22 de diciembre 2006 - 00:00

Grandezas de un ''pequeño país''

Grandezas de un pequeño país
Como Portugal no está habitualmente incluido entre las rutas principales por Europa es un destino turístico relativamente desconocido para la mayoría de los argentinos. Y eso que el mío es un país abierto y hospitalario, muy semejante en eso a la Argentina. Y la mayoría de los 25 mil argentinos que visitó Portugal en 2005 ha dicho que le gustaría volver», sostiene António de Almeida Ribeiro, embajador de Portugal en la Argentina, en una de sus últimas semanas en nuestro país.

Retrato de la Argentina

António de Almeida, antes de pasar a ser embajador en Egipto, entrega una elogiosa imagen de la Argentina y los argentinos: «En mis cuatro años y pico aquí, recorriendo el país de Salta a Ushuaia, pude comprobar que los argentinos reciben a los extranjeros de una forma muy cálida, abren sus hogares con gran facilidad, hacen sentir como si uno estuviera en su casa. Acá no hay diferencia con los extranjeros, que son tratados con los brazos abiertos. Acaso se deba a que los argentinos provienen de orígenes muy diversos, pero es un característica que no es nada común. Mi familia y yo nos sentimos muy cómodos aquí, hicimos amistades para siempre. Antes estuve en Inglaterra. La gente allí es cordial lo necesario, un segundo después ya pone un barrera. Este es un país muy interesante. Cuando llegué en 2002 todos estaban deprimidos. Había problemas muy serios. Los restoranes estaban vacíos. La gente, sin plata. No había turistas. Resulta sorprendente como cambió la vida en Buenos Aires en cuatro años, es otra cosa, nada que ver».

«Tierra de la fraternidad»

La declaración «Portugal es un país pequeño», que parece un gesto de humildad de parte del embajador, le servirá para desplegar una seductora exhibición de las bellezas, del heroico pasado y el magnífico porvenir de ese costado atlántico de la Península Ibérica. Abogado y descendiente de una familia tradicional de juristas sabe imponer argumentos irrefutables que incitan a recorrer Portugal de Norte a Sur.
«Tenemos un tamaño como el de la provincia de Buenos Aires, y alrededor de 10 millones de habitantes, pero nos visitan anualmente más de 12 millones de turistas», el embajador hace una pausa como para que uno piense que está por decir «por algo será», y agrega que «esa actividad representa cerca de 11 por ciento del PBI nacional».
«Es un país chico, fácil de recorrer de Norte a Sur. Y cada lugar es muy distinto. Obviamente, Lisboa es una ciudad muy interesante, llena de monumentos históricos, de callecitas inolvidables, de un pasado histórico muy presente. Hay barrios medievales, barrios del Renacimiento, barrios donde se puede descubrir el tiempo en que estuvieron los moros. Junto a esto hay una parte muy moderna que fue construida cuando se hizo la Expo '98, que reformuló todo un sector viejo de la ciudad. Los alrededores de Lisboa están plagados de lugares preciosos. Para el Norte tenemos a Coimbra, una de la ciudades universitarias más antiguas de Europa, y a Oporto, que además de las fama de sus vinos fue Capital Europea de la Cultura en 2001. Yendo hacia el Sur está Evora, ciudad histórica rodeada de murallas, con monumentos y palacios fantásticos desde los romanos a los del siglo XVIII. Algarve, más al Sur, es la que el turismo ha elegido por sus playas de arena blanca, su mar verde y sus greens de golf. Pero Portugal tiene algo para todos los gustos. Está Fátima para los espíritus religiosos, y los que se interesan por la historia pueden ir visitando los castillos medievales de Norte a Sur que fueron avanzadas para la consolidación de la nacionalidad portuguesa, y que son las fronteras más antiguas de Europa
Y a partir de allí el recorrido oral comienza a pasar de los primeros pobladores (íberos, tartesos, celtas y fenicios) a la fundación del reino de Portugal con Alfonso I, de la expansión colonial que llevó al país a se uno de los más extensos imperios del mundo a su decadencia, de los tiempos de Oliveira Salazar y recordar esa «revolución dos cravos» que se inició cantando por las radios y las calles «Grândola, vila morena / Terra da fraternidade,/ O povo é quem mais ordena / Dentro de ti, ó cidade», y que llevó tiempo después a que el país pasara formar parte activa de la Unión Europea.

Entrevista de Máximo Soto

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