Buenos Aires no es ajena a lo que pasa a nivel país. Por el contrario, es protagonista. Pero no sólo por la cantidad de votantes en juego (casi el 40% del padrón nacional) sino por cómo, de a poco, se van consolidando ciertas alianzas y, a la vez, otras comienzan a deshilacharse.
Campaña condiciona labor parlamentaria
Por los pasillos de legislatura bonaerense la jugada anual ya está planificada. “Nos avisaron que se van a freezar todas las comisiones y que se va a sesionar una vez al mes porque Cambiemos va a estar comprometido con la campaña”, aseguran desde el peronismo. Lo cierto es que el Senado tiene siempre la misma dinámica. Año impar, para recolectar votos; año par, para consolidar algunas leyes.
Sin embargo, tanto los representantes de lo que hoy sería Alternativa Federal como los de FpV le confirmaron a este diario que, en lo que respecta a nivel de Cámara como en gran parte de la provincia, intentarán conformar una oposición pujante para jaquear al oficialismo y para mostrar esa unidad en lugares como la Cámara alta, donde el macrismo, de todos modos, tiene la mayoría absoluta.
Y en ese jugada, son varios los candidatos de Cambiemos que ven en peligro la reelección de María Eugenia Vidal. Eso sí, no por la gestión de la gobernadora, a quien defienden a ultranza, sino por las medidas nacionales. “Ya dejé en claro que el centro no lo camino más. Cada vez que voy me dicen todo por los aumentos de las tarifas y porque no venden nada”, asegura un integrante del PRO que aspira a gobernar un distrito del sudoeste del Conurbano.
Es más, tanto protegen la tarea de Vidal que hasta el mismo candidato sostiene: “En la época de Scioli las obras municipales de la provincia eran según color político, hoy María Eugenia le da a todos. A mí, en lo particular, me liquida. Pero está claro que lo importante es que a la gente no le falte nada”.
Pero no es la única pelea. Algunos senadores bonaerenses no ven con buenos ojos la forma en que camina la provincia el vicegobernador y presidente de la Cámara alta, Daniel Salvador. “Se mueve en nombre de Vidal, pero es uno de los que fogonea las internas con la UCR”, dice un referente de la 3a sección de Cambiemos. Y agrega que “están negociando una participación en las listas y se está poniendo difícil. El clima es álgido. Los números están dando para abajo y generan fricción”.
En consecuencia, la gente de Alternativa Federal ve como una gran posibilidad que “si no se resuelven las internas a su favor, y queda algún radical arrepentido también lo aceptaremos en nuestra idea de frente”. Y es que si hay algo que parece estar firme en la provincia es la alianza entre el peronismo tradicional, el kirchnerismo y aquellos que quedaron en el camino tras la experiencia de Cumplir. “La necesidad de unirse es imperiosa. Se está haciendo un replanteo y nos vamos entendiendo más allá de lo que pase a nivel nacional. Entendemos que Cambiemos hasta hace un año se sentía imbatible y hoy saben que no lo son”, asegura un senador bonaerense de Unidad Ciudadana.
Pero lo que pase a nivel nacional no es algo más. Si hay algo en lo que coinciden sinónimos y antónimos es que la marca la agenda es Cristina de Kirchner. Lo que preocupa a ciertos sectores es que aquello que empezó como una incógnita hoy genera una gran incertidumbre. “El juego se está dando de abajo hacia arriba. Desde los municipios estamos mostrando que esa unidad es posible”, dice el representante de Unidad Ciudadana. Sin embargo, su par del peronismo, manifiesta que no se trata de que “Cristina sea un límite o no, es una realidad. Todo lo que se pueda haber avanzado va a terminar dependiendo de lo que ella resuelva”. La ecuación en Cambiemos es más simple: Cristina, sí. Saben que, hoy en día, siguen siendo la refuerza anti-regreso. Y el camino indicado es recuperar algo de lo logrado en las elecciones de medio término de 2017. Ya no como piso sino como techo.
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