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Ciclo de cine cubano
Las películas del primer día son: el famoso corto «Por primera vez» (Octavio Cortazar, 1967), referido al cine móvil en zonas rurales, y el mediometraje «Hombres sobre cubierta» (Ramírez y Pérez, 2008, con el cantautor Silvio Rodríguez repasando parte de su vida. El viernes va «Historias de la revolución», de Tomás Gutiérrez Alea, 1960, tres cortos épicos reconstruyendo otros tantos episodios del avance castrista, entre ellos la famosa batalla de Santa Clara. Gutiérrez Alea, (a) Titón, fue luego el mayor realizador cubano, y un calificado crítico del propio castrismo, como lo evidencian otras obras de este mismo ciclo: la regocijante sátira «La muerte de un burócrata», 1966, el reflexivo «Memorias del subdesarrollo», 1968, y «Fresa y chocolate», 1993, que cuestionó la política oficial contra los homosexuales de la isla. No figura, en cambio, «Guantanamera», 1995, abierto reclamo contra la gerontocracia.
Del director cubano más exquisito, Humberto Solás, fallecido en septiembre último, están su admirable «Lucía», 1968, donde tres mujeres de dicho nombre protagonizan otros tantos episodios ambientados en 1895 (el de mayor nivel estético), 1933 y 1960, película que vale la pena ver en copia nueva, y el sentido «Un hombre de éxito», 1986.
Otros títulos son «El joven rebelde» (Julio García Espinosa, 1961), sobre argumento sugerido por Cesare Zavattini, «La primera carga al machete» (Manuel Octavio Gómez, 1968), ubicada durante la guerra contra España, «El hombre de Maisinicú» (Manuel Pérez Paredes, 1964), interesante visión de los atentados contrarrevolucionarios de esa misma época, «El brigadista» (Octavio Cortázar, 1977), ambientado durante la campaña de alfabetización del 61, el feminista «Retrato de Teresa» (Pastor Vega, 1979), «Clandestinos» (Fernando Pérez, 1987), ubicado en los '50, y los más recientes «La edad de la peseta» (Pavel Giroud, 2005), comedia de un chico que justo en 1958 empieza lo que acá llamamos la edad del pavo, y «Kangamba» (Rogelio Paris, 2008), megaproducción bélica sobre un grupo de asesores cubanos que lograron repeler una invasión sudafricana durante la guerra de independencia angoleña.
Hay asimismo un programa de documentales de agitación y propaganda del recordado Santiago Alvarez (incluyendo el clip «Now!», sobre el racismo norteamericano, y «El nuevo tango», sobre la asunción de Cámpora el 25 de mayo de 1973), amén de «El proceso: la historia no contada» (Rolando Almirante, 2006, versión cubana sobre los espías capturados en EE.UU.), «Destinos» (Guillermo Centeno, 2008, sobre profesionales extranjeros formados en Cuba) y «Son para un sonero» (Lourdes de los Santos, 2007, dedicado al músico Adalberto Alvarez).
La lista se completa con la conocida «Operación Fangio» (Alberto Lecchi, 2000), coproducción argentino-cubana con Darío Grandinetti como el Chueco de Balcarce, y el divertido dibujo «Vampiros en La Habana» (Juan Padrón, 1985), obra de deliciosa actualidad, donde un vampicientífico inventa el Vampisol, bebida que permite a los suyos vivir sin problemas de horario.
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