En pleno barrio de Monserrat, a pasos de la Plaza del Congreso, se presenta una oportunidad única en el mercado inmobiliario de Buenos Aires: la venta de un departamento en el histórico edificio La Inmobiliaria.
- ámbito
- Real Estate
- mercado inmobiliario
Cómo es y cuánto vale el departamento que se vende en La Inmobiliaria, uno de los edificios más icónicos de CABA
Ubicado frente a la Plaza del Congreso, sobre la emblemática Avenida de Mayo, ofrece propiedades para vivir en una joya arquitectónica porteña. El edificio data de 1910 y lo construyó el arquitecto Luigi Broggi, con estilo neorrenacentista y toques del Art Nouveau.
-
Cuánto vale un departamento de dos ambientes en pozo en Liniers en junio de 2025
-
Rosario: las escrituras crecieron más de 200% y el mercado se reactiva con ventas impulsadas por capital propio
El departamento que salió a la venta está en uno de los últimos niveles del emblemático edificio, cerca de las esculturas de Venus y Apolo
Este emblemático edificio, ubicado sobre la Avenida de Mayo y Presidente Luis Sáenz Peña, destaca no sólo por su valor histórico, sino también por su carácter arquitectónico, una joya de la ciudad con propiedades únicas que mantiene vivos los ecos de la Belle Époque porteña (así como otros iconos, el Otto Wullf y Kavanagh, por ejemplo).
Inaugurado en 1910 (coincidió con los festejos de los primeros 100 años de la patria) y diseñado por el arquitecto italiano Luigi Broggi (profesional que, entre otros proyectos, fue responsable de la construcción de la Iglesia San Agustín, el Petit Hotel en Suipacha 860 y varios edificios emblemáticos como en la esquina de Las Heras y Callao), el edificio se distingue por su estilo neorrenacentista, con influencias del Art Nouveau y un estilo ecléctico que lo convierte en uno de los puntos más fotografiados de la ciudad.
La propiedad que ahora se ofrece en venta es un semipiso de 222 metros cuadrados en el quinto piso, con techos altos, grandes ventanales y amplios ambientes, que conservan el espíritu original de la construcción de principios de siglo XX, pero incorporando las comodidades modernas que demanda la vida del siglo XXI.
Historia de la joya de las dos cúpulas
La historia de La Inmobiliaria comienza con la fundación de la primera compañía de seguros de capital argentino, fundada en 1893 por Antonio Devoto. La empresa encargó la construcción del edificio para albergar su sede y oficinas, convirtiéndolo en un símbolo del auge económico y la modernización que vivía Buenos Aires en esa época. La inauguración del edificio coincidió con los festejos por el Centenario de la Revolución de Mayo en 1910, una fecha clave en la historia argentina.
En sus primeros años, el edificio fue conocido como el “Palacio Heinlein”, debido a la Casa Heinlein, una tienda especializada en objetos para cuartos de baño que ocupaba la planta baja del edificio.
Fernando Lorenzi, arquitecto del Estudio INFILL y especializado en restauración de cúpulas, destacó que La Inmobiliaria es un magnífico exponente del eclecticismo de principios del siglo XX. Inaugurado en 1910, el edificio fue diseñado por el arquitecto Broggi, uno de los referentes de la época. "Broggi empleó una serie de recursos estéticos renacentistas, como la simetría y la proporción, tanto en la fachada como en los detalles arquitectónicos que componen el edificio".
Abarca toda la cuadra, en la culminación de la Avenida de Mayo. Destacan sus torres esquineras con cúpulas rojas, originalmente de teja pizarra negra, y un minarete con mirador superior en zinc, detalló Lorenzi.
La fachad, de más de 65 metros de largo, alterna loggias con columnas de pedestal y arcos de medio punto, mientras que las rejas de hierro fundido y un delicado trabajo pictórico sobre los revoques otorgan un carácter único a la construcción.
"En la parte superior central del edificio y en las ochavas de las dos esquinas, se encuentran pares de esculturas de Venus y Apolo ubicadas en hornacinas, que complementan la monumentalidad del edificio. La estructura se caracteriza por una tipología de casa chorizo, con una disposición longitudinal de ambientes, dejando la parte más privada, como la cocina y los baños, en la parte trasera, y la zona seca, donde se desarrolla la vida familiar, al frente", acotó Lorenzi.
El impulso de Antonio Devoto y los inmigrantes italianos al fundar La Inmobiliaria en 1893 marcó el inicio de proyectos para modernizar Buenos Aires y convertirla en un centro competitivo mundial.
La Avenida de Mayo fue un proyecto nacional que permitió crear un corredor urbano que dividiera las manzanas y generara una nueva perspectiva para la ciudad. Este boulevard se planificó con una altura mínima de 20 metros, lo que impulsó la construcción de edificaciones monumentales.
Lorenzi resaltó la importancia de la apertura de la Avenida de Mayo como un paso clave en el paso de Buenos Aires de “gran aldea” a ciudad. “La avenida representaba el cosmopolitismo y el civismo que la ciudad aspiraba a reflejar, tal como lo decía Alfonsina Storni”, agregó.
A mitad de cuadra, en la esquina de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña, funcionó la Cervecería Berna desde 1928. Famosa por su sándwich "Berna" de lomito con anchoas, el local atrajo a figuras como los periodistas Manuel Fontdevilla y Carlos de la Púa. Cerró a fines del siglo XX y con el tiempo, el edificio perdió detalles ornamentales, aunque una de sus cúpulas fue restaurada en 1968 y la otra en 1994 tras sufrir daños.
Hoy, el edificio alberga principalmente viviendas y oficinas, aunque aún persisten algunos comercios en planta baja.
La protección del patrimonio cultural y las cúpulas de Buenos Aires
En cuanto a las cúpulas, Lorenzi destacó que la falta de implementación de la Ley de Cúpulas y Coronamientos (Ley Nº 2541), que data de 2007, fue un obstáculo para la protección del patrimonio arquitectónico de Buenos Aires. Esta ley fue diseñada para proteger las cúpulas de la ciudad, pero aún no se ha reglamentado ni aplicado de manera efectiva.
“Es imprescindible que se reglamente esta ley para garantizar la conservación de las cúpulas y otros elementos arquitectónicos distintivos de la ciudad. Sin una normativa clara y un apoyo económico, el patrimonio arquitectónico de Buenos Aires seguirá siendo vulnerable”, opinó Lorenzi.
El arquitecto expresó que el Código Urbanístico actual resulta incompatible con la preservación del patrimonio histórico, ya que su enfoque se centra en la modernización de la ciudad, lo que pone en riesgo muchos de los edificios más emblemáticos, como La Inmobiliaria o el Palacio Barolo, vecino del barrio.
El atractivo de vivir en La Inmobiliaria
El departamento en venta es un semipiso de 222 m2, valuado en u$s295.000, con 6 ambientes: cuatro dormitorios, dos baños, y una distribución de espacios que lo convierte en una opción tanto para familias como para profesionales. Gracias a la altura de los techos y los ventanales, el inmueble tiene una sensación de amplitud única, comparable a un octavo o noveno piso de otros edificios de similares metros.
El departamento mantiene elementos originales de la construcción, como los pisos de pinotea en algunas de sus habitaciones. Iuri Izrastzoff, de Izrastzoff Inmobiliaria, explicó que el inmueble conserva la estructura original del edificio, especialmente en lo que respecta a la distribución de los ambientes. En la parte posterior del departamento, se encuentran los baños y la cocina, tal como lo dictaba la arquitectura de la época, mientras que los dormitorios y los ambientes principales están ubicados en la parte delantera, aprovechando las vistas hacia la Avenida de Mayo.
En cuanto a la renovación del departamento, Izrastzoff comentó que se mantuvo la distribución original de los espacios, pero se renovaron los baños y la cocina para adaptarlos a los requerimientos contemporáneos.
La calefacción y el sistema eléctrico fueron reemplazados, pero la estructura histórica fue preservada. La altura de los techos, junto con las grandes ventanas, otorgan al departamento una sensación de amplitud y luminosidad.
Fernanda Barboza, de Izrastzoff Inmobiliaria, destacó que el departamento de La Inmobiliaria ofrece una sensación de amplitud única debido a sus techos altos y ventanas grandes. “Al estar en un piso alto, el departamento se beneficia de la luz natural que entra por todas las aberturas, lo que genera una sensación de apertura y una gran luminosidad”, afirmó.
Sobre la distribución de la propiedad, Barboza señaló que el departamento mantiene la estructura original de la época, pero con actualizaciones clave en cocina y baños. “El mantenimiento de la estructura original, como los pisos de pinotea y los techos altos, se combina con una renovación que mantiene el espíritu clásico del lugar pero con la funcionalidad que requieren los habitantes actuales”, explicó.
Este tipo de inmuebles, concluyó, siguen siendo altamente demandados por quienes buscan vivir en un lugar con historia pero también con comodidades modernas.
Dejá tu comentario