22 de octubre 2007 - 00:00

No bajan las tasas, tampoco los precios

A pesar de todos los anuncios efectuados en los últimos 15 días, el gobierno se considera frustrado. Las medidas no resultan: ninguna entidad está tomando los fondos que ofrece el Banco Central a baja tasa. Era obvio, ya que son sólo por 60 días como máximo y el problema central radica en los créditos de más largo plazo. Continúa el traspaso de ahorristas y grandes inversores del plazo fijo al dólar. Tampoco se conocen detalles de los préstamos prometidos a 9% a pymes y a 12% a personas. En el mejor de los casos, los bancos sólo los otorgarían a los que ya son clientes (y no a todos, sino a un selecto grupo). Con los precios sucede lo mismo. Prometen descuentos y siguen en alza. Este fin de semana la carne subió 5%, pero seguramente no lo reflejará el INDEC. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, no se pone de acuerdo con el controlador Guillermo Moreno. Todavía dicen cosas contradictorias todos los días. El primero, que va a haber una lista de rebajas de 400 productos. El último, que va a alcanzar a todos los productos de consumo masivo. Ni una, ni la otra.

No bajan las tasas, tampoco los precios
Poco ayudaron las medidas del Central para calmar las tasas en el mercado financiero. El rendimiento de la BADLAR (tasa de plazo fijo mayorista que pagan los bancos) volvió a trepar sobre fines de la semana pasada y se acercó a 13% anual en pesos.

Este incremento coincide, curiosamente, con las nuevas facilidades que puso en marcha la entidad que preside Martín Redrado para asegurar la liquidez en el mercado. El BCRA habilitó pases activos hasta un plazo de 60 días y con tasas de interés inferiores a 11%. Pero es evidente que los bancos prefieren en lo posible no tomar recursos de la autoridad monetaria y fondearse en el mercado.

«Para los bancos no es lo mismo tomar fondos de empresas o del público que del Central. En este último caso pueden generarse sospechas en el mercado sobre la salud de la institución, lo cual terminaría perjudicándola», indicó el gerente financiero de un banco extranjero. Los bancos, por lo tanto, prefieren no utilizar lo que en la jerga financiera siempre se denominó « salvavidas de plomo».

De los $ 3.000 millones que el BCRA ofrece diariamente a partir del último miércoles, los bancos tomaron una cifra absolutamente exigua: apenas $ 83,3 millones y sólo $ 28 millones fueron para el nuevo plazo de 60 días. ¿Para qué salió el BCRA a ofrecer, entonces $ 3.000 millones, cuando no existe ni por asomo semejante demanda? La única respuesta posible es que lo hizo para satisfacer un pedido de la Casa Rosada y darle un marco al anuncio de líneas especiales por parte de los bancos a mediados de la semana pasada. Este mayor costo del fondeo para las entidades conspira contra la posibilidad de ofrecer créditos baratos. Por eso, las líneas que ofrecerán las entidades serán limitadas tanto en lo que respecta a los clientes que podrán tomar los préstamos como al monto disponible.

  • Plazos fijos

    Los bancos salieron a pagar más por los plazos fijos por la reticencia de los inversores a renovarlos. En general, se opta por pasar el dinero a la vista y también se notó una propensión de las empresas a pasarse a dólares. Esto explica por qué simultáneamente aumentan las tasas y se nota una mayor demanda de divisas en el mercado mayorista.

    Una serie de factores acentuó esta conducta de los inversores de protegerse a través de la compra de dólares, junto con la reticencia a renovar sus plazos fijos. Estas son algunas de las causas más importantes:   

  • La suba de la inflación provoca que los ahorristas pidan a su vez mayor premio por inmovilizar pesos, con el objetivo de no perder poder adquisitivo. Si se supone que la inflación ya supera 15% en términos interanuales, la tasa que pagan los bancos por plazos fijos sigue siendo negativa en términos reales.

  • La cercanía de la elección presidencial volvió más prudentes a los inversores. Aunque no se esperan demasiadas sorpresas en el resultado, existe una importante dosis de incertidumbre respecto de las políticas económicas que se implementarán luego de los comicios y en particular después del 10 de diciembre. Por eso, muchos implementaron la clásica postura de «wait and see», o sea esperar las novedades antes de resolver.   

  • El contexto internacionalsigue complicado. Pese a que las Bolsas tocaron nuevos récords luego de la crisis hipotecaria en los Estados Unidos, en la última semana hubo una ola de ventas y salida de fondos de mercados emergentes. La Argentina se ve particularmente afectada porque nunca llegó a recuperarse plenamente y el riesgo-país continúa en alrededor de 400 puntos básicos. Esto impacta y tira para arriba todas las tasas de interés del sistema.
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