31 de marzo 2006 - 00:00

Defendiendo la ecología

Defendiendo la ecología
Con más de 5.000 personas que ingresan por temporada -que se extiende desde noviembre hasta principios de abril-, en el Parque Provincial Aconcagua enfrentan la ardua tarea de conservar el delicado equilibrio ecológico. El trabajo no es simple, y mientras se prepara un Plan de Manejo, el objetivo a corto plazo es determinar cuál es la «capacidad de carga» (la cantidad de gente que puede ingresar por día) que puede soportar el Parque sin afectar el medioambiente.
Algunos datos pueden dar una buena idea de la cuestión ecológica en el Aconcagua: cada uno de los visitantes que ingresa al Parque genera un promedio de 7 kg de basura durante una estancia aproximada que puede durar de 3 a 20 días; y cada temporada, se acumulan en total 16.000 kg de materia fecal que deben ser transportados cotidianamente en bolsas, a mano, por los guardaparques y luego en helicóptero hacia el campamento base de Horcones.
En buena medida, el control de la higiene depende de los andinistas, cada uno de los cuales es provisto al ingresar al Parque de una bolsa de residuos que deberá ser entregada al momento de la salida, so pena de pagar una multa de u$s 100. Aun así, la prevención de problemas ecológicos debe considerar los límites que tiene cada sitio para que la actividad humana no afecte el entorno. «Hoy el Parque Aconcagua no tiene un Plan de Manejo, pero estará listo en 2007, junto con el de las otras 13 áreas protegidas de la provincia y podremos conocer cuál es la capacidad de carga del Parque, es decir, el límite de personas que pueden ingresar», expresa Gustavo Morgani, subsecretario de Medio Ambiente de Mendoza, que reconoce que «el Parque es un destino turístico y deportivo en el cual el crecimiento de personas ingresantes obliga a buscar el mantenimiento del área».

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