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Guía para viajeros (tips para andar más seguro)
Suele hablarse de sitios seguros e inseguros, e incluso se generan constantes rankings al respecto, pero lo cierto es que cada viajero es responsable de sí mismo, sin importar por dónde ande. No es posible blindarse contra la adversidad, pero sí existen pequeñas costumbres que alejan del peligro y los problemas que pueden surgir en cualquier tipo de destinos.
Son pocas las ciudades que no poseen sitios que son potencialmente riesgosos para el turista, ya sean suburbios, calles oscuras o barrios poco seguros. Si no se conoce el lugar o no se está con personas locales, no es conveniente alejarse de las zonas turísticas, especialmente durante la noche.
Al utilizar cajeros automáticos es conveniente elegir los ubicados en zonas seguras. También es mejor operarlos de día y si es en horario bancario mejor, ya que en caso de algún problema puede hacerse el reclamo ante empleados de la entidad. En caso de problemas con el lenguaje, lo mejor es pedir asistencia del personal del propio banco y no de desconocidos.
No exponer la billetera abierta en público es algo obvio, pero es común tomar excesiva confianza y luego lamentarse. Conviene distribuir documentos, efectivo y tarjetas de crédito en más de un sitio, para que en caso de robo la pérdida no sea total.
Prevenir es saludable
Antes de partir a cualquier destino, ya sea lejano o cercano, es importante contratar un seguro para viajero, en especial si se viaja en familia. Previamente es preciso chequear cuál es el alcance de la obra social o prepaga. El seguro para viajero suele ser ofrecido por tarjetas de crédito y es una muy buena opción de protección tanto para niños como para adultos, para urgencias, inconvenientes leves y también graves. Los seguros se pueden contratar desde 3 días hasta por 11 meses de duración.
Una vez en la ruta, llevar un pequeño botiquín de primeros auxilios es siempre una buena idea, sin importar si el destino es un rústico campamento en la montaña o un cómodo paseo por modernas ciudades. Analgésicos, pomadas para reacciones alérgicas, antihistamínico, medicamentos contra el mareo, curitas y vendas ocupan muy poco espacio y pueden ser fundamentales. El protector solar también se vuelve una herramienta de uso cotidiano, así como también el repelente de insectos.
También existen las garantías para transporte de heridos, gastos quirúrgicos y farmacéuticos, así como para demora, robo o extravío de equipajes.
Confianza y comunicación
Aunque nunca se logra totalmente, conviene evitar tener la apariencia del típico turista, que es la presa habitual de los delincuentes. Andar seguro, acompañado y evitando las excesivas consultas sobre direcciones es una buena idea de amigos.
Entender lo más posible la lengua local es de vital importancia, no sólo como medida de seguridad, sino para disfrutar más plenamente.
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