16 de febrero 2011 - 00:00

Se agrava revuelta en reino pro EE.UU. Bahréin: 2 muertos

Manama - Miles de personas marcharon ayer al centro de la capital de Bahréin -el pequeño reino ubicado entre Irán y Arabia Saudita-, poco después que la Policía abrió fuego y mató a un hombre en el funeral de un joven manifestante que había fallecido durante las protestas contra el régimen del premier Jalifa bin Salman Jalifa, que gobierna desde 1971.

El rey Hamad bin Issa al Jalifa expresó ayer sus condolencias por las dos muertes e instauró un comité de investigación de los sucesos, al tiempo que unas 4.000 personas se trasladaban a la plaza principal, informaron testigos. Las palabras del monarca se conocieron horas después que las fuerzas de seguridad abrieran fuego en el barrio occidental de Al Daih y provocaran la muerte de Fadel al Matrok, de 31 años. Según testigos, otras siete personas resultaron heridas.

Esta nueva muerte se produjo durante los funerales de Ali Mushayma, de 22 años, que perdió la vida «luego de las heridas recibidas» durante la represión policial.

Las protestas fueron organizadas vía internet y los llamados a la «sublevación» se enviaron por las redes sociales, como sucedió en Túnez y Egipto, otros dos regímenes que eran aliados de EE.UU. y Europa. «El pueblo quiere la caída del régimen», gritaban los jóvenes en las plazas.

Los chiitas de Bahréin, una de las versiones del islam, predominante en Irán, piden una «nueva Constitución» que garantice una mayor representación en la escena política, dominada por la casa reinante sunita, que es la minoría en la población del archipiélago, menos de un millón y medio de habitantes.

El país más «pobre» de las ricas monarquías y emiratos del Golfo, Bahréin, que en árabe significa «los dos mares», se encuentra en una posición estratégica envidiable y alberga desde hace años en sus puertos a la Quinta Flota de la marina de Estados Unidos. En ese sentido, la Casa Blanca dijo anoche estar «muy preocupada» por la situación y urgió a la contención a todas las partes.

En otra secuela de la revuelta egipcia, cientos de manifestantes opositores y leales al Gobierno de Yemen se enfrentaron ayer con piedras y bastones en la capital.

Unos 1.000 manifestantes, que caminaban por una avenida que lleva al palacio presidencial, fueron bloqueados por la Policía antimotines. A medida que se dispersaban por las calles laterales, eran enfrentados por cientos de partidarios del Gobierno.

La Policía logró contener los enfrentamientos. «¡El pueblo quiere la caída del régimen! ¡Este Gobierno corrupto debe abandonar el país!», gritaban algunos de los presentes, que exigen la renuncia del presidente Ali Abdulá Saleh, un aliado de Estados Unidos frente al ala de Al Qaeda en Yemen. Los manifestantes endurecieron sus reclamos contra Saleh, quien gobierna este Estado de la Península Arábiga desde hace más de tres décadas.

Agencias ANSA y DPA

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