25 de abril 2007 - 00:00

Carnes: tiempos difíciles para la dirigencia gremial

La actividad ganadera busca posicionarse en el país luego de más de un año de conflictocon el gobierno.
La actividad ganadera busca posicionarse en el país luego de más de un año de conflicto con el gobierno.
Muchas veces, cuando tenemos que tomar una decisión que involucra a muchos productores, somos conscientes de que es difícil. Ahora, mientras el análisis que hacemos es si realmente estamos cumpliendo con el objetivo -con que nos involucramos en esta dirigencia gremial, ad honorem y con vocación de servicio-que es la defensa del productor agropecuario y el resguardo de su patrimonio en un contexto social, institucional y democrático, la cuestión es más fácil.

No son tiempos tan fáciles para hacer dirigencia gremial, porque ante el uso de herramientas para demostrar nuestro descontento -dentro del marco institucional y democrático-, de pronto del otro lado hay una reacción totalmente desmedida y con toda la intencionalidad de ponernos a la gente en contra.

No es simple en estos momentos pensar distinto de lo que piensa el gobierno y peor aún cuando lo exteriorizamos o cuando en nuestro afán de buscar soluciones que van más allá de lo sectorial -queremos un país donde se aprovechen las ventajas competitivas para producir alimentos y ahora bioenergía-nos encontramos con duras respuestas tratando de desprestigiar al hombre del campo y su dirigencia.

  • Interrogante

  • Por todo esto nos deberíamos preguntar: ¿Es correcto hacer estos paros y movilizaciones? ¿Hay motivos suficientes?

    En el tema de la ganadería no hay dudas. Si en abril de 2005 un criador con 200 madres vendía 150 terneros a $ 500 -140 kilogramos por $ 3,60 el kilotenía un ingreso de $ 75.000 por año; hoy vende esos 150 terneros a $ 390 -140 kilos a $ 2,80 por kilo-, es decir que tiene un ingreso de $ 58.500, $ 16.500 menos que hace dos años, 22% menos de ingresos, mientras sus costos aumentaron 30%, por lo que su decisión será primero gastar menos, segundo no tener obra social, tercero no mandar a sus hijos a estudiar y cuarto vender parte del rodeo, vacas madres, para cubrir esta baja de ingreso y aumento de costos.

    ¿Por qué se dio este fenómeno? Y en esto tampoco hay dudas. El gobierno, al refinanciar 43% de la deuda externa por ajuste inflacionario -por cada punto de inflación la Argentina se endeuda en $ 1.200 millones-diagramó una lucha contra la inflación saliendo de una hipótesis equivocada: «Si el novillo en pie está barato, la carne del mostrador debe estar barata»; «si la leche a la salida de los tambos está barata, la leche en góndola tiene que estar barata»; «si el trigo está barato, la harina debe estar barata y por lo tanto tenemos pan barato».

    La realidad nos demuestra que salimos de una hipótesis falsa, ya que mientras los productores recibimos menos precios, los alimentos aumentan.

    En la carne, en la leche y en el trigo sucede este fenómeno -ni hablemos de las economías regionales-, por lo que la situación nos induce, indudablemente, a no estar conformes por estas distorsiones.

    Más aun, durante dos años estuvimos en distintas oficinas de funcionarios expusimos este descontento, donde explicamos que los únicos perjudicados son los dos extremos de la cadena, productor primario y consumidor; que ante la mayor demanda de alimentos hay que incentivar la oferta y que para esto necesitamos que estas producciones tengan rentabilidad, que debemos liberar el precio de la carne, leche, trigo y que el control de los artículos con precio de referencia lo debemos hacer en el mostrador, que si debemos subsidiar a alguien lo hagamos con el consumidor y no entremos al juego del clientelismo, que puede ser totalmente inequitativo, que usemos a la exportación para compensar lo que queda en el mercado y en todas estas reuniones nos vamos con que «tienen razón» pero no se hace nada, la protesta está totalmente justificada.

    Entonces, ¿por qué el gobierno ante esta acción trata de ponernos la gente en contra? ¿Por qué se diagraman ante tal protesta mecanismos de confusión para hacernos quedar como los malos de la película?

    No cabe duda de que estas antinomias «campo-ciudad» o «campo-industria» son redituables en el momento de contar votos, porque al ser productores de alimentos y al ser millones nuestros clientes consumidores, lo ideal es que estos millones vean al que los produce como culpable del desabastecimiento o del aumento de precio, tapando con un gran manto de humo las políticas equivocadas del gobierno.

    Un amigo me decía: « Cuando mandás una jaula de hacienda a Liniers son tan sólo cuatro votos que van con la venta, en cambio de ella se alimentan dos mil votos, que son más importantes».

  • Desconocimiento

    Lo más grave son las metodologías para convencer a la población. En el primer paro fueron los llamados por teléfono a los frigoríficos para que un viernes no compraran hacienda en Liniers y quedara para el lunes, desconociendo el convenio firmado con la comunidad mundial en relación con el « bienestar animal», dejando miles de animales más de 48 horas encerrados para poder decir: «El paro no fue exitoso porque hay hacienda en Liniers».

    En el segundo aparecieron las vacas militares y las de los amigos -patria contratista-, toda una simbología porque no eran más que cientos en un país donde se comercializan miles por día -para mejor, cientos de vacas preñadas y mal terminadascon la premisa de decir: «El paro no fue exitoso porque se comercializó hacienda». A esto se le sumó un gasto superior a los 5 millones de pesos en publicidad para convencer a la población de que «los dirigentes del campo se están llenando de plata o la Argentina en los últimos años produce mas granos y exporta más -menos mal que es así- o los del campo sólo piensan en su bolsillo», cuando en realidad si tomamos una decisión de esta índole es para que los argentinos no nos quedemos sin carne, sin leche y sin pan.

    Esta semana nos enteramos de que ante un eventual paro de CRA, llamaron a los frigoríficos para que primero desabastezcan el mercado de carne y luego tener preparados 4 millones de kilogramos para entregar a los supermercados en esta «lucha contra los desestabilizadores ganaderos oligarcas». Como decía Napoleón Bonaparte: «Es más fácil engañar que desengañar». Pero lo más triste sería formar una sociedad que es propensa a ser engañada, porque como decía en forma irónica Maquiavelo mientras imaginaba fórmulas de sometimiento: «Los hombres son tan simples y se someten hasta tal punto a las necesidades presentes, que quien engaña encuentra siempre alguien que se deja engañar».

    * Vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas
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