La postura conservadora está expuesta en una suerte de manifiesto publicado en forma de libro con el título "Permanecer en la verdad de Cristo", firmado por los cardenales Gerhard Mueller, Raymond Burke, Carlo Caffarra, Walter y Velasio de Paolis.
"Quedé muy sorprendido por este título, 'Permanecer en la verdad de Cristo', porque es lo que queremos todos. Ésta es una tarea de todos los teólogos y no de algunos cardenales. Depende de qué es la verdad católica, que no es un sistema cerrado, sino abierto a posibles desarrollos, también según el Concilio Vaticano II", dijo Kasper a la emisora de la Conferencia Episcopal italiana RadioInblu.
Kasper fue elegido por el papa Francisco para la relación ante el Consistorio sobre la familia del pasado febrero, centrada en el tema de la "misericordia".
Según el cardenal "la misericordia, corazón del mensaje cristiano, es un tema central tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Muchos santos hablaron de la misericordia. El propio papa Juan XXIII, al comienzo de los trabajos conciliares, dijo que la Iglesia debe utilizar los medios de la severidad, pero también la medicina de la misericordia".
En ese texto, Kasper lanzaba un llamado para que la Iglesia armonizara "fidelidad y misericordia de Dios en su acción pastoral referente a los divorciados vueltos a casar con el rito civil".
Y aun sin querer poner en duda la indisolubilidad del matrimonio sacramental, invitaba a reflexionar sobre la posibilidad de revisar la disciplina sobre las nulidades matrimoniales y la oportunidad de conceder, tras un camino "penitencial", la readmisión a la eucaristía de los vueltos a casar.
Los cinco cardenales del frente conservador, en cambio, en el libro afirman que, examinando los textos bíblicos fundamentales y la patrística, no es posible dar apoyo "sic et simpliciter" a una "tolerancia" en reconocer la facultad de acceder al sacramento de la eucaristía para quienes contrajeron matrimonio civil tras el divorcio.
Los autores argumentan en favor del mantenimiento de las bases teológicas y canónicas de la conexión entre doctrina católica tradicional y disciplina sacramental sobre el matrimonio y la comunión, en particular por lo que se refiere a la persona civilmente divorciada y vuelta a casar. También rechazan la idea según la cual la doctrina tradicional católica y la práctica pastoral contemporánea estarían en contradicción.
El tema, en sustancia, impulsó al Papa a convocar al Sínodo para responder a los tantos desafíos pastorales que plantean las familias de hoy. Al punto que en una entrevista con el diario Il Mattino, Kasper afirmó que "algunos en el próximo Sínodo quieren una guerra teológica. La doctrina de la Iglesia es abierta, ellos quieren una verdad cristalizada. El blanco de las polémicas no soy yo, sino el Papa".
El debate es cada vez más candente, y el libro parece la primera manifestación de oposición a la línea del pontificado de Jorge Bergoglio. El Sínodo, por lo tanto, aparece como un momento de ajuste de cuentas de tensiones que ahora están emergiendo con toda su aspereza.
Aun sin querer hacer una declaración sobre la comunión de los vueltos a casar, el cardenal Gianfranco Ravasi -presidente de la Comisión para el Mensaje del Sínodo- subrayó ayer que un cierto problema sobre la indisolubilidad del matrimonio reconocida a nivel teológico, pero que encontraba dificultades prácticas, ya existía en la Iglesia de los orígenes.
"Lo que ocurre en el Sínodo sobre la familia -dijo en conferencia de prensa- no es algo por el gusto de seguir los tiempos, ni una urgencia presentada por un vasto horizonte de fieles, sino que ya estaba en la Iglesia de los orígenes, ya era uno de los problemas".
Por su parte, el papa Francisco, en un amplio discurso a los obispos recientemente nombrados, los exhortó a no ser custodios de un "fortín" que se ve "asaltado", y a no "malgastar energías para contraponerse y enfrentarse".
Agencia ANSA |
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