21 de diciembre 2006 - 00:00

Expectativa en España: ya se negocia con ETA

Expectativa en España: ya se negocia con ETA
Madrid (AFP, EFE, ANSA) - Emisarios del gobierno español y de ETA se reunieron oficialmente el jueves de la semana pasada «en un país europeo», por primera vez desde que la organización terrorista vasca anunció en marzo un cese del fuego permanente.

Aunque la información, divulgada ayer por los diarios «El Correo» y «El Diario Vasco», no fue confirmada por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, la realización de un primer contacto supondría el relanzamiento del delicado proceso de paz, que últimamente era considerado en punto muerto.

Según el diario vasco, que no citó fuentes identificables, «el gobierno y ETA mantuvieron el jueves su primera reunión oficial». «La entrevista, celebrada en un país europeo, ha devuelto el optimismo al Ejecutivo, porque la banda no planteó romper la tregua», añadió.

Según el rotativo vasco, una vez informado de los resultados de este primer encuentro, Zapatero decidió convocar para mañana al líder de la oposición conservadora, el presidente del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, un duro crítico del proceso negociador, en lo que será su segundo encuentro del año. Los dos dirigentes se reunirán en el Palacio de La Moncloa, sede del gobierno, donde mantuvieron una reunión el 28 de marzo pasado, cuatro días después de que entrara en vigor el alto el fuego permanente de ETA. El nuevo encuentro promete ser polémico, ya que Rajoy planteará las «líneas rojas» de cualquier eventual acuerdo como condición a un apoyo futuro.

El gobierno español hizo sabera finales de junio que un primer encuentro oficial con ETA se iba a realizar durante el verano (boreal), del cual informaría a fines de setiembre a los partidos políticos. Pero sin que ninguna de las partes diera explicaciones, el encuentro fue postergado, mientras el gobierno y los independentistas vascos manifestaban pública y reiteradamente sus divergencias sobre las prioridades de un proceso que estaba prácticamente estancado y en crisis.

«No hay novedades relevantes que comunicarles», dijo el ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba,en una rueda de prensa que había despertado gran expectativa.

Ante la insistencia de los periodistas, el funcionario evitó reiteradamente confirmar o desmentir la reunión con ETA y aseguró que cuando haya información relevante los primeros en enterarse serán los grupos políticos con representación parlamentaria.

«Hablaré con ellos estos días. Seguro que sí, que hablaré con ellos estos días y, en algún momento, cuando haya una información relevante, cuando haya alguna propuesta, pues entonces iré al Parlamento y haré una ronda formal», indicó Pérez Rubalcaba.

Pero ese momento «no ha llegado todavía», añadió el ministro, quien pidió «comprensión» y «paciencia» ante un proceso que «es largo» y que «está en sus fases preliminares», y en el que el gobierno va a seguir comportándose con prudencia y discreción.

  • Confianza

    No obstante, Pérez Rubalcabaexpresó su confianza en que «esas fases den paso a otras más sustantivas» y manifestó que «el gobierno no es ni más pesimista ni más optimista que hace quince días».

    El gobierno «no puede estar permanentemente informando, porque es un proceso que no cambia todos los días», explicó el responsable de Interior, quien agradeció a los grupos políticos la prudencia que demuestran cada vez que se reúne con ellos.

    El ministro insistió en que «un proceso de esta naturaleza no se puede radiar ni televisar», porque, de lo contrario, «se corren riesgos que el gobierno no está dispuesto a correr».

    En más de 38 años de enfrentamiento contra el Estado español, ETA (Patria Vasca y Libertad) mató a unas 850 personas, en su mayoría civiles y militares, en su lucha terrorista para reivindicar la independencia del País Vasco. Su último atentado mortal fue en mayo de 2003.

    Pero el robo de 350 pistolas y revólveres por un comando de ETA el 23 de octubre pasado en Vauvert (Francia) alimentó en España las dudas sobre la verdadera voluntad de la organización separatista de renunciar definitivamente a la lucha armada.
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