Los osos coparon el mundo bursátil

Finalmente, se dio y ya estamos oficialmente en lo que la tradición bursátil define como un "bear market" (una baja de más de 20% desde el máximo anterior), lo cual significaría ( según esa tradición) que aún falta (nadie sabe cuánto, pero no sería poco tiempo) para que retornen los buenos tiempos al ambiente bursátil. Es así como desde el máximo del 9 de octubre el Promedio Industrial lleva perdido 20,82% de su valor; el NASDAQ, 21,25% desde el pico de octubre 31 (el derrumbe desde el máximo de 2000 supera 50%); y el S&P 500, 19,39% desde la misma fecha que el Dow, por lo que le resta ceder 0,6% para entrar en la categoría de sus pares.

Que hay pesimismo entre los inversores es evidente, lo difícil es determinar cuánto. Tal vez, la mejor evidencia de los tiempos que corren la dieron ayer los analistas de Merrill Lynch esbozando algo nunca pensado: que General Motors, la que fue durante mucho tiempo la mayor empresa de los Estados Unidos, podría entrar en quiebra. Poco importa si esto es así o no, lo relevante es que hasta los gigantes más populares y "gigantes" parecen tener hoy pies de barro. Dicho esto no hace falta aclarar demasiado que GM, más aún que el nuevo récord en el precio del petróleo (cerró en u$s 143,57 por barril, sobrepasando en algún momento u$s 144) fue el disparador del mal humor entre los inversores generando bajas como 6,8% de Alcoa, 5,3% del Bank of America, 5% de Caterpillar, etc.; y que terminó con el Dow retrocediendo 1,46%, a 11.215,51 puntos. En este escenario no debe sorprender si decimos que se apeló al clásico "flight to safety" volcando el efectivo hacia los bonos del Tesoro, lo que explica que la tasa de 10 años retrocediera a 3,969% anual (el dólar, casi sin cambios). Hoy, el mercado bursátil cierra a mediodía, por lo que es poco lo que puede llegar a cambiar. A los que pueden aprovechar el largo fin de semana, felicidades. A los que se quedan a trabajar (y este año son muchos en Wall Street), suerte. Al resto: tener en cuenta que ayer hubo efecto "puerta 12", donde nadie quiso quedar "largo" para en un largo fin de semana.