras las elecciones de octubre
En el plano político, Costantini fue enfático al señalar que el principal problema argentino no pasa exclusivamente por la economía, sino por una debilidad institucional persistente. “La Argentina necesita políticas de Estado, no de gobierno. Hace falta un acuerdo de todo el sistema político, una sociedad más dialoguista. Uno tiene que poner los valores de la República primero, y luego las ambiciones políticas”, reflexionó.
Sin embargo, reconoció que ese escenario aún parece lejano: “Todos se pelean con todos. Si hubiese mayor diálogo político, el riesgo país bajaría automáticamente. Aún si está la discusión sobre si el dólar está barato o caro, si el Banco Central compra o vende. Lamentablemente, no hemos cambiado”.
Apuntó también contra la corrupción como un factor que condiciona la calidad institucional: “El país sigue con un nivel de corrupción elevado. Y hablo de una corrupción general, que atraviesa la política y la condiciona. Cuando se tiene poder y se es corrupto, cuando se lo usa para engrosar los bolsillos, es terrible porque indirectamente le pega a la calidad de la política, de la Justicia, de los empresarios, del sindicalismo”, expresó.
Con relación a la condena a prisión sobre Cristina Kirchner, consideró que le suma "incertidumbre” a la coyuntura, porque "el nivel de corrupción lleva al mal ejercicio de la política".
De cara al futuro inmediato, comentó que tras las elecciones legislativas de octubre -en las que ve con grandes posibilidades al oficialismo- debería abrirse una etapa de reformas estructurales: previsional, laboral, impositiva y también en la política cambiaria. Sobre este último punto, reiteró: “Es como tirarle a un blanco en movimiento. Si le va bien, no lo veo como un drama. Pero hay que calibrar”.
One618: crecimiento, IA y sinergia con real estate
En paralelo, el empresario repasó los planes de crecimiento de One618, la empresa que busca consolidarse como uno de los principales grupos financieros no bancarios del país. “Hoy tenemos unas 150 personas. Vamos a sumar entre 10 y 20 más, pero no en estructura, sino en posiciones clave”, explicó.
Uno de los focos será la integración de inteligencia artificial para potenciar procesos internos y servicios al cliente. “Ya estamos aplicando IA. Es una herramienta crítica para crecer y competir”, sostuvo. Costantini también destacó la sinergia entre el negocio financiero y su histórica trayectoria en el real estate. “Muchos de nuestros clientes también invierten en nuestros desarrollos, como Nordelta o Puertos. Es una gran familia”, cerró.
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