25 de junio 2002 - 00:00

En Brasil actuó el Central y bajaron dólar y riesgo-país

Brasil mejoró: Lula redujo 5% en las encuestas (serias, no pagas) y el dólar cayó fuerte 3 por ciento. El candidato moderado Serra ya subió 8 puntos en sólo 1 mes. El Fondo desconfía y le busca salida a Duhalde: si otorga la ayuda supervisará cada 2 meses. Se ratificó ayer en la Argentina y Brasil que precio del dólar depende de seriedad política.

Arminio Fraga, titular del Banco Central brasileño, retomó la iniciativa y disparó parte de la munición con la que había amenazado la semana pasada al mercado. El resultado fue una caída del dólar de casi 3%, una suba de la Bolsa de 3,47% y un retroceso del riesgo-país de 10,7%.

De esta manera, el mercado le dio una tregua al gobierno, en virtud de los números de una nueva encuesta preelectoral donde mejora el candidato oficial, de las especulaciones sobre recompra de deuda y por la intervención del Banco Central.

El dólar, que el viernes pasado alcanzó el máximo histórico de 2,840 reales, cerró ayer en 2,77 reales (-2,70%). La caída de la moneda estadounidense fue posible por la estrategia del Central, que decidió aumentar de 15% a 20% el encaje bancario sobre los depósitos en cuentas de ahorros. De esta forma, el Central redujo la cantidad de dinero del sistema financiero en más de 6.000 millones de reales y así restó liquidez a la demanda de dólares.

El buen humor que ayer se vivió en el mercado brasileño se reflejó también en el índice de riesgo-país, que retrocedió por debajo de los 1.550 puntos (el viernes tocó más de 1.700 puntos).

Por su parte, la Bolsa de San Pablo cerró con una suba de 3,47%, la mayor de los tres últimos meses. La semana pasada, había perdido 11,1% y cayó a sus mínimos del año. Ayer tuvo una sesión volátil, pese a lo cual su índice Bovespa logró sumar 362 puntos, hasta situarse al cierre en 10.759 puntos.

• Encuesta

El cambio de ánimo fue también provocado por la divulgación de una encuesta que mostró una caída de la intención de voto por el candidato presidencial de la izquierda, Luiz Inácio Lula Da Silva, y un repunte del oficialista José Serra, el favorito del mercado (ver nota aparte). La posibilidad de que Lula siga bajando y Serra subiendo en los poco más de tres meses que faltan para los comicios estimuló a muchos a volver a las compras en la Bolsa paulista.

«Brasil todavía tiene una alta dependencia de los mercados externos. Tenemos que disminuir esa vulnerabilidad externa», aseguraba ayer el prestigioso economista
José Roberto Mendoza de Barros en un seminario con inversores extranjeros. La deuda pública brasileña se elevaba a 684.600 millones de reales en mayo (240.800 millones de dólares), lo que equivale a 54,5% del Producto Interno Bruto. Del total, 552.000 millones de reales son de deuda pública interna, y 132.000 millones de reales, de externa. La necesidad de financiamiento externo para Brasil para este año se eleva a unos 21.300 millones de dólares de déficit de cuenta corriente y 28.000 de rescates de la deuda.

Tanto los compromisos como la deuda son «manejables y no excesivamente preocupantes, si son objeto de una acción del nuevo gobierno» que surja de las elecciones presidenciales de octubre, según
Mendoza de Barros.

La mayoría de analistas coincide en Brasil:
el mercado exagera con la agitación de las últimas semanas, que han llevado al real a depreciarse 11% este mes y al riesgo-país a aumentar más de 1.000 puntos en dos meses. «Las dudas están todas concentradas en lo que Lula hará y todo indica que ganará las elecciones», afirmó el ex subdirector gerente del Fondo Monetario Internacional Stanley Fischer.

El nerviosismo de los mercados «no tiene fundamento real, se debe puramente a expectativas», coincidía
Mendoza de Barros. «El grueso de la deuda es en reales. No hay riesgo», subrayó el economista jefe de la Federación de Asociaciones de Bancos (Febraban), Roberto Troster.

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