El 11 de abril de 2025, el Gobierno anunció oficialmente la salida del cepo cambiario. La medida, largamente esperada por el mercado, marcó un punto de inflexión en la dinámica financiera del país. Desde entonces, los activos argentinos han mostrado una clara reacción positiva. El driver que se necesitaba para continuar con el rumbo del plan económico. El tipo de cambio financiero se descomprimió rápidamente.
La salida del cepo abrió una nueva etapa para los activos argentinos
Bajó el riesgo país, volvió el interés de inversores globales y se redujeron las distorsiones. ¿Es esta la oportunidad que el mercado esperaba hace años?
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Wall Street extendió ganancias y el S&P500 alcanzó su mayor racha positiva desde 2004
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Las acciones argentinas rebotaron hasta 5,2% y el riesgo país se mantiene en 700 puntos básicos

La salida -parcial- del cepo no resuelve todos los desequilibrios macro, pero sí reordena el tablero financiero.
El dólar contado con liquidación, que cotizaba cerca de los $1.400, cayó a niveles en torno a $1.100 en los días posteriores. Se estableció un esquema de flotación administrada con bandas entre $1.000 y $1.400, lo que le dio previsibilidad al mercado y redujo drásticamente la brecha cambiaria.
Los bonos en dólares fueron los primeros en reflejar el cambio de clima. Subieron hasta un 15% en moneda dura, lo que ayudó a que el riesgo país perforara los 700 puntos, un nivel que no se veía desde el pago de cupones en enero.
Esta baja no solo tiene impacto en el precio de los bonos, sino que también puede ser el factor decisivo para el ingreso de capitales institucionales internacionales. Los fondos globales tienen restricciones para invertir en países con riesgo país alto. Por mandato, no pueden invertir en economías sin libre entrada y salida de capitales, lo que limita la capacidad de repatriar fondos y desalienta la inversión. Esa barrera técnica había mantenido a los activos argentinos, especialmente las acciones, fuera del radar de grandes inversores.
La baja del riesgo país cambia esa realidad: comienza a poner nuevamente a la Argentina en el menú de muchos portafolios globales, sobre todo emergentes. Esto cobra especial relevancia para el mercado accionario. Las compañías argentinas -particularmente del sector energético, como oil & gas- llegan a este nuevo entorno en una posición más sólida que en años anteriores: con balances más limpios, menores niveles de deuda y precios internacionales que las benefician. En muchos casos, las acciones líderes se encuentran cerca de máximos históricos.
Se reordena el tablero financiero
Un entorno de menor riesgo país, con acceso a nuevos flujos y menor distorsión cambiaria, podría ser el catalizador para que estas empresas rompan nuevamente sus máximos. La salida -parcial- del cepo no resuelve todos los desequilibrios macro, pero sí reordena el tablero financiero. El mercado dejó de operar con distorsiones extremas, y eso permite que los precios empiecen a reflejar fundamentos. En este nuevo entorno, los activos argentinos vuelven a competir por flujos globales con una lógica más normalizada -y con una ventana de oportunidad que no se veía hace tiempo, por lo menos desde la imposición del cepo, hace más de seis años.
En conclusión, vemos un atractivo en lo que es la curva de tasa fija en pesos, particularmente por el hecho de que esta salida del cepo y esta implementación de nuevo esquema cambiario le da más estabilidad al movimiento del tipo de cambio, y la realidad es que si este escenario continúa con una baja del riesgo país y una mayor paridad de los bonos soberanos en dólares, es porque el tipo de cambio se mantuvo estable.
Para quienes quieran un poco más de riesgo, vemos oportunidad en la parte más larga la curva en lo que son los Boncaps, quizás el T13F6.
Y para quien sea más conservador y simplemente quiera aprovechar el escenario de estabilidad cambiaria y no comprar un bono con una duration alta, y por ende volatilidad, le recomendamos el fondo en pesos de Cocos, COCOSDARUMA.
Asesor financiero de Cocos Gold
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