Granos: el mercado con la mirada en la siembra sudamericana

En la Argentina sólo se sembrará 4 por ciento más que la campaña anterior
En la opinión de Bill Tierney, un especialista de la Universidad del estado de Kansas, el rendimiento final de maíz podría ser superior a los 8.750 kilos/ha. anunciados por el USDA el mes anterior en alrededor de 195 kilos/ha. De cumplirse este vaticinio, llegaríamos a una cifra final algo menor a los 245 millones de toneladas, bastante por encima de los 239,5 millones anunciados por el USDA en octubre. Sería entonces ésta la menor cosecha desde 1997 en los EE.UU., pero la tercera en importancia en cuanto a rendimientos, lo cual habla bien del progreso realizado en el terreno de la biotecnología.
• Rendimiento
Para soja, el trabajo del especialista baraja un rendimiento nacional promedio de 2.670 kilos por hectárea, contra los 2.636 kg/ha del informe del USDA del 12/10 y los 2.562 kg/ha obtenidos el año anterior. Esto daría como resultado una cifra de producción final de 80,1 millones de toneladas, por encima de los 79,1 millones vaticinados por el USDA en este mes y bastante por encima de los 75,4 millones de toneladas recolectados durante el año 2000.
En un más largo plazo, es posible entonces que el mercado comience una recuperación, aunque ésta alcanzará un nivel modesto, dadas las características de esta campaña norteamericana y el negativo escenario económico mundial. Contrariamente a lo que acontecía durante la campaña 98/99 los fondos de materias primas no han acumulado agresivamente posiciones largas de maíz y hasta han liquidado recientemente algunas posiciones de compra que habían acumulado durante el verano. Es posible que la actividad de compra de estos participantes se manifieste hacia fin del año en curso, básicamente porque los precios de las materias primas en general y de los granos en particular han venido declinando sostenidamente.
Más allá de la actitud que asuman estos participantes, se requerirá una fuerte reversión en la confianza de los consumidores para volver a sostener en el tiempo los precios de los granos forrajeros. Esta actitud incluye, además de los factores económicos asociados a un estado de recesión, los casos de aftosa y «mal de la vaca loca» que se registraron durante este año en Asia y Europa que deterioraron el consumo. En la harina de soja se sigue observando un mercado invertido en el que los futuros más cercanos cotizan más alto que los lejanos, reflejando la dificultad de los crushers de obtener porotos en el tramo final de la cosecha, los buenos márgenes de molienda y la firmeza de las primas locales.
No existe todavía una clara interpretación de las nuevas regulaciones chinas para la entrada de materiales transgénicos. Esta norma se impuso el 6 de junio último y habla de un certificado de seguridad. El 27 de setiembre una oficina gubernamental de China elevó algunos requerimientos para el ingreso de soja genéticamente modificada a sus fronteras como la documentación que deberá adjuntarse y algunos otros requerimientos, pero sin elaborar un amplio prospecto. En razón de esta indefinición, muchos embarques de soja norteamericana fueron suspendidos y esto permitió la exportación desde Sudamérica, particularmente del norte del Brasil, zona en la que aún no se cultiva soja de estas características.
Las importaciones de porotos de soja por parte de China alcanzaron los 1,6 millones de toneladas durante setiembre, colocando el total para el período enero/setiembre en 11,17 mill/t., o sea 34% por encima del año anterior.
Las importaciones de subproductos de oleaginosas resultó ser muy magro: se importaron solamente 1,52 millones de toneladas de colza, 29% menos que lo acumulado en idéntico período del año anterior.
En harina de soja, entre enero y setiembre se importaron sólo 33 mil toneladas contra 445 mil del año anterior y en aceite de soja, la importación para este período alcanzó loas 53 mil toneladas, contra 285 mil de 2000.
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