Según explica una chica en una escena clave "Luna de Cigarras" es cuando los insectos se quieren aparear, o algo así, y por ende está todo bien a todo nivel. .
El título, más propio de una de James Ivory con Emma Thompson, no suena bien para una comedia negra policial demasiado explícita en sus raíces Quentin Tarantino. Algo obvio en el prólogo con unos facinerosos discutiendo si la caipirinha se degusta mejor o peor en tal o cual país del Mercosur.
Una vez superados estos reparos, la película toma su curso y divierte de modo genuino. La trama sobre los enredos relacionados con dólares de un yanqui (Nathan Haase, en un rol con ecos del de Christian Slater en "True Romance") y otros más descoloridos cosechados in situ, a veces se pasa de la raya a varios niveles, con algunos detalles muy políticamente incorrectos pero justamente por eso muy chispeantess.
Los defectos que pudiera tener este film se redimen automáticamente ante la sola mención del ser sobrenatural que nadie se atrevería ni a mencionar por abominable e impresentable el Brasiguayo. Este mitológico engendro del folklore de la triple frontera está interpretado con la mejor mala vibra por el histrión Beto Barsotti, a quien el público de distintos festivales europeos ya ha nominado como juglar vitalicio del Parlasur.
"Luna de Cigarras" es un disparate no siempre original, ni tampoco moderado en su incorrección política, pero realmente es una historia divertida, bien narrada y muy bien filmada.
D.C. |
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