Ya lo dijimos cuando se editó su primer álbum, lo repetimos cuando llegó para tocar en vivo a Buenos Aires y colmó sin ningún inconveniente el enorme Luna Park, y tenemos que reiterarlo ahora con este que está ya siendo su muy exitoso segundo CD. Aun con una importante carrera actoral previa, probablemente Hugh Laurie no hubiera llegado a la consideración pública como pianista, guitarrista y cantante de no haber sido por el papel en la serie "Dr. House". Ese médico diagnosticador, maniático y malhumorado, lo transformó en un personaje querible y en un seductor maduro, e hizo en meses un camino que a un músico convencional le hubiera llevado años. Pero ya puesto en la ruta, hay que decir que lo que ofrece en este rubro que parece haber abrazado con convicción tiene un nivel mucho más que respetable. Y que, sin ser innovador ni original, tiene una solvencia que hace muy agradable todo lo que entrega también como músico.
Lo suyo es, como en el primer disco y aún como en la serie donde se mostraba como instrumentista y cantante aficionado- el blues y el rythm & blues antiguos, géneros que evidentemente conoce bien y ama desde su espíritu de británico en los Estados Unidos. Para el caso, eligió otra vez piezas de larga data y un respaldo de una orquesta de grandes sesionistas norteamericanos que incluye Hammond, armónica y "steel guitar". Y hay una curiosidad: una versión bilingüe del tango "El choclo", rebautizado como "Kiss of Fire", tal como hiciera hace mucho tiempo Louis Armstrong, que compartió con la guatemalteca Gaby Moreno.
Ricardo Salton |
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