Lanzados hace 20 años, los vapeadores ya son parte del escenario social en numerosos países. En estas décadas han ido surgiendo diferentes documentos científicos con datos y estadísticas, que van consolidando la opinión referida a que vapear no solo es menos perjudicial para la salud, sino que además es una herramienta alternativa para dejar el cigarrillo.
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Crece el debate sobre el vapeo
Avanza la experiencia internacional con aplicación de políticas públicas para regular su uso. La evidencia científica señala que es menos perjudicial para la salud.

El 30 de mayo se ha fijado como el Día Mundial del Vapeo, situado un día antes del Día Mundial Sin Tabaco, con el objetivo de contrastar los enfoques prohibicionistas con una visión alternativa centrada en la ciencia y la reducción de riesgos.
El vapeo representa solo una fracción del riesgo asociado al tabaquismo tradicional y se estima que es al menos un 95% menos perjudicial en el corto y mediano plazo. Así lo sostiene la Oficina para la Mejora de la Salud del Reino Unido (Office for Health Improvement and Disparities del Reino Unido, anteriormente Public Health England), que confirma que los cigarrillos electrónicos son significativamente menos dañinos que los convencionales. Además, se ha demostrado que estos sistemas alternativos son el método más utilizado —y el más efectivo— para ayudar a los fumadores a dejar el cigarrillo.
La evidencia científica respalda el vapeo
El Real Colegio de Médicos del Reino Unido (The Royal College of Physicians) sostiene que los cigarrillos electrónicos y otros productos de nicotina sin combustión “son significativamente menos perjudiciales que fumar”. Además, señala que el vapeo es más popular que las terapias tradicionales de reemplazo de nicotina y puede ser más efectivo para dejar de fumar.
En un informe del 2022, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (National Health Service) aclara que, si bien la nicotina es adictiva, no es la causa principal de enfermedades; el daño proviene de otras sustancias presentes en el humo del cigarrillo, como el alquitrán y el monóxido de carbono. Vapear reduce la exposición a estas toxinas, y permite además ajustar progresivamente el nivel de nicotina hasta eliminarla por completo.
Más países se apoyan en el vapeo para eliminar el cigarrillo
Gracias a una política activa de reducción de daños, Suecia logró que solo el 4,5 % de los adultos nacidos en el país fumen actualmente. Este avance histórico se logró ofreciendo alternativas más seguras a los fumadores adultos. El país escandinavo priorizó un enfoque basado en evidencia: reemplazar el cigarrillo por formas de consumo de nicotina sin combustión, lo que redujo significativamente las enfermedades, discapacidades y muertes prematuras relacionadas con el tabaquismo.
Suecia está a punto de convertirse en el primer país del mundo libre de humo, según los criterios de la Organización Mundial de la Salud, y su modelo ya está siendo replicado con éxito en otros países.
- Nueva Zelanda redujo casi a la mitad su tasa de fumadores, del 12,2 % en 2018 al 6,9 % en 2024, impulsando el acceso al vapeo.
- Japón experimentó un descenso del 43 % en las ventas de cigarrillos entre 2015 y 2020, en paralelo al crecimiento del uso de dispositivos de tabaco sin combustión.
- Reino Unido logró que casi tres millones de personas dejaran de fumar gracias al uso de vapeadores, según datos del Servicio Nacional de Salud.
En nuestra región, Chile se destaca por haber sancionado recientemente la ley 21.642, considerada de avanzada al permitir el vapeo e imponer límites a su comercialización y publicidad, con el objetivo de proteger a los menores de edad. Entre otros aspectos la regulación establece la incorporación de advertencias sanitarias en envases y empaques de cigarrillos electrónicos y líquidos de vapeo.
Precisamente, frente al inevitable incremento de consumo del vapeo que se ha instalado en las sociedades, resulta imperativo que los países evalúen e impongan regulaciones inteligentes y racionales que eviten la comercialización de productos. Esto evitará el ingreso al mercado de productos de dudosa procedencia y/o fabricación, sin controles de calidad ni de normas de fabricación, que incorporen elementos e ingredientes especialmente nocivos para la salud y/o también elevados niveles de nicotina, sin que esto sea debidamente informado al consumidor final.
Otras voces se suman al debate
Federico N. Fernández, Director Ejecutivo de Somos Innovación y CEO de We Are Innovation remarca que “la lección es que, proporcionar a los fumadores alternativas más seguras, puede conducir a reducciones sustanciales en las tasas de tabaquismo. Ya sea a través de vapeadores, productos de tabaco calentado o bolsas de nicotina, estas opciones ofrecen a los fumadores una salida del ciclo adictivo del cigarrillo”.
Fernández añadió que “un cambio crucial sería revisar las políticas prohibicionistas actuales sobre vapeo y tabaco calentado, implementando en su lugar un marco regulatorio inteligente y basado en evidencia. Esta evolución brindaría a los fumadores acceso a opciones más seguras”.
We Are Innovation es una red de personas e instituciones que creen firmemente en el poder de la innovación para impulsar el progreso y resolver los problemas más urgentes del mundo. Está integrada por más de 40 think tanks, fundaciones y ONG en todo el mundo.
Por su parte, la Alianza Mundial de Vapeadores (World Vapers’ Alliance, WVA) a través de su Policy Manager, Alberto Gómez Hernández, destacó que “celebramos el Día Mundial del Vapeo porque es una innovación que ha salvado millones de vidas en todo el mundo y ha contribuido a mejorar la salud pública”.
La WVAs es una asociación civil creada para defender el vapeo, ofreciendo una plataforma unificada que permite que quienes ostentan el poder escuchen sus voces.
La evidencia científica es clara: vapear es considerablemente menos dañino que fumar y más efectivo para dejar el cigarrillo que las terapias de reemplazo tradicionales.
El denominador común para este fenómeno es la implementación de políticas que permiten a los fumadores adultos acceder a productos de nicotina más seguros. En contraste, aquellos países que mantienen políticas prohibitivas sobre el vapeo avanzan a un ritmo mucho más lento.
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