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“Volver al futuro”: mañana es el día
El aeropatín, ese aparato volador sin ruedas en el que se subía McFly -interpretado por Michael J. Fox- sigue siendo una pieza de museo, como puede verse en Seattle, y jamás fue patentado. Aunque en Internet circulan un par de videos con esas tablas sin ruedas, se trata de falsificaciones o modelos que sólo funcionan en suelos especiales, como un prototipo de suspensión magnética de la firma automotriz Lexus. Lo mismo ocurre con los robots que sacaban a pasear al perro, que se veían en la película, o las chaquetas inteligentes que se adaptaban solas al tamaño de quien las llevaba y se secaban en un instante. Toda fantasía
El "hidratador" que convertía en unos segundos una pequeña pieza en una pizza caliente también está por inventarse, y ni qué decir los automóviles voladores que no empleaban combustible sino chatarra. "Pero es que se trataba de una película sobre el futuro y para hacer eso se necesitaban automóviles voladores", contaba hace cinco años el coautor del guión, Bob Gale, que escribió el libreto junto al cineasta Robert Zemeckis.
Sin embargo, algunos pronósticos del film son acertados: en aquel futuro ficticio por todas partes colgaban pantallas planas, algo que no podía preverse a finales de los años 80. Y las personas se comunicaban por videollamada, lo que la telefonía móvil ha tornado en muchos casos en realidad. Sin embargo, el film no imaginó celulares, ni Internet, y en su 2015 un mensaje se sigue transmitiendo por fax. ¡Por fax!
El film fue clarividente en que los asiáticos ya constituían una parte fundamental de la economía (no hacía falta esforzarse mucho, porque ya entonces los japoneses estaban comprando los grandes estuidos de Hollywood, algo que aparece en la película) y un cartel publicitaba vacaciones surferas en Vietnam, algo absurdo poco más de diez años después de aquella guerra, pero normal hoy día para muchos estadounidenses. Además, en la película se ve una PC de Apple en un local de antigüedades. Algo que también podría encontrase hoy en día. Y nada barato.
Y si bien no existe la lluvia que pare al segundo, la inflación no es tan alta como para que haya que pagar una Pepsi con un billete de 50 dólares (al menos no por el momento), por mucho que los 6.500 ejemplares de la edición especial que la marca ha hecho para el "Back to the Future Day", "Pepsi Perfect", puedan valer mucho más como pieza de colección para los fans. Los controles de voz para muchos aparatos y la tecnología multimedia ya se veían en la película, como unas gafas de video al estilo de las Google Glass. Y, esforzándose un poco, puede verse una similitud cuando aparecían los datos personales de quien llamaba en la pantalla del teléfono y la pantalla de Facebook.
En lo que respecta a la energía, aún no se ha alcanzado el futuro soñado: cuando el profesor Doc Brown, interpretado por Christopher Lloyd, necesitaba energía, tiraba simplemente un par de desperdicios de cocina en el reactor blanco "Mr. Fusion". Curiosamente, ese suministrador de combustible para la máquina del tiempo, el "condensador de flujo", se inspiró en un molino de café de la marca alemana Krups.
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