27 de octubre 2017 - 00:00

El climático sudamericano comienza a dominar el mercado

Los operadores siguen los avances y retrocesos en la Argentina y Brasil. Localmente se espera una caída en la producción de soja y un poco más de maíz.

EN BAJA. A nivel local también se espera una caída en la producción para la soja 2017/18, aunque se estima que pasaran de campaña alrededor de 15 millones de toneladas
EN BAJA. A nivel local también se espera una caída en la producción para la soja 2017/18, aunque se estima que pasaran de campaña alrededor de 15 millones de toneladas
Con el tamaño de la producción de soja y maíz de Estados Unidos prácticamente definido, el mercado se enfoca ahora en las perspectivas sudamericanas, donde se ve un atraso en la siembra de soja por falta de humedad en los suelos de Brasil. Este factor permitió que los precios de la oleaginosa se alejaran de los mínimos de campaña.

El progreso de la siembra en Brasil a nivel país cubre el 20% del área prevista para la soja, en línea con el promedio pero atrasado frente al ciclo previo. Las demoras más significativas se registran en la región del noroeste, incluyendo a Mato Grosso, el principal estado productor de soja. Las labores de implantación aquí completan apenas el 25% de la superficie, ubicándose 18 puntos porcentuales por detrás del año pasado. Frente a este escenario, muchos productores brasileños ya hablan de que necesitarán resembrar producto de la falta de humedad. Sin embargo todavía hay tiempo para que se complete la siembra, el período en el cual el clima de Sudamérica genera una mayor volatilidad es en diciembre-enero, cuando se definen los rindes.

Recordemos que CONAB actualizó sus estimaciones para la nueva campaña de Brasil, proyectando un incremento interanual del área destinada a soja del 1,6 al 3,8% pero con una producción que se ubicaría en 107 millones de toneladas, casi 7 millones menos que la registrada en el ciclo 2016/17. Esta merma productiva responde a los menores rindes ya que el organismo opera con condiciones "normales" de clima y no "excepcionales" como las del año pasado, donde se obtuvieron rendimientos récord gracias a las condiciones climáticas que acompañaron el desarrollo de los cultivos de soja.

Pasando al maíz brasileño, CONAB contempla un recorte del 10% en la producción para el cereal de primera y considera una producción de safrihna parecida a la del ciclo pasado, por lo tanto estimó una producción de 93 millones de toneladas, desde los 98 de este año.

En nuestro país se están conociendo los primeros números de la campaña 2017/18, los cuales indican que habría una caída en el área a sembrar dado que el maíz le ganaría terreno.

El Ministerio de Agroindustria en su informe mensual de octubre reportó que el área de siembra 2017/18 con maíz aumentará un 5,2% en comparación con el ciclo actual, para alcanzar las 8,92 millones de hectáreas. Este incremento en términos porcentuales se encuentra bastante alineado con los demás datos privados, pero con diferencias de hectáreas, y es la base para proyectar que parte de dicha superficie se la reduce a la soja.

A nivel local también se espera una caída en la producción para la soja 2017/18, aunque se estiman que pasaran de campaña alrededor de 15 millones de toneladas. Los privados que ya publicaron sus primeras estimaciones de siembras señalan una caída del 1% al 5,7%. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyecta una menor área que pasaría de 19,2 millones de hectáreas a 18,1 millones, mientras que la Bolsa de Comercio de Rosario pasa de 19 millones de hectáreas a 18,8 millones de hectáreas. En todos los casos señalan que la pérdida de hectáreas responde a la mayor rentabilidad que tiene el cereal frente a la oleaginosa en muchas zonas productivas a pesar de que en otras los costos logísticos absorben gran parte de los resultados positivos que muestra el maíz en los cálculos previos.

Sin embargo, muchos se olvidaron de los cambios de los precios futuros que ambos productos pueden tener de aquí en más. Basta sólo con mirar el comportamiento de los precios en las últimas semanas para considerar qué producto tiene mejores perspectivas de subas. Si tomamos como referencia el precio del maíz abril podemos observar que dicho valor osciló entre los u$s146 y u$s152 desde comienzos de agosto, mientras que el precio de la soja mayo osciló entre los u$s246 y u$s260, en el mismo período. Frente a este comportamiento donde el maíz subió u$s6 y la soja u$s14 entre el máximo y el mínimo señalado antes, el productor aprovechó la oportunidad para vender soja o fijar negocios futuros que inicialmente no le habían puesto precio.

En nuestro país la mejora de los precios futuros de la soja 2017/18 debería alentar una mayor siembra de la oleaginosa en lugar del maíz, donde las perspectivas de precios son más bajas por la oferta disponible actual y futura.

El contexto externo nos muestra que hay mucho maíz en el mundo por los stocks y las proyecciones de cosecha en EE.UU. El país del norte producirá más de 362 millones de maíz, con un elevado nivel de stocks finales de 59 millones. Mientras, Sudamérica comenzaría la próxima campaña con grandes existencias.

En la Argentina el aumento del área de maíz hace suponer una mayor cosecha que se sumará a los grandes stocks finales por no alcanzar a colocar en el ciclo comercial 2016/17 todo el remanente exportable mientras que en soja la producción sería menor con menores stocks finales. Al mismo tiempo se proyecta en aumento en la demanda mundial de soja para el próximo ciclo, liderada por China. Ante este escenario, los precios futuros tendrían una mayor posibilidad de escaladas para la oleaginosa que para el cereal, con el condimento adicional de que la soja suele dar más oportunidades en materia de cambios en los precios. Entonces resulta llamativo el hecho de que en la Argentina se vaya a sembrar más maíz que soja frente a los precios futuros actuales y las perspectivas que hay hacia adelante.

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