En la cita de Rosario celebrada el 29 de diciembre, los titulares de la UCR, del Partido Socialista, el GEN, Libres del Sur y el Frente Cívico cordobés, junto a una docena de legisladores, acordaron integrar equipos técnicos para trabajar unidos en el Congreso y mostrar una articulación aceitada.
El objetivo más ambicioso y de mediano plazo es generar una propuesta no peronista ni de derecha coherente y competitiva para las presidenciales de 2015.
Pero Carrió -cuya coalición estuvo representada en la cumbre- es impredecible. Su temperamento disolvente, que se expresa en descalificaciones de los que ahora serían sus socios, hizo que naufragaran casi todas las alianzas que lideró pese a un considerable, si bien oscilante, respaldo en las urnas.
Los protagonistas de la reunión de Rosario no ignoran el reto, pero creen que de momento hay que priorizar la consolidación de un espacio que pueda dar batalla al líder del Frente Renovador, Sergio Massa, y al proyecto ya conocido -y sin candidato aún- del oficialismo.
Algunos dirigentes estiman que el fantasma de la fallida Alianza que gobernó con Fernando de la Rúa es otro desafío no menor con el que lidiar los próximos dos años. Al final de esa epopeya vendrá la disputa entre figuras, que seguramente se saldará en elecciones primarias, dicen.
En general, los dirigentes consultados por Viernes coincidieron en que, aun cuando sumar a Carrió pueda ser visto como un riesgo, hay que estar dispuestos a correrlo. Su discurso contra la corrupción es valorado por los dirigentes del conglomerado y arrastra votantes.
Lejos de grabadores, alguno de ellos confía incluso en que más allá de su perorata moral contra los impuros, la experiencia con UNEN en Capital Federal le sirvió y mucho a la diputada para hacer un balance y persuadirse de que mostrar voluntad de ir unidos es redituable políticamente.
"Carrió suma absolutamente, en lo personal y desde su espacio", aseguró el senador mendocino Ernesto Sanz, que participó activamente del encuentro de Rosario. "No apareció en la foto porque se convocó a presidentes de partidos y a algunas autoridades de bloque", justificó ante este suplemento.
Sanz, que es el presidente de la UCR, se manifestó "convencido de que hay que construir un espacio colectivo, dejando de lado las diferencias y buscando coincidencias" y recordó la magra cosecha del espacio progresista-radical en las elecciones de 2011, cuando se presentaron por separado socialistas y otras fuerzas, con Binner a la cabeza, y Ricardo Alfonsín en alianza con el sector de centroderecha dibujado por Francisco de Narváez.
"De esa experiencia aprendimos todos. Tenemos que ponernos a prueba. Es un desafío. Puede haber obstáculos y diferencias en el Parlamento pero serán accesorias frente a la posibilidad de estructurar una fuerza competitiva para 2015, la única alternativa que tenemos", remarcó.
Sanz eludió referirse a las veces que Carrió despotricó contra los referentes de la UCR, que según ella la traicionaron o "se dejaron violar" por el Frente para la Victoria, amén de alusiones no específicas a "son todos corruptos".
Por su parte, el senador socialista Rubén Giustiniani, que acompañó en Rosario al titular del partido, Hermes Binner, también evitó expresar sus expectativas sobre el proceder de Carrió y prefirió concentrarse en remarcar el poder del elector para decidir quién lidera una propuesta.
"La experiencia de UNEN en la ciudad de Buenos Aires demostró que es posible marchar todos hacia 2015 para que después, a través de las PASO, se diriman las mejores candidaturas sin exclusiones, y que eso se proyecte a nivel nacional", opinó.
Giustiniani esbozó una sonrisa cuando esta cronista le recordó que Carrió había dicho que jamás en su vida iba a volver a acompañar al socialismo porque ese partido había traicionado al electorado de Santa Fe. "Hay que mirar para adelante", recomendó.
De lo que se trata es de construir un espacio abierto y que el armado final lo haga la gente a través de su voto, dijo. Para llegar a eso, es necesario "encontrar coincidencias", resaltó. Y en ese sentido, reiteró que todos los que se dieron cita en la ciudad santafesina están de acuerdo en la necesidad de confluir en una propuesta para 2015 y que el votante elija al candidato.
El senador se resistió a hablar de personas determinadas pero su posición, reiterada una y otra vez durante la entrevista, hace pensar en que las primarias presidenciales podrían ser vistas también como una herramienta para neutralizar a Carrió sin tener que renunciar a sus votantes.
En esa perspectiva, mientras que la diputada sigue siendo una figura atractiva para sentarla en el Congreso, su perfil podría haber dejado de ser apetecible para el votante cuando se trata de elegir presidente. Así se evidenció en 2011, cuando recogió apenas el 1,8 por ciento de los votos.
Sobre aquel sonado fracaso, la chaqueña admitió a fines del año pasado que entonces se había liberado de "la enorme responsabilidad de años de tener que conducir a estos imbéciles opositores que se van y pactan con el Gobierno". Y luego aclaró: "No son malos, son estúpidos".
Ahora Carrió deberá dejar de lado los "jamases" y los "nunca" y abstenerse de acusar de traidores a los dirigentes del arco opositor progresista-centrista que no estén dispuestos a subordinarse. O al menos tendrá que intentarlo si quiere sobrevivir dentro del armado.
Sin embargo, los riesgos de división exceden las cuestiones morales en las que Carrió suele inscribir su discurso. Ella misma renegó del sello "progresista" que agrada a otros integrantes del espacio, aunque no todos (Cobos, el radical cordobés Oscar Aguad, no abrevan en esa categoría). La fundadora del ARI se definió en años recientes como "de centro" y no dudó en abrazar causas que otrora estaban reservadas para sectores abiertamente conservadores ("Clarín y La Nación son la Argentina"; su abstención en la ley de matrimonio igualitario; su identificación plena con la Sociedad Rural; el pedido de que los represores mayores de 70 años sean liberados).
Más allá de las evasivas etiquetas de la política argentina, las diferencias surgen a la hora de las definiciones sobre temas centrales. Por caso, a horas de la buena elección de UNEN en la ciudad de Buenos Aires en octubre pasado, la Corte Suprema ratificaba la constitucionalidad de la ley de medios, y tal decisión encontró a Carrió y otros dirigentes reclamando el juicio político al presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, en tanto que otros reconocían que había llegado la hora de aplicar integralmente la ley.
El GEN, liderado por la diputada Margarita Stolbizer, también dijo presente en el cónclave de Rosario. La legisladora tuvo una relación conflictiva con Carrió. Fueron correligionarias en la UCR y luego socias en la CC hasta que Stolbizer dejó esa alianza y cerró con el socialismo.
El diputado Gerardo Milman, del GEN, estuvo en Rosario junto a Stolbizer. No niega que aceptar a Carrió tiene sus beneficios y también sus riesgos. "Todos sumamos y todos tenemos nuestras debilidades, y ella no es la excepción", resumió tratando de repartir las cargas con más equidad.
"Carrió suma sobre todo en Capital. Habrá que ver si esos apoyos se trasladan a nivel nacional. Pero es una dirigente valiosa y su fuerza estuvo representada en Rosario. De hecho (los dirigentes de la CC), dijeron que en el próximo encuentro ella también estará presente", adelantó.
Milman cree que la diputada tiene "una personalidad difícil, compleja". "Pero si tiene voluntad de aportar ideas más allá de vanidades personales, eso es lo que necesitan los argentinos", dijo.
Para el representante del GEN -que integra el Frente Amplio Progresista junto con el socialismo, Libres del Sur y otras fuerzas- "la Argentina tiene dificultades para construir alianzas que trasciendan los procesos electorales. Los países vecinos lo lograron, y eso es lo que hay que buscar", afirmó.
Se refirió así a los conglomerados de centroizquierda que se integraron con éxito en Chile o Uruguay donde partidos y movimientos logran no sólo coincidir en elecciones sino gobernar. Es el caso del Frente Amplio en Uruguay y de la Nueva Mayoría en Chile.
La electa presidenta Michelle Bachelet amplió la tradicional concertación que había gobernado Chile por dos décadas. Ahora, además del Partido Socialista, la Democracia Cristiana (rival acérrimo de Salvador Allende en los setenta) y otras agrupaciones más chicas, el colectivo sumó al Partido Comunista, no sin resistencias.
Pero para concertar esa amplitud y traducirla en proyectos de gobierno hay que abandonar los esquemas rígidos y entregarse a la diversidad.
"Carrió tuvo dificultades en la construcción colectiva. Pero creemos que más allá de su discurso, su fuerza estuvo presente en UNEN y allí se unió a sectores con los que dijo que nunca más se juntaría, como dirigentes de la UCR", recordó Milman.
Efectivamente, aunque su discurso parece ser siempre el mismo, la trayectoria de Carrió es errática. Suma aliados para competir en elecciones, pero luego los denigra o los humilla. Últimamente lo hace inclusive antes de que dejen de ser sus socios.
Pablo Javkin, titular de la CC a nivel nacional, está seguro de que dentro de su fuerza hay voluntad de participar en un armado progresista capaz de conseguir que el próximo Gobierno "no quede en manos de una de las alternativas del PJ", dijo aludiendo al oficialismo o al massismo.
En cambio, no parece tan comprometido a la hora de vaticinar cuál será el perfil de la líder de su fuerza en el nuevo consorcio. "Carrió no va a dejar de ser Carrió, pero nos parece importante que el acuerdo no sea entre líderes, que haya solidez y persistencia en el tiempo", expresó.
Javkin, que es de Rosario y fue diputado provincial por la CC, aseguró que su fuerza tiene numerosos dirigentes sub-50 en todo el país y que su objetivo es seguir creciendo. "Es un trabajo constante y silencioso. Pero queremos seguir creciendo", aseguró.
Pero ¿qué pasaría si la legisladora -que tiene a los medios del Grupo Clarín siempre a su disposición- empieza a insultar a sus aliados antes de llegar a ser gobierno? En ese sentido, parece más leal y confiada en el grupo mediático que en otros dirigentes. "El contrapoder que existe en la Argentina para frenar a esta dictadura avasalladora es el Grupo Clarín", aseguró sin miramientos.
Javkin quizás padece estas definiciones y por eso hace hincapié en las bases de la coalición que no tienen dudas de cuál es el camino.
"Siempre habrá tensiones entre los líderes principales, con expectativa de ser candidatos", adelantó. Pero no serán un freno, dijo. "La idea es avanzar en el acuerdo partidario y darle solidez a la coordinación parlamentaria", remarcó.
Para mostrar que esa articulación es posible, señaló las experiencias en las legislativas de 2013 en la Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes, Mendoza, Santa Cruz o Río Negro, donde la CC compitió acompañada por partidos que hoy buscan afianzar esa unidad a nivel nacional.
"Creemos que es así como hay que construir de cara a 2015", aseguró el rosarino refiriéndose a ese fenómeno menos visible en las provincias. Y Carrió ¿creerá lo mismo? "No tengo casi dudas", respondió cauto. "De hecho, en la ciudad ella fue la principal impulsora de UNEN", destacó.
Desde Córdoba, el senador Luis Juez, del Frente Cívico de esa provincia, apuntó su conspicua verborragia a favor de subrayar la posibilidad de empezar a construir una alternativa desde los partidos, sin dejar que los personalismos estraguen cualquier embrión de unidad.
"No es momento de hablar de nombres propios. Si no hay vocación de discutir propuestas antes de poner los nombres estamos complicados. Y si para construir esperamos a último momento -antes de las elecciones- eso ya sabemos que no dura nada", pronosticó.
Juez cree que hay un mito "muy instalado" por algunos medios de comunicación que sostiene que Sergio Massa es la mejor alternativa para suceder a Cristina de Kirchner. "Se muestran como una alternativa para solucionar los problemas porque hacen lo indecible para estar en el poder".
"Para que el peronismo no sea sucedido por el peronismo, hay que ser muy generosos, hay que discutir una agenda y ampliar el espacio de acción política", precisó. En ese sentido, el cordobés consideró "verdaderamente auspicioso" el encuentro de Rosario, que lo tuvo allí sentado.
"No nos une el ansia de poder ni el espanto por la derrota. Hay que pensar en un acuerdo pluripartidario. Y en ese sentido, yo tengo una expectativa prudente. Sé que los espacios son más importantes que los hombres y esto es una posibilidad de avanzar", declaró.
Juez destacó, por ejemplo, la "gran voluntad de acuerdo" que mostró Sanz. "Me gustó su vocación constructiva, su propuesta de robustecer las coincidencias", dijo. En Córdoba será difícil, ponderó. "Me va a costar mucho sumarme al radicalismo allí, pero vamos a intentarlo", anticipó.
En cuanto a Carrió, consideró que no es momento para conductas impugnativas. "Hay que salirse de los egoísmos personales y decir qué haríamos nosotros si nos toca gobernar. No es ahora que hay que andar con el dedo levantado. Nosotros no impugnamos a nadie", prometió.
De esa manera se podrá estructurar una alternativa superadora a la del actual Gobierno nacional. Pero si esa chance pasa por Massa o por Mauricio Macri "la Argentina va a tener severas dificultades", vaticinó.
La sociedad política que se busca enhebrar incluye también al senador Fernando Pino Solanas, que mostró flexibilidad y capacidad de adaptación durante la campaña proselitista en la Ciudad junto a Carrió.
El cineasta no fue a Rosario, pero Sanz se comprometió a hablar con él en busca de coincidencias. El titular de la UCR sabe que es necesario vencer las resistencias de miembros de Proyecto Sur que se niegan a hacer negocios políticos con el radicalismo.
El riesgo es que esos sectores confluyan con Claudio Lozano y la CTA, que se mantuvieron al margen de UNEN en la última contienda y que al menos por ahora quedaron por fuera del convite rosarino.
Más cómoda en la adversidad, Carrió supo tener un fuerte respaldo popular. En las elecciones de 2007 -cuando Cristina ganó la presidencia por primera vez- su candidatura al frente de la Coalición Cívica quedó segunda con 23 por ciento de los votos de todo el país.
Pero para 2011, ese apoyo había caído a 1,8 por ciento. Parecía el fin de su carrera política. Su principal rival, Cristina -tan personalista como ella según la ensayista Beatriz Sarlo- fue reelegida en esa misma contienda con 54 por ciento de los votos.
Pero la chaqueña se rearmó y dos años después fue una de las protagonistas victoriosas de las elecciones legislativas, en las que consiguió un nuevo mandato como diputada, esta vez aliada a Solanas y su Proyecto Sur.
Su conducta parece ser la opuesta a la que procura regir los destinos de la nueva coalición. Ella busca primero personalidades que la acompañen sin preocuparse de que luego emerjan contradicciones con los socios del momento en temas como la despenalización del aborto, el matrimonio igualitario o la eliminación de las retenciones al campo.
Consultado por Viernes, Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, opinó que aún con sus rasgos personalistas y su potencial capacidad de daño, Carrió no puede dejar de integrar el nuevo armado.
"Para un frente progresista es mejor tomar los riesgos de integrarla, antes que asumir los perjuicios de dejarla fuera", concluyó el analista.
Fraga recordó que el armado progresista que resultó electoralmente exitoso en la última década fue el Acuerdo Cívico y Social en 2009, que estuvo integrado por socialistas, radicales, el GEN y la CC, y obtuvo el 30 por ciento de los votos en las legislativas, superando al oficialismo que llevaba entre sus candidatos a Néstor Kirchner, Scioli y Massa.
Pese al auspicioso resultado, esa unión transitoria saltó en pedazos meses después y las elecciones de 2011 encontraron de nuevo a la oposición progresista desunida y desorganizada.
"La reunión de estos sectores en Rosario muestra el intento de reconstruir exactamente aquella coalición de 2009 para evitar las divisiones que desarticularon al no-peronismo en las presidenciales de 2011 y en las legislativas de 2013", explicó Fraga.
"Para un proyecto de este tipo, el personalismo de Carrió puede ser un problema, pero lo será aún mayor si ella se queda fuera del proyecto y se presenta a elecciones con uno propio", evaluó.
@marcelavalente4 |
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