18 de octubre 2007 - 00:00

La emigración en un buen documental

«Nos fuimos» (Argentina, 2006, habl. en español y francés). Guión y dir.: G. Santiso. Documental.

Así como en otros tiempos se hicieron películas sobre inmigrantes acostumbrándose a la Argentina (dicho sea de paso, ¿dónde conseguir una buena copia de «Río abajo», protagonizada en 1960 por auténticos lituanos del Delta?), hoy se hacen películas sobre argentinos acostumbrándose a otras tierras. Más allá de la emblemática «Made in Argentina», de 1987, basado en la obra teatral de Nelly Fernández Tiscornia, lo de ahora son documentales como «Mundo exterior», ambientado en Barcelona 2005, o «Unsaludoparatodoslosquemeconocen » (así, todo junto); que registra testimonios de argentinos residentes hasta en el Japón y los Balcanes.

«Nos fuimos», sinceramente bien hecho, presenta a seis connacionales residentes en Canadá, exponiendo a cámara sus diversas experiencias, consejos, y expectativas en la otra punta del continente. Ahí están desde el que se fue por tres meses a comienzo de los '70, y tiene su grupo de tango, hasta la que renueva su visa de turista mientras busca algún trabajo estable, y el que se fue hace tres años y ya está naturalizado (muy inteligente, «la jueza nos invitó a que no perdiéramos nuestra cultura, sino a que adoptáramos una más»). Algunos consejos: perder «esa idea porteña del status», porque hay que arremangarse y hacer algo con las manos («total, tus amigos no van a enterarse»), que no haya tanta nostalgia por los símbolos habituales («no extraño, porque el dulce de leche, etc., son recreables», dice el que parece tenerla más clara, mientras toma su matecito), y, si emigran en pareja, que sea con una ya sólida, para evitar dos problemas simultáneos. Una observación: «en último caso, no es más dramático irse que volverse». Eso sí, todos los entrevistados sueñan volver, pero de visita, sobre todo la hija del que se fue en los '70 y trató de reinstalarse en Buenos Aires en el '86. «A los dos meses estábamos otra vez en Canadá».

Entremezcladas, aparecen curiosas imágenes de la vida cotidiana en ese lugar del Primer Mundo hoy bastante habitado por gente del Tercero: calles limpias, ardillas, chicas musulmanas jugando al softbol en un parque, una manifestación tranquila, un stripper invadiendo la cancha en pleno partido de béisbol, toda clase de rostros y vestidos, bailes públicos, ventoleras de nieve, y, mientras espera un desfile de colectividades,todo el público cantandoen un coro espontáneo ¡ dirigido por el policía de tránsito!

La seguridad y el bienestar económico son lo primero que destacan los entrevistados. Las amistades sin almidón ni horario de visita, lo que más extrañan.

Costumbres argentinas: uno de ellos cultiva su propia quinta de zapallitos y perejil criollo. Se puede ser argentino extraterritorial, pero el paladar tiene sus exigencias.

Director, Gonzalo Santiso, nieto de inmigrantes gallegos.

P.S.

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