Las perspectivas de crecimiento de las empresas empeoraron en lo que va de 2025 como consecuencia de la volatilidad económica global y la incertidumbre geopolítica.
Las empresas internacionales revisan a la baja sus proyecciones de crecimiento para este año
La volatilidad económica y la incertidumbre geopolítica son las principales preocupaciones de las compañías, según una encuesta realizada entre 2.000 CEO.
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Las perspectivas de crecimiento de las empresas empeoraron en lo que va de 2025, según una encuesta de KPMG Internacional.
Así lo revela una encuesta realizada por KPMG Internacional entre 2.000 altos ejecutivos de empresas de todo el mundo, que participaron de un foro virtual.
Casi la mitad de los consultados (47%) señaló que desde enero pasado hasta la actualidad vienen revisando hacia la baja las proyecciones de crecimiento de sus compañías.
Esta situación está vinculada con las dos principales preocupaciones que tienen en la actualidad los CEO de empresas globales. La primera es la volatilidad macroeconómica, según reveló el 34% de los encuestados.
La segunda tiene que ver con la incertidumbre geopolítica mundial en un escenario que los expertos de KPMG describen como una “recesión crítica” en que Estados Unidos pierde el dominio global y se vuelve a un mundo más bipolar. Este factor fue considerado por el 30% de los ejecutivos encuestados.
Bastante más atrás en los porcentajes de respuestas se ubican otras preocupaciones, como las políticas regulatorias (15%), los desafíos tecnológicos (7%), las dificultades para reclutar talento (6%), la fragilidad de las cadenas de distribución (5%) y los riesgos climáticos (1%).
Como consecuencia de la combinación de estos factores, los CEO aseguran que se vieron obligados a revisar las perspectivas de crecimiento. En rigor, este comportamiento también está en línea con los pronósticos macroeconómicos que KPMG International realiza en su informe Global Economic Outlook.
Allí la auditora global sostiene que el crecimiento del PBI mundial se ralentizará a velocidades bajas que no se registraban desde la crisis financiera mundial de 2008/9. Concretamente dice que se desacelerará del 3,2% registrado en 2024 a un 2,7% en 2025. Y prevé que podrá recuperar algo de terreno en 2026 cuando llegue al 2,8%. En simultáneo, espera que la inflación mundial baje del 4,5% en 2024 al 3,6% en 2025, para llegar al 3,1% en 2026.
Qué deben hacer los CEO para surfear los desafíos de la crisis internacional
Según Regina Mayor, directora Global de Clientes y Mercados de KPMG, “en el panorama empresarial actual, es poco probable que las últimas previsiones económicas globales de KPMG tomen por sorpresa a algún líder empresarial. Actualmente, los ejecutivos están adoptando una estrategia de ‘pausa y preparación’, retrasando las decisiones de inversión significativas mientras se preparan para posibles recesiones económicas que pueden obstaculizar las aspiraciones de crecimiento”.
En base a este diagnóstico, recomendó: “A pesar de los desafíos actuales, es decisivo que los líderes empresariales desplacen el enfoque hacia la identificación de oportunidades y la atención a los riesgos geopolíticos como activos estratégicos en lugar de obstáculos. Este es un momento oportuno para aprovechar estas ideas para transitar el intrincado terreno económico global. Los CEOs deben mantenerse informados, ágiles y listos para adaptarse a las circunstancias que cambian rápidamente”.
En lo que hace a la situación geopolítica global, una de las mayores preocupaciones de los CEO, el equipo Geopolítica Global de KPMG describe el escenario internacional actual como una “recesión crítica”, una fase de transición que pasa de una era de globalización dominada por Estados Unidos a un mundo más multipolar.
Sostiene que en virtud de este desplazamiento, las potencias emergentes, como India, Brasil, México y Turquía, así como las economías del sudeste asiático, están imponiendo su influencia, lo que lleva a un entorno geopolítico más disputado.
“Ahora nos enfrentamos potencialmente a más conflictos globales que en cualquier otro momento desde 1946. Este aumento histórico de la agitación afecta negativamente a las cadenas de suministro y las operaciones, particularmente cerca de nodos del comercio internacional críticos como el Estrecho de Bab-El-Mandeb/Canal de Suez, el Mar de China Meridional y el Canal de Panamá. Estas áreas, esenciales para el comercio mundial, son cada vez más vulnerables a las perturbaciones debidas a conflictos regionales y a la superposición de reivindicaciones de soberanía”, afirmó Stefano Moritsch, director de Geopolítica Global de KPMG.
En cuanto a las disputas comerciales señaló: “La fragmentación del comercio mundial, el aumento del conflicto y la incertidumbre sobre los aranceles en Estados Unidos están obligando a los líderes empresariales a hacer una pausa y adoptar un enfoque de ‘esperar y ver’. La volatilidad es la nueva normalidad y las empresas deben tratar el riesgo geopolítico como un activo, en lugar de una nueva amenaza. El imperativo para las empresas ahora es desarrollar una visión clara de cómo estas tendencias geopolíticas afectarán sus objetivos estratégicos no solo en el corto plazo sino en los próximos años. Con una comprensión más profunda de estas dinámicas geopolíticas y un compromiso proactivo en la gestión de riesgos, las empresas pueden navegar el entorno turbulento con más habilidad, convirtiendo las incertidumbres en oportunidades”.
El panorama en la región América y la excepción de Brasil
El informe de KPMG resalta que los cambios de política y la escalada de las tensiones del comercio internacional están impulsando una desaceleración económica predecible en el continente americano.
“La incertidumbre generalizada funciona como un impuesto monetario, estancando las inversiones empresariales y la toma de decisiones, a la vez que los ejecutivos de América del Norte y del Sur se enfrentan a un entorno de políticas profundamente impredecibles”, explica.
Sobre el impacto concreto en la macroeconomía de la región, sostiene que “a medida que las empresas continúan buscando mayor claridad, el impacto se está sintiendo en el crecimiento del PBI, que se espera que se desacelere al 2,7% en 2025, marcando el período de crecimiento más débil en toda la región desde la crisis financiera de 2008/9”.
A pesar de la profundización de las preocupaciones económicas en América, están surgiendo algunas oportunidades de crecimiento, y Brasil se destaca como un caso de excepción.
Aprovechando su estrecha relación comercial con China, Brasil ofrece vías de crecimiento únicas, particularmente en las exportaciones agrícolas. Los lazos estratégicos del país con Beijing podrían mitigar algunos de los impactos adversos de las políticas comerciales estadounidenses, posicionando al país como un actor relativamente estable en la región, destaca el informe.
Europa se destaca con un crecimiento leve
Según KPMG, Europa se enfrenta a unas perspectivas de crecimiento modestas a corto plazo, ya que la incertidumbre pesa sobre la inversión empresarial y la confianza de los consumidores. Se espera que el PBI de la eurozona aumente en torno al 0,9% en 2025 y al 1,1% en 2026. Sin embargo, el panorama es heterogéneo, con un crecimiento general atenuado que enmascara los resultados divergentes en todo el continente.
Las economías europeas están configuradas por las diferencias en los análisis fundamentales, así como por las limitaciones fiscales y la exposición a los vientos geopolíticos que actualmente soplan de frente.
Las de Europa meridional y oriental, como España y Polonia, están exhibiendo desempeños sólidos gracias a una consistente demanda interna, inversión específica y buen desempeño del mercado laboral.
Por el contrario, muchas economías centrales, como Alemania y Francia, siguen enfrentando limitaciones estructurales y fiscales que podrían limitar su crecimiento.
Yael Selfin, economista principal para Europa de KPMG International, explicó que “Europa mantiene su vulnerabilidad frente a un escalamiento de los aranceles, en particular de los productos farmacéuticos, que representan una gran parte de las exportaciones de diversas economías europeas. Esta incertidumbre permanente está creando un grado de precauciones en la planificación empresarial y las inversiones”.
El cambio de reglas en el comercio internacional golpea a la región Asia-Pacífico
La incertidumbre comercial, impulsada en gran parte por la incertidumbre actual sobre las políticas de comercio exterior de Estados Unidos, está afectando cada vez más las condiciones económicas en toda la región de Asia y el Pacífico, principalmente debido a la alta dependencia de la región del comercio internacional.
Brendan Rynne, Economista Principal de KPMG International para Asia y el Pacífico, analizó: “Los cambios en la política de comercio internacional del nuevo gobierno estadounidense van a tener algunas consecuencias graves para las economías de la región Asia-Pacífico. Estas repercusiones son particularmente graves debido a que en la región las redes de comercio internacional se encuentran entrelazadas. Las economías de toda la región pueden girar estratégicamente en respuesta a estos cambios, ya sea mediante la diversificación de las alianzas multilaterales en pos del comercio internacional, la inversión en tecnología para mejorar la eficiencia de la producción o el fortalecimiento de los mercados nacionales para mitigar los impactos”.
KPMG International predice que el crecimiento del PBI de Singapur podría caer hasta un 3% a principios de 2026, lo que probablemente empujaría a la pequeña ciudad-estado a una recesión. Del mismo modo, se espera que el crecimiento del PIB dIe Hong Kong disminuya alrededor de un 1,5% en el mismo período, lo que subraya importantes tendencias a la baja de la economía.
No se descarta que China, el gigante económico de la región, pueda experimentar una desaceleración también. Se prevé que su crecimiento del PIB se reducirá en un 0,5% para finales de 2025, y que el impacto se intensificará hasta alrededor del 0,9% para 2027 debido a la imposición de aranceles por parte de los Estados Unidos. Y Japón y Corea del Sur tampoco están libres de estos shocks económicos; es probable que el crecimiento de Japón disminuya a alrededor del 0,5% en 2026, mientras que se espera que Corea del Sur experimente una reducción del 1,5% para 2028.
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