28 de junio 2013 - 00:00

Un análisis de la rentabilidad del ahorro previsional

La ANSES informó recientemente el desempeño del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), al que incorporó la cartera de las ex AFJP luego de la contrarreforma previsional en 2008. Como de costumbre, la presentación es parcial y tendenciosa. Aparentemente, la utilización de los aportes previsionales antes dirigidos a las AFJP por parte de la ANSES para el pago de haberes previsionales a millones de personas (total o parcialmente) sin aportes previos, el pago de planes sociales (asignación universal por hijo, por embarazo, etc.), la asistencia al fisco y el financiamiento de obras públicas de dudosa rentabilidad económica estarían además acompañadas por resultados milagrosos en términos de rentabilidad del FGS.

Lamentablemente, en el mundo real la aplicación de criterios políticos para administrar recursos previsionales y/o su utilización para financiar gasto público (obviamente) reducen la disponibilidad de recursos previsionales futuros. En tal sentido, las preferencias sociales pueden explicar o justificar la contrarreforma de 2008 (de hecho votada por la inmensa mayoría de los legisladores en el Congreso), pero sería muy triste que no veamos los costos y sacrificios que ella impone hasta que nos estallen en la cara.

Lejos de pretender una evaluación exhaustiva de los costos detrás de la contrarreforma, esta nota propone reexaminar solamente cuál ha sido hasta aquí la rentabilidad del FGS. La primera fila del cuadro refleja los datos informados por ANSES, sobre los que se monta la propaganda oficial que enfatiza un aumento del valor del FGS del 170% respecto de su nivel al momento de la contrarreforma (diciembre de 2008), dando a entender que tal porcentaje refleja la elevadísima rentabilidad obtenida. Las siguientes filas del cuadro, sin embargo, muestran por qué tal propaganda es falsa.

• Las cifras oficiales están expresadas en pesos corrientes, de manera que descontando la inflación minorista medida por el INDEC se obtiene un crecimiento real del FGS del 82% desde diciembre de 2008; además, como en el semestre previo a la contrarreforma -en el contexto de la crisis financiera internacional- el valor de las carteras de las ex AFJP cayó en promedio un 20%, el FGS creció un 55% desde junio de 2008.

• Más seriamente, utilizando mediciones no oficiales de inflación -en torno al 20% promedio anual desde 2009- se concluye que en términos reales (sin las comillas esta vez) el FGS creció sólo un 18% desde diciembre de 2008 y que incluso cayó un 8% desde junio de ese a{p.

• Eliminando reintegros de capital al FGS realizados por ANSES desde 2009 (una pequeña parte -poco más de $ 9 mil millones hasta aquí- de los $ 1,2 mil millones mensuales de aportes personales que hasta 2008 eran recibidos por las AFJP), se concluye que la rentabilidad del stock de activos recibidos por ANSES tuvo un crecimiento real del 14% desde diciembre de 2008 y sufrió una contracción real del 12% desde junio de ese año.

• Aplicando la rentabilidad promedio efectivamente obtenida por los fondos de pensión de 8 países de América Latina, el FGS hubiera tenido una rentabilidad acumulada del 25% desde diciembre de 2008 y del 19% desde junio de ese año, esto es, entre 3 y 5 puntos anuales por encima de la rentabilidad lograda bajo la administración de la ANSES.

• Por último, considerando no sólo el stock de activos recibidos por la ANSES, sino también los fondos que mensualmente aportaban a dicho stock los afiliados a las ex AFJP antes de la contrarreforma, ésta representó una drástica reducción del ahorro previsional: de haberse integrado la totalidad de dichos aportes al FGS luego de la contrarreforma, y dejando lo demás igual, éste habría aumentado un 76% real desde diciembre de 2008 y un 36% real desde junio de igual año.

Pero además hay al menos dos elementos cualitativos del FGS muy preocupantes. Uno, que el 82% de su crecimiento nominal luego de la contrarreforma se concentra en 2 rubros (títulos públicos y proyectos productivos) de muy difícil (y poco transparente) valuación. Dos, que luego de la contrarreforma (pero no antes) las acciones privadas en cartera del FGS tuvieron una rentabilidad promedio significativamente menor que la del índice Merval25, dañando adicionalmente la rentabilidad del FGS desde 2009.



Conclusiones

En síntesis, el rendimiento real del FGS postcontrarreforma es muy bajo en términos absolutos, históricos y relativos al resto de América Latina. Más generalmente, el análisis anterior viene a demostrar lo obvio: utilizar los recursos previsionales para pagar gasto público, cualquiera sea su calidad y los fundamentos redistributivos esgrimidos, sí tiene costos. Una vez que se deje de lado la ficción de que la contrarreforma de 2008 representa una situación ganancia-ganancia por donde se la mire, los aspectos de eficiencia y justicia distributiva deberán re-examinarse en el contexto de los desafíos futuros que la contrarreforma plantea al sistema previsional. Sin engaños ni mentiras.

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