Brasilia - Un día después del asalto a la sedes de los tres poderes en Brasilia por simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro, surgen interrogantes sobre la poca preparación, la impericia e incluso sobre una eventual complicidad de las fuerzas de seguridad del Distrito Federal en los episodios.
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El gran desvelo del día después: ¿hubo incapacidad o complicidad de las fuerzas de seguridad?
Las redes sociales estallaban con anuncios de violencia desde hacía días y efectivos que debían custodiar la presidencia, el Congreso y el Supremo se limitaron a filmar los hechos y sacarse “selfies” en medio de los desmanes.
Hubo señales que precedieron a estos eventos. El sábado por la noche, un centenar de buses con unos 4.000 partidarios de Bolsonaro llegaron a la capital y se unieron el campamento delante del cuartel general del Ejército.
El ministro de Justicia, Flávio Dino, autorizó entonces el despliegue de agentes de la Fuerza Nacional de Seguridad Pública, un cuerpo policial especial enviado a diferentes estados en caso de amenaza contra la ley y el orden. Eso no impidió que los manifestantes recorrieran 8 kilómetros desde su campamento hasta la Plaza de los Tres poderes.
Minutos antes de la invasión, un responsable de la seguridad en Brasilia le envió un mensaje al gobernador del Distrito Federal, Ibaneis Rocha, que señalaba: “Los manifestantes son escoltados por la policía y el clima es tranquilo. Es una manifestación totalmente pacífica”.
En su editorial de ayer, el influyente diario O Estado de São Paulo destacó “la facilidad sorprendente con la que los vándalos que no aceptaron la derrota de Jair Bolsonaro invadieron los sitios de poder en Brasilia, en el peor ataque contra la democracia brasileña desde el final de la dictadura militar (1964-1985)”.
Mucho antes de la llegada de los autobuses, numerosas publicaciones en las redes sociales aludían a la concentración en Brasilia.
“Todos los gastos pagos. Agua, desayuno, almuerzo y cena. Y acamparán en Planalto”, el palacio presidencial, señalaba un mensaje en un grupo de partidarios de Bolsonaro en Telegram.
Las dudas también planean sobre los servicios de inteligencia. La actitud de algunos policías también fue cuestionada, a través de videos que muestran a agentes filmando la invasión con sus teléfonos en lugar de intervenir.
En TV Globo, la prestigiosa periodista Miriam Leitão denunció ayer la “bolsonarización de las fuerzas policiales en Brasilia”. Acusó particularmente al despedido secretario de Seguridad del Distrito Federal, Anderson Torres, exministro de Justicia de Bolsonaro, que se encontraba en los Estados Unidos el domingo, al igual que el expresidente.
Torres fue despedido el domingo por el gobernador Ibaneis Rocha, quien a su vez fue suspendido de sus funciones por 90 días por un juez del STF.
Agencia AFP
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