21 de enero 2016 - 00:00

Delbonis se quedó con el duelo de argentinos

El azuleño finalizó el duelo ante Olivo con un saque a 202 kilómetros por hora que requirió la revisión del ojo de halcón. Cuando vio que la pelota había rozado por apenas un milímetro la línea alzó las manos al cielo.
El azuleño finalizó el duelo ante Olivo con un saque a 202 kilómetros por hora que requirió la revisión del ojo de halcón. Cuando vio que la pelota había rozado por apenas un milímetro la línea alzó las manos al cielo.
 En un partido de larga duración, cargado de altibajos y errores no forzados, Federico Delbonis salió adelante en el duelo ciento por ciento argentino y sigue en camino en el Abierto de Australia. El azuleño, 53° del ranking mundial, derrotó al rosarino Renzo Olivo por 7-6 (5), 3-6, 6-7 (3), 7-5 y 6-2 tras cuatro horas y 13 minutos de juego, y avanzó a la tercera ronda del certamen aussie, su mejor actuación hasta el momento en un Grand Slam.

Delbonis se enfrentará mañana, por un lugar en los octavos de final, con el francés Gilles Simon, 14° favorito, que también debió batallar durante cinco sets para ganarle por 6-3, 5-7, 7-6 (1), 4-6 y 7-5 al ruso Evgeny Donskoy (N°91). "Son todas batallas contra Simon", advirtió el zurdo azuleño, que en su partido contra Olivo acumuló 57 tiros ganadores y 87 errores no forzados, y consiguió 8 quiebres sobre el saque del rosarino. En un match lleno de vaivenes, Delbonis tuvo la chance de liquidar antes el pleito, ya que en el tercer parcial dominaba 5-0, pero Olivo reaccionó, ganó seis games seguidos, e inclinó la balanza en el tie-break. De todos modos, el rosarino, que había entrado al torneo desde la qualy, se quedó sin piernas al final.

"Fue un partido luchado, con mucha tensión, y la verdad es que no jugamos tan bien. Estaban los nervios para los dos, por la posibilidad de estar en una tercera rueda. Contra Simon van a volver todas (las pelotas). Tengo la motivación de querer llegar a una segunda semana en un Grand Slam", afirmó.

En tanto, Marco Trungelliti, 210° del mundo y también surgido de la clasificación, cayó ante el búlgaro Grigor Dimitrov, 28° y entrenado por el argentino Franco Davín, por 6-3, 4-6, 6-2 y 7-5. "Me sentí bien, tal vez no llegué a jugar lo que quería de mi nivel. Tácticamente no hice lo que pensaba, quería haberle pegado más fuerte", se lamentó el santiagueño.

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