4 de noviembre 2015 - 00:00

“Borges se anticipó a lo que hoy sabe la ciencia”

Quian Quiroga: “Pensar es olvidar, es diferenciar, es generalizar, es abstraer”, escribe Borges. Es decir que para poder recordar hay que olvidar. Borges hizo neurociencia sin ser un neurocientífico.
Quian Quiroga: “Pensar es olvidar, es diferenciar, es generalizar, es abstraer”, escribe Borges. Es decir que para poder recordar hay que olvidar. Borges hizo neurociencia sin ser un neurocientífico.
"El arte y la filosofía me inspiran en mi trabajo científico", comenta el destacado nurocientífico argentino Rodrigo Quian Quiroga, que viajó desde Inglaterra, donde reside, para presentar su libro "Qué es la memoria", publicado por Paidós. Su descubrimiento de la llamada "neurona de Jennifer Aniston", o "neurona de concepto", fue considerado un hallazgo revolucionario por la Federación Europea de Neurociencias y dio fama internacional a Quian Quiroga, que es director del Centro de Nueorciencias de Sistemas y jefe de Bioingenieria en la Universidad de Leicester, Inglaterra. Quian Quiroga estudió Física en la UBA, tiene un doctorado en matemática aplicada en la Universidad de Lübeck, Alemania, y ha sido profesor visitante en el Instituto de Tecnología de California (CALTECH), la Universidad de California en Los Angeles (UCLA), Universidad de Magdeburgo; Alemania, SISSA de Trieste, Italia, y en la UBA. Ha publicado los libros "Borges y la memoria", "Principes of neural coding" , y "Imaging brain function with EEG", al que ahora se agrega "Qué es la memoria". En su visita a Buenos Aires dialogamos con este eminente neurocientífico, enfocado en el estudio de procesos de percepción y memoria y el análisis de registros neuronales, sobre su obra de difusión científica.

Periodista: Hoy la memoria pareciera tener como límites la que se pierde por la enfermedad de Alzheimer, y la que se gana por herramientas digitales como la computadora.

Rodrigo Quian Quiroga:
Empecemos por la memoria digital. Al tener Internet, Wikipedia, Google, te podés preguntar: qué sentido tiene la memoria si con el iphone que llevo a todos lados en segundos tengo acceso a cualquier cosa. ¿Cuál es la diferencia del procesamiento de la memoria en el cerebro, comparado con cómo guarda una memoria una computadora? La diferencia está en que lo que el cerebro hace es trabajar con muy poca información, sorprendentemente poca, pero lo hace a propósito para poder entender. El proceso del cerebro es que, en vez de procesar la información fehacientemente, extrae unas pocas cositas y trata de entenderlas. Toda la maquinaria del cerebro es para tratar de entender. Procesa esa poca información de una manera muy redundante en paralelo, justamente para tratar de extraer un significado. Así funciona la memoria humana. En "Qué es la memoria" trato de contrastar la memoria humana con la de una computadora. La computadora guarda con infinito detalle miles y miles de películas de video, pero no las entiende. No sabe de qué van los videos, los guarda como guarda cualquier cosa. En cambio vos de cada película que viste no te vas a acordar mucho, te vas a acordar poquito, pero vas a entender el argumento, y vas a recordar las ideas más importantes de la película, y las vas a relacionar con algún libro que leíste o con otra película. El truco del cerebro está en extraer un significado en base a poquita información. Y esa extracción de significado te sirve para poder razonar, para poder hacer asociaciones, para poder entender. Hay un balance entre la memoria y el olvido. Olvidar es sano porque si recordaras todo terminarías como "Funes, el memorioso". Irineo Funes, según el cuento de Borges, era un peón uruguayo que luego de un accidente podía recordar absolutamente todo. Cada hoja de cada árbol de cada monte. Eso lo sufría como una maldición. Al recordar cada detalle era incapaz de reflexionar, de tener ideas generales. Borges se anticipó a lo que hoy sabe la ciencia. Si tuviéramos una memoria infinita no podríamos pensar ni vivir. "Pensar es olvidar, es diferenciar, es generalizar, es abstraer", escribe Borges. Es decir que para poder recordar hay que olvidar. Borges hizo neurociencia sin ser un neurocientífico.

P.: A diferencia de Irineo Funes, el personaje de Borges, hubo un periodista, que estudió el neuropsicólogo ruso Alexander Luria, que tenía una memoria prodigiosa, semejante a la de Funes, pero que podía razonar.

R.Q.Q.:
Podía pensar hasta cierto punto. Ese tema lo traté en mi libro "Borges y la memoria". Luria trató durante 30 años a Solomón Sheresheski, y dice que era "inepto para todo lo que fueran pensamientos lógicos y abstractos". Luria le leyó una lista enorme y Sheressheski supo repetirla exactamente, pero cuando le preguntó cuáles eran líquidos en esa lista, no supo contestar. Cuando se iba un paso más allá, a un pensamiento más lógico, más abstracto, fracasaba. Y en eso es muy parecido a Funes. Hablábamos de los límites de la memoria, de lo que yo llamo el delicado balance entre el recuerdo y el olvido. Si recordás demasiado terminás como Funes, si recordás poco terminas como los casos de Alzheimer, cuando empiezan a fallar las memorias y las conexiones entre memorias, ahí también sonaste. Pareciera que el cerebro encontró un balance para recordar la cantidad de información necesaria. William James, el psicólogo del siglo XIX, dijo "para recordar hay que poder olvidar", porque si no no podríamos siquiera pensar.

P.: Se dice que algunas empresas de Silicon Valley se interesan en personas autistas y con síndrome de Asperger porque en algunos casos tienen asombrosas capacidades mentales, entre ellas la de la memoria.

E.Q.Q.:
Se trata de los denominados "savants", "sabedores". Un caso muy conocido es el de Kim Peek porque en él se basó la película "Rain man". Peek podía repetir un libro de memoria, pero no podía decir de qué trataba el libro. No podía leer poesía porque no podía entender una metáfora, no podía alcanzar un significado más elevado. Siempre era todo literal, recordar hechos, números, cosas, pero cuando debía pensar el significado, ahí fallaba.

P.: ¿Cuáles son los desafíos actuales en la investigación de la memoria?

R.Q.Q.:
En mi laboratorio descubrimos un tipo de neuronas que llamamos "neuronas de concepto", que la gente llama "neuronas de Jennifer Aniston" porque la primera que encontré fue una que disparó la imagen de Jennifer Aniston. Cundo estuve en UCLA (Universidad de California en Los Angeles) empecé a hacer experimentos en pacientes epilépticos que tienen electrodos en el cerebro por una semana para tratar de curarlos. Les mostraba fotos y veía cómo respondían las neuronas a las fotos que mostraba, y encontré una neurona que respondía a cualquier foto de Jennifer Aniston, y a nada más. Con otras fotos no pasaba nada, con las Aniston se disparaba como una metralleta. La neurona estaba codificando esa foto específica que yo le mostraba. Y responde cada vez que le muestro cualquier foto de Aniston. Eso no es sólo visual, es multisensorial. Si le digo el nombre de la actriz la neurona también reacciona. Fue la primera evidencia experimental, científica, de que hay neuronas que responden a conceptos. Pero, ¿qué tan relevante es el concepto para la persona? Primer paso: hay neuronas que responden a conceptos. Esas neuronas están ubicadas en un área que se llama hipocampo, que es clave para la formación de la memoria. Si no tenés hipocampo quedás amnésico. Lo que tendemos a recordar suelen ser conceptos, los detalles lo tendemos a olvidar; y si no fuera así terminamos como Funes, el memorioso. Nosotros encontramos las neuronas que llevan adelante ese proceso. El segundo paso es: ¿por qué tenemos representación de conceptos en áreas de la memoria? Es porque una memoria nueva que generás tiende a ser una asociación de conceptos. Reunís datos que son base de tu memoria, de tus experiencias. En un artículo, que se publicó hace dos meses en la revista "Neuron", mostramos cómo se forman las memorias a partir de las asociaciones. Seguimos las neuronas y vimos cómo codificaban memorias nuevas. Fue muy impactante, tuvo mucha repercusión. Lo que estamos haciendo ahora son experimentos para tratar de seguir entendiendo cómo se forman las memorias y cómo hacen estas neuronas en el hipocampo para codificar nuevas memorias.

P.: ¿Eso tiene alguna aplicación química?

R.Q.Q.:
No inmediata, pero sí a largo plazo. El Alzheimer, una enfermedad devastadora, se sabe que involucra el hipocampo, que es el área que estudiamos. Si queremos entender el Alzheimer, primero tenemos que entender el proceso normal, que todavía no lo sabemos. ¿Cómo se forma una memoria? ¿Qué es una memoria guardada en el cerebro? Lo estamos empezando a descubrir ahora. Cuando entendamos cómo funciona el proceso normal de la formación de la memoria, a partir de ahí podremos entender qué es lo que falla provocando patologías como el Alzheimer.

P.: ¿Qué buscó ofrecer con "Qué es la memoria"?

R.Q.Q.:
Cuando Nora BTMr me propuso escribir ese libro dudé porque hay muchos libros sobre la memoria. Pero ocurre que a mí me gusta buscar puentes con el arte y la filosofía porque me inspira en mi trabajo como científico, entonces me pareció interesante trazar un puente al aspecto filosófico de la memoria. En gran parte yo soy mis memorias. Si tocás mi cuerpo no me cambiás tanto, pero si tocas mi cerebro, mis memorias, dejo de ser quien soy. Me atrajo el aspecto de la memoria definiendo quién somos. John Locke, el empirista británico, ya había planteado la memoria definiendo lo que somos. Traté de hacer puentes entre los descubrimientos que estamos haciendo en neurociencia con todas estas discusiones filosóficas que se vienen dando desde hace siglos. La memoria definiendo lo que somos, abre preguntas. ¿Cómo será la memoria de una computadora? ¿Qué diferencia tiene con la memoria humana? Si la inteligencia artificial avanzara más y más, ¿los androides podrían ser como los humanos? ¿Qué es lo que nos diferencia de otros animales? Juego con la filosofía pero bajando siempre a la reflexión científica.

Entrevista de Máximo Soto

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