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Argentina que fue Nobel y es poeta manejará el desarme
Virginia Gamba asume hoy alto cargo en la ONU
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La experta en estrategia y Malvinas, Virginia Gamba, asume hoy en la ONU el cargo más alto para atender el desarme en todos los escenarios.
Además de Gamba, varios argentinos tienen hoy los cargos más altos de la burocracia en la ONU. Susana Malcorra (ex IBM y ex Telecom) es hoy jefa de Gabinete de Ban Ki-moon; Ernesto Enrique Baca, exsubsecretario general para el proyecto de recursos empresarios, y Oscar Fernández-Taranco, exsubsecretario general para Asuntos Políticos.
El cargo de Gamba es de la jerarquía D2, el más alto fuera de las designaciones políticas, como directora y vice alto representante de la Oficina de Desarme del organismo en Nueva York y con competencia sobre todas las ramas de ese sector: Conferencia de Desarme (con sede en Ginebra), Armas de Destrucción Masiva y Armas Convencionales.
Gamba asume el cargo después de un concurso en el cual compitieron cerca de 100 expertos del todo el mundo, entre ellos un excanciller de Egipto y un exvicepresidente de Rusia. La designación reconoce la larga experiencia de esta dama de 59 años en estrategia y en desarme, al punto de que en 1995 obtuvo el Premio Nobel de la Paz (compartido) como miembro de la organización Pugwash por el desarme nuclear.
Entre 1996 y 2001 fue responsable de la fundación Safer Africa que se encargó de las tareas de retiro de las armas que habían quedado en Sudáfrica como consecuencia de años de guerra civil. En esa tarea trabajó junto al expresidente Nelson Mandela. Vivió en Pretoria durante esos años y desde allí fue asesora en temas de seguridad interna de más de una decena de países africanos.
Por esa experiencia en 2010 vino a la Argentina para trabajar en la organización de la escuela de la Policía Metropolitana y como asesora del Ministerio porteño de Seguridad, donde se desempeñó hasta la semana pasada.
Memorias
Gamba es además la autora de los principales libros sobre la Guerra de Malvinas, que la sorprendió en 1982 cuando regresó al país recién graduada con un máster en Estudios Estratégicos en la Universidad de Gales (Gran Bretaña). Permaneció en el país, donde, terminado el conflicto, elaboró junto con el excanciller Nicanor Costa Méndez la Memoria de la Guerra, un extenso relato de la guerra que hasta hoy tiene clasificación como secreto. Los detalles de esa experiencia están contados en el primer libro de memorias que publicó el año pasado bajo el título de «Chocolate chino en Budapest» (Ed. Sudamericana).
Entre 1983 y 1986 fue asesora y docente en el Ministerio de Defensa, en el Estado Mayor Conjunto FF.AA. Argentinas y en el Instituto del Servicio Exterior de la Nación. En 1984 publicó «El Peón de la Reina», el primer análisis que se hacía de la guerra y que sigue siendo una obra de referencia.
Continuó después su carrera en el Departamento de Estudios de Guerra del Kings College, donde elaboró uno de sus libros más importantes, «Señales de guerra», en colaboración con el historiador británico Lawrence Freedman -autor además de la historia oficial de la guerra desde el ángulo británico-. Este libro ha sido editado en varias ediciones en varios idiomas y está considerado como el más profundo y completo sobre el conflicto.
Gamba no es nueva en temas de desarme porque entre 1994 y 1995 estuvo en el Instituto de Investigación del Desarme de la ONU en Ginebra, donde produjo más de una decena de estudios sobre ese tema y sobre las campañas de paz del organismo.
Se dio tiempo en esos años y hasta su regreso a la Argentina para ganar el Premio Nobel de la Paz (compartido) y ser profesora de estudios de seguridad de la Universidad de Londres, Kings College, la Universidad de Maryland (Facultad de Políticas Públicas), capacitadora de policías regionales para evitar el trafico ilícito de armas en Interpol Lyon (Francia), programadora de la Fundación MacArthur (control de armas, desarme y desmovilización posconflicto), directora de programa en el Instituto de Estudios de Desarme de la ONU en Ginebra (desarme en operaciones de paz), asesora técnica para la Unión Europea, la Unión Africana y el Consejo Andino (CAN), directora y subdirectora de varias ONG en África y en América Latina.
Se da tiempo, además, para escribir literatura de ficción. Hace una semana llegó a ser finalista del Premio Poesía Mística XXXII de la fundación española Fernando Rielo 2012 por su obra «Proof». Una argentina distinta, entre las mejores.
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