14 de junio 2025 - 00:00

Mayores de 50 y empleo: cómo reinsertarse, reinventarse y destacar

A pesar de los prejuicios del mercado, cada vez más profesionales senior logran volver al ruedo laboral o emprender nuevos proyectos. Las claves para hacerlo con éxito: marca personal, actitud y una narrativa potente.

Muchos profesionales senior eligen no volver al empleo formal, sino volcarse a proyectos propios.

Muchos profesionales senior eligen no volver al empleo formal, sino volcarse a proyectos propios.

La edad no es un techo, sino un trampolín. Esa es la premisa que guía el trabajo de Soledad Depresbítero, relacionista pública y especialista en marca personal, que acompaña a profesionales mayores de 50 años en su camino de reinvención laboral. En diálogo con Ámbito, aporta herramientas prácticas y derriba mitos que impiden aprovechar un capital invaluable: la experiencia.

“El problema no es competir con los más jóvenes, sino mostrar un valor distinto”, afirma. Y subraya que no se trata de disfrazarse de algo que no se es, sino de potenciar la historia propia. “El discurso profesional tiene que reflejar autenticidad, no adaptación forzada”, explica. Desde su visión, los profesionales senior pueden convertirse en aliados clave para equipos más jóvenes gracias a su “estabilidad, mirada crítica y capacidad de síntesis”.

Traducir la experiencia en valor actual

Depresbítero sostiene que el gran diferencial de los mayores de 50 no es solamente lo que saben, sino cómo lo comunican. “No alcanza con decir ‘tengo trayectoria’, hay que mostrar cómo esa trayectoria resuelve desafíos concretos del presente”, plantea. La clave está en traducir los logros del pasado en propuestas de valor actuales, entendiendo qué necesita hoy el mercado y cómo puede uno responder desde su bagaje.

Ese trabajo implica revisar el relato profesional, identificar hitos relevantes y adaptar el lenguaje a los nuevos tiempos. “La experiencia se vuelve diferencial cuando se combina con aprendizaje continuo, escucha activa y capacidad de integrarse en entornos diversos”, resume.

Frente a una desvinculación laboral o el deseo de un nuevo comienzo, muchos se paralizan. “El primer paso es frenar y escucharse: ¿qué quiero hoy? ¿Qué disfruto? ¿Qué quiero dejar como legado?”, aconseja. Desde ese punto, propone construir un plan que combine habilidades, intereses y oportunidades, con foco en lo que sí se puede aportar desde la autenticidad.

Para ella, reinventarse no es empezar de cero. “Nunca se empieza de cero: se empieza desde otro lugar, con todo lo aprendido”, destaca. Aceptar el miedo, validarlo y transformarlo en acción es parte central del proceso. “La actitud más poderosa es la curiosidad: animarse a explorar caminos nuevos sin compararse con el pasado”.

Marca personal: coherencia, presencia y propuesta

Uno de los pilares del proceso de reconversión laboral es la marca personal. “La credibilidad nace del autoconocimiento. Una marca personal potente después de los 50 integra experiencia, mirada propia y capacidad de transformación”, asegura. La recomendación es clara: no esconder el pasado, sino usarlo como trampolín.

Eso incluye trabajar la imagen visual, la narrativa, la presencia digital y el contenido compartido. “Los dos errores más comunes son el exceso o la falta: algunos buscan parecer más jóvenes de lo que son, lo cual genera un ruido innecesario; otros directamente no se muestran, como si no tuvieran derecho a estar en el mundo digital”, advierte.

La imagen no es solo apariencia. La actitud, la forma de expresarse y hasta el tipo de publicaciones en redes sociales pueden marcar la diferencia. “Lo que más transmite vigencia es la actitud: mostrarse curioso, abierto, activo y disponible”, afirma. También sugiere cuidar los perfiles digitales, especialmente LinkedIn, elegir bien las fotos, revisar biografías y compartir contenido propio.

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Capitalizar competencias transferibles

Para quienes vienen de industrias tradicionales o empresas que ya no existen, Depresbítero recomienda identificar competencias transversales: resolución de problemas, liderazgo, pensamiento estratégico, empatía, ética, comunicación. “Lo que muchos consideran ‘experiencia vieja’, en realidad es capital transferible”, señala. Y recuerda que cada vez más organizaciones valoran estos activos.

Hay oportunidades reales en consultoría, mentoría, formación, coaching, dirección de proyectos, ONG, y startups que buscan combinar innovación con experiencia. “Hay una batalla, sí, pero cada vez más empresas entienden que un equipo multigeneracional es un diferencial competitivo”.

Muchos profesionales senior eligen no volver al empleo formal, sino volcarse a proyectos propios. Para ellos, la marca personal se vuelve aún más estratégica. “La clave está en compartir lo que uno sabe con generosidad, construir confianza, y mostrarse disponible para aportar”, indica. Esto implica tener una propuesta clara, construir una identidad visual coherente, y generar contenido que los posicione como referentes.

La barrera interna: miedo, dudas y acción

Las barreras más difíciles de vencer, en muchos casos, no son externas. “Uno de los desafíos más significativos que enfrentamos en esta etapa es de naturaleza interna”, afirma en una de sus columnas. Creencias como “soy demasiado mayor” o “no tengo la capacitación necesaria” funcionan como frenos psicológicos potentes.

La buena noticia es que pueden superarse. “El objetivo no es competir con los más jóvenes, sino demostrar el valor singular que una experiencia vasta y adecuadamente comunicada puede aportar”, enfatiza.

Reinventarse después de los 50 no significa volver atrás. Es, más bien, proyectarse hacia adelante desde un lugar distinto, con una base sólida. Para eso, se requiere estrategia, autoconocimiento y mucha autenticidad.

“La oportunidad está presente. Es, sin duda, el momento idóneo para capitalizarla”, concluye Depresbítero.

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