8 de junio 2025 - 00:00

No entendemos que no leen

Los problemas en la alfabetización son graves. Debemos salir de la anestesia en la que estamos y entender que la mitad de nuestros chicos no sabe leer, un problema que hay que atender de forma urgente.

Leer, el acto más importante para el desarrollo de una persona, tanto en su desempeño escolar como en su forma de vincularse y comprender el mundo.
Leer, el acto más importante para el desarrollo de una persona, tanto en su desempeño escolar como en su forma de vincularse y comprender el mundo.

Hace un par de meses viajaba en subte con mi hija de 7 y ella, siempre observadora, me preguntó: “Ma, ¿a quién hay que leerle?”. Anestesiada por el peso de la rutina, me había pasado desapercibido un cartel que rezaba: “Léeles, siempre hay algo para leer”. Se trataba de un afiche en el marco de la Campaña Nacional por la Alfabetización que llevan adelante hace más de 3 años Argentinos por la Educación y más de 200 ONGs. Ávida de conseguir material para mis clases sobre intervenciones de bajo costo para fomentar la alfabetización, recorrí el vagón para ver si había más. Por supuesto, antes respondí de la manera que pude la pregunta de mi hija, que ya había perdido el interés, pero me ayudaba a encontrar nuevos carteles a los que sacarles fotos.

A comienzos de mayo se conocieron los resultados de lectura de las pruebas Aprender 2024 y resonó un diagnóstico devastador: 1 de cada 2 chicos de 3° grado no alcanza los niveles de lectura esperados. 1 de cada 10 no alcanza, siquiera, los niveles básicos de lectura que implican transformar las letras en sonidos. Recordé el viaje en subte y la conversación con mi hija. Busqué las fotos en mi teléfono y me pregunté a quiénes, de los 30 chicos que conforman su división, les tocaría en suerte pertenecer a ese 55% analfabeto el año que viene.

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La Argentina afronta graves problemas de alfabetización en los chicos de nivel primario.

La Argentina afronta graves problemas de alfabetización en los chicos de nivel primario.

Traté de ponerles nombre y cara, de pensar en cómo reaccionarían la escuela y las familias ante este resultado. No pude. Algo me impedía pensar en que esto podría pasar en su escuela. Y, sin embargo, los resultados tampoco me sorprendieron; las comunidades educativa, científica y política están al tanto de estos datos hace años, y muchísimos profesionales trabajan aún sin encontrar la fórmula para combatir el analfabetismo en nuestro país. ¿Será que estamos muy ocupados echándonos culpas, o demasiado pendientes de si usamos tal o cual método? ¿Será que en estos debates la dirigencia política se pierde de entender a dónde tienen que ir los recursos?

No tengo respuestas claras para estas preguntas, pero sí la certeza de que el problema debe atenderse de forma urgente. Un ejercicio sencillo que suelo proponer a mis estudiantes para que dimensionen la gravedad del asunto es el siguiente: les pido que lean en voz alta un texto en finés. Como la correspondencia entre letras y sonidos es muy parecida a la del español, se sorprenden cuando les hago escuchar el texto leído por un hablante nativo. Todos lo pueden leer de forma fluida, casi sin cometer errores. Ninguno entiende lo que dice. Llevado un poco al extremo, así está la mitad de nuestros estudiantes de tercer grado.

Y es que para leer no solamente tenemos que saber transformar las letras en sonidos, sino poder integrar esos sonidos en palabras, que están dentro de una frase, que están dentro de un contexto que requiere, para su entendimiento, conocimiento del mundo. Para aprender a leer, entonces, tenemos que tener un andamiaje cognitivo que nos ayude a adquirir esa nueva habilidad. No se trata sólo de mejorar el método en primer grado, sino de proveer las bases unos años antes para que ese aprendizaje sea posible. Los resultados de las pruebas Aprender no nos dicen nada sobre lo que sucede antes de que los chicos lleguen a la primaria, y es ahí donde probablemente debamos mirar en las próximas evaluaciones. Como científica, se me ocurren decenas de variables que deberíamos mirar. Como adulta, solo tengo la convicción de que tenemos que salir de la anestesia en la que estamos y entender que la mitad de nuestros chicos no sabe leer.

*La autora es profesora en el Área de Educación de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella e investigadora asistente en el Instituto de Lingüística de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA - CONICET)

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