20 de mayo 2004 - 00:00

"Este año el superávit será mayor y de casi 4%"

Manuel Sánchez Gómez
Manuel Sánchez Gómez
«Después de muchos meses de navegar en una ola positiva, al gobierno le han coincidido temporalmente varias cosas que lo están obligando a tomar decisiones.» La frase es del economista Manuel Sánchez Gómez, director de MVA Macroeconomía. En una entrevista con Ambito Financiero, ratificó que la suba de las tasas en la plaza local es transitoria y que el impacto de la crisis energética en el PBI será mayor que lo previsto.

Este es el diálogo mantenido con el economista:

Periodista:
¿Qué tanto puede afectarse la economía por la crisis energética?

Manuel Sánchez Gómez: Se está haciendo sentir con más fuerza de la que se esperaba, y al mismo tiempo se condice con el momento en que se tiene que decidir la reestructuración de la deuda. La sensación actual es de menos crecimiento y más inflación, donde esta última tiene que ver con la crisis energética. Esto coincide con un límite de la capacidad instalada de las empresas y obviamente el aumento del petróleo.


P.:
¿Se acabaron las alzas de la producción industrial?

M.S.G.: El dato de ayer (por el martes) es muy significativo. Muestra que la crisis energética afecta seriamente al crecimiento industrial, que era uno de los motores. De todos modos, no se puede tomar al dato de abril como que vaya a repetirse todo el tiempo.


P.:
¿Qué estimaciones se manejan para los próximos meses?

M.S.G.: Es difícil estimar un número exacto acerca de cuánto va a afectar al crecimiento, pero si las posiciones venían apuntando a más de 8%, ahora estarían bajando a alrededor de 7%, exclusivamente por el tema de la falta de gas.


P.:
¿Cómo está actuando el gobierno?

M.S.G.: El problema de la falta de gas tiene como agravante el manejo que acá esta teniendo por parte del gobierno. Por un lado, el la escasez inmediata, la cual si bien no se podría haber evitado del todo, encontró una reacción bastante tardía, donde se podría haber administrado de una manera más correcta la escasez. Por otro, están los planes energéticos de largo plazo ya anunciados. La sensación que recogí del sector energético, y del sector empresarial en general, fue bastante negativa, debido al poco pragmatismo mostrado para encarar los problemas y un alto grado de estatismo.


• Temor

P.: ¿Y ENARSA?

M.S.G.: Hay muchas dudas respecto de cómo se van a financiar las obras, quién va a decidir qué obras se hacen, quién las va hacer, administrar, y cuál será la función específica de ENARSA. Hay cierto temor de que se convierta en un pulpo que va captando empresas o ramas del sector energético que el sector privado va dejando.


P.:
¿La situación fiscal seguirá siendo holgada?

M.S.G.: Viene superando todas las expectativas en mayo, calculándose entre $ 11.000 y $ 12.000 millones. Eso genera un piso más alto, ya que en los meses siguientes se paga el anticipo de ganancias. Todo esto lleva a una recaudación altísima, la cual calculamos que estará en más de $ 93.000 millones en el año, y eso con el nivel de gasto, como viene ahora proyectándoselo con un poco más por la crisis energética, da como resultado poco más de 4 puntos del PBI de superávit primario. Lavagna siempre ha sido gradualista en sus medidas. El gobierno debe sincerar su situación fiscal; por lo tanto, es lógico y necesario pensar en una baja del impuesto al cheque, que puede ser reducido fácilmente a la mitad y sin pago a cuenta. P.:
¿Qué pasará con la misión del FMI que viene en junio?

M.S.G.: La duda que existe con la deuda es cuán profundo será el anuncio en junio o si vamos a tener que esperar a setiembre. En el FMI están esperando ver qué sucede con la deuda y qué información recibirán en junio sobre cuál será la propuesta. No es tan preocupante que la propuesta formal se conozca en setiembre; sin embargo, un aspecto importante es el tema de la coparticipación, para el cual se había dado un plazo desde el FMI. Y es un compromiso que la Argentina no va a cumplir, y al FMI le importa.


P.:
¿Hasta dónde puede subir el riesgo-país de Brasil?

M.S.G.: Un primer aspecto es la fortaleza que pueda llegar a tener Brasil después de los últimos movimientos del mercado en su crecimiento. Está todavía en camino de no tratar de reestructurar la deuda.


P.:
Pero si sube el dólar en Brasil, ¿Prat-Gay lo dejará subir aquí?

M.S.G.:Aunque la Argentina reacciona mucho más rápido ante cambios en la balanza comercial por una cuestión de vecindad, el comercio con Brasil es de sólo 20%.Además, cabe recordar que se está en cierta situación de inflación. En consecuencia, no va a pasar, porque no tiene sentido ni económico ni político. Por su parte, el mercado cambiario argentino se encuentra sobreofertado por la liquidación de los agroexportadores. La situación argentina podría desprenderse de Brasil, y hasta sería sano mostrar cierta independencia de Brasil. No hay que dejar de mirar a Brasil, pero no es lo único que hay que mirar.


Entrevista de Cristian Carrillo

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