13 de octubre 2023 - 00:00

“Radio Oriente”: comedia familiar de humorismo suave

El relato transcurre en un sólo día. El mandamás del pueblo de Aguarás empieza a sospechar que algo terrible pasó ahí.

Radio oriente. Una escena de la película de Álvaro Urtizberea.

Radio oriente. Una escena de la película de Álvaro Urtizberea.

La historia que se cuenta en “Radio Oriente ” transcurre a lo largo de un solo día y primeras horas de la noche, pero viene de lejos, de cuando en plena tormenta un rayo mató al encargado de mantenimiento de la emisora. O más lejos aun, de cuando un pícaro tuvo que mudarse, dejando a su anciana madre en prisión domiciliaria, porque era ella quien firmaba todas las estafas que armaba su hijo. Ese pícaro es ahora el mandamás del pueblo de Aguarás, y el actual empleado de mantenimiento es el hijo del anterior. Un tipo manso, agradecido, respetuoso. Hasta que empieza a sospechar algo terrible, y se amotina.

Por ahí va la historia, de placidez contagiosa, humorismo suave, y un aire de fábula que, como toda fábula, tiene algo de irreal, algo de universal, y una moraleja a descubrir. En esos y otros órdenes amables e ingeniosos, como la ubicación en un pequeño pueblo de los ’50 o algo así, los personajes que parecen vivir como en trance, y las situaciones medio absurdas que se viven como lo más natural del mundo, esta película se hermana con otras dos de grata memoria: “Hortensia” y “Amor urgente”. Y es lógico, en todas ellas está la mano de Álvaro Urtizberea. En la primera como codirector junto a Diego Lublinsky, en la de ahora como director absoluto y coguionista, en las tres como productor.

También en las tres actúa su hermano Gonzalo, aquí como el tipo habilidoso y melancólico que instiga al otro a la rebelión. Otros reincidentes, Nicolás Espinosa (actor y coguionista) y Marcelo Chirinos (el malo). Se suman los parientes Mex y Violeta Urtizberea, aparece la eterna Pochi Ducasse, quedan para la memoria frases inefables e inconsolables, como “Te espera un porvenir provisorio”, y quedan además unas escenas reveladoras entremezcladas con los créditos finales, y, a modo de bonus, las fotos de familia. Película hecha entre amigos y parientes, para disfrute de todo público.

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