Una vez más el Ministerio de Economía apelará a la colaboración de los bancos para poder pasar vencimientos de deuda más allá de agosto, un momento clave para los mercados porque ahí se definen los candidatos para las próximas elecciones presidenciales, y junto con ello, se aclara el escenario para los inversores en moneda local. Precisamente, este lunes la Secretaría de Finanzas pondrá sobre la mesa nueve instrumentos financieros de los cuales hay tres que ya entran de lleno en la próxima administración. Se trata de dos bonos que expiran en abril y septiembre de 2024 y un título que hace lo propio en junio de 2025. Con este tipo de colocaciones el Gobierno ha logrado estirar el horizonte de vencimientos desde los tres meses y medio promedio a ocho y medio, algo que lucía muy difícil hace tres meses.
El Gobierno sale a renovar deuda y vuelve a proponer bonos a 2025
Ofrece nueve instrumentos, casi todos indexados por dólar o inflación. El nuevo desafío es que se mantenga la participación privada.
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En el marco de la segunda licitación del mes vencen $447.000 millones. De cubrirlos (en el mercado se espera que así ocurra), el Gobierno ya habrá superado el tramo mas complicado del año en término de compromisos en moneda local. Los vencimientos más pesados en manos de tenedores privados ocurrieron hasta aquí. A partir de junio la participación de los propios organismos del Estado cobra protagonismo y, por ello, en el Palacio de Hacienda se espera poder refinanciar lo que queda sin mayores problemas.
En el menú de instrumentos que no forman parte del programa de Creadores de Mercado, Economía ofrece dos bonos vinculados al dólar, al 30 de abril de 2024 y al 30 de septiembre de 2024, y un Bono ajustable por CER (BONCER atado a la inflación) al 18 de junio de 2025. Este último ofrece la posibilidad a las entidades financieras de constituir encajes de depósitos y por ello tienen una alta demanda aunque su rendimiento puede ser inferior a otras opciones.
Por otro lado, se pondrá a disposición de los Fondos Comunes de Inversión (FCI) una Letra de Liquidez (LELITE) al 16 de junio que sale con una tasa del 142% efectivo anual. El resto de los instrumentos determinarán la tasa en la licitación.
Entre los instrumentos que integran el Programa de Creadores de Mercado (cuentan con segunda vuelta de colocación el martes por hasta un 30% extra a lo colocado en la primera ronda), se ofrecerán Bonos del Tesoro ajustables por CER (BONCER) al 13 de agosto, tres Letras ajustables por CER (LECER) al 13 de agosto, 18 de septiembre y 23 de noviembre y una Letra vinculada al dólar (LELINK) al 31 de octubre, siempre de este año.
Al igual que en la primera convocatoria, hace una semana, la Secretaría de Finanzas (que encabeza Eduardo Setti) no está ofreciendo Letras del Tesoro con descuento (LEDES). Este instrumento financiero está cotizando en los mercados secundarios a tasas efectivas del 150% y es visto como referencia para el corredor de política monetaria del Banco Central.
Aunque en el mercado se confía en que el Gobierno va a estar en condiciones de conseguir al menos unos $90.000 millones por encima de los vencimientos (120% neto), también es cierto que existe una fuerte participación de organismos del Estado en estos llamados.
El Banco Central les compra las tenencias a estos organismos y les provee de liquidez, que usan para comprar nuevos bonos del Tesoro. La consultora Eco Go, que dirige la economista Marina Dal Poggetto, sostiene que en lo que va del año los privados han retirado unos $500.000 millones de exposición al sector público. En el anterior llamado de mayo, en el que vencían $580.000 millones y se logró un neto de $770.000 millones, la consultora estima que se fueron $116.000 millones de privados. También estima que la participación de privados que no son bancos en las licitaciones no supera el 45%. Otra consultora, 1816, estima que el total de financiamiento neto del gobierno hasta ahora ($930.000 millones) fue aportado de modo indirecto por los organismos estatales que a su vez fueron financiados por el Banco Central.
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