27 de abril 2010 - 00:00

“Deben retirarse en Boca”

Hugo Ibarra entrena en Casa Amarilla. El mejor lateral derecho de la historia de Boca volvió a ser titular con Roberto Pompei.
Hugo Ibarra entrena en Casa Amarilla. El mejor lateral derecho de la historia de Boca volvió a ser titular con Roberto Pompei.
Triunfo. Abrazo. 221. Clásico. No son palabras sueltas, en la órbita de Boca tienen un peso específico por sí solas. El ciclo Pompei ya cuenta dos victorias en tres partidos y de regalo, para transmitir algo de paz, Riquelme y Palermo, a esta altura Román y Martín se abrazaron luego de la combinación para el segundo gol del goleador, ni más ni menos que el 221 con la camiseta auriazul. Y para que no tenga sabor a poco, ganarle a San Lorenzo, dominador en la historia de los enfrentamientos.

Con buen sabor de boca, ayer Hugo Ibarra habló en radio Del Plata para tomar partido del debate ya planteado en las tribunas: Palermo o Riquelme. «Los dos le han dado mucho a la institución, si se armó todo esto es por el periodismo. La dirigencia debe tomarse su tiempo y hacer que ambos se queden y se retiren con la camiseta de Boca». Amigo de Román, compañero de Martín, Ibarra encabezaría la sangría que el plantel sufrirá cuando termine la actual temporada. La lista de prescindibles no tiene carácter oficial pero algunos de los involucrados ya estarían analizando su futuro luego de junio. Apellidos como los de José María Calvo, Paletta, Gunino, Federico Insúa, Marino, Bonilla y Juan Krupoviesa pondrían punto final a su ciclo en Boca. «Creo que los dirigentes se tienen que sentar y solucionarlo. Yo todavía corro a la par de un pibe», con una cuota de humor el «Negro» Ibarra intenta desafiar a sus 36 años cumplidos el 1 de abril y de sacarle lustre a los 15 títulos que lleva ganados en Boca.

Mientras tanto el clima para el gran choque del domingo ante Independiente comienza a tomar temperatura. En aquel Apertura de 2002 los de Avellaneda se alzaron con el título relegando al Boca del maestro Tabárez, con Gallego como entrenador y por el mitológico cabezazo de Lucas Pusineri. Han pasado más de siete años y la sed de revancha vuelve a decir presente.

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