El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a modificar su postura sobre la guerra en Ucrania. Tras prometer el año pasado que pondría fin al conflicto en “24 horas” y asegurar la semana pasada que la paz solo sucedería si él y Vladimir Putin se reunían cara a cara, ahora el líder estadounidense plantea una nueva posición: el acuerdo de paz debe surgir directamente entre Rusia y Ucrania.
El diálogo entre Donald Trump y Vladimir Putin: de qué hablaron y por qué puede haber un cambio de rumbo en las negociaciones
El presidente estadounidense afirmó que los acuerdos deberán gestarse entre los dos países involucrados. Además, incluyó al recientemente entronizado, papa León XIV.
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Donald Trump y Vladimir Putin conversaron por teléfono: ¿qué depara el futuro de las negociaciones por la paz en Ucrania?
La nueva postura de Trump de cara al conflicto - que ya lleva más de tres años de iniciado - se dio tras una extensa conversación telefónica con el mandatario ruso. Además, el republicano sostuvo que incluso se mencionó la posible participación del recientemente entronizado, papa León XIV.
El nuevo rumbo de las negociaciones por la paz entre Rusia y Ucrania
A pesar de su nuevo diagnóstico, Trump no perdió optimismo en las negociaciones. A través de sus redes sociales aseguró que las mismas “comenzarían inmediatamente” para alcanzar un alto el fuego y el fin de la guerra.
Por parte de Moscú el tono fue más cauteloso. Putin expresó su disposición a colaborar con Ucrania para trabajar en un “memorándum sobre un posible futuro acuerdo de paz”, sin avanzar en definiciones concretas. Además, insistió en que cualquier resolución debe abordar las “raíces” del conflicto, las cuales, según el Kremlin, están en el acercamiento de Ucrania a Europa, sobre todo su búsqueda por entrar a la OTAN.
En ese marco, las posturas de ambos líderes volvieron a mostrar distancias notorias. Mientras Trump habla de avances inmediatos, Putin parece inclinarse por procesos graduales sin plazos definidos.
El rol de Estados Unidos
Trump también deslizó la posibilidad de que Estados Unidos se retire del proceso si no ve avances significativos. “Hay grandes egos involucrados, pero creo que algo va a suceder. Y si no sucede, simplemente me retiraré y tendrán que seguir adelante”, advirtió el lunes por la tarde.
Una salida de Washington podría tener implicancias profundas, entre ellas, la suspensión del apoyo militar y de inteligencia a Kiev. Esa posibilidad ya fue sugerida por funcionarios como el vicepresidente JD Vance y el secretario de Estado, Marco Rubio.
Para Rusia, una retirada estadounidense sería favorable. En cambio, preocupa seriamente al presidente ucraniano Volodimir Zelenski: “Es crucial para todos nosotros que Estados Unidos no se distancie de las conversaciones y la búsqueda de la paz”, advirtió tras la llamada entre Trump y Putin.
Mientras Trump ofreció incentivos económicos como acuerdos comerciales y reducción de sanciones para atraer a Rusia a la mesa, evitó hablar de represalias. No mencionó nuevas sanciones ni restricciones a la banca rusa o al sector energético. Es más: su discurso fue menos confrontativo que en ocasiones anteriores, cuando había advertido que no permitiría que Putin lo “tomara por tonto” y le exigió no atacar zonas civiles.
A pesar de ese pedido, el domingo Rusia lanzó el mayor ataque con drones contra ciudades ucranianas desde el inicio de la guerra. La distancia entre los dichos y los hechos sigue marcando el pulso de un conflicto que, pese a los intentos de diálogo, aún parece lejos de una resolución concreta.
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