Tal como quedó formulado el paquete del Gobierno destinado a que la gente use los “dólares del colchón” habrá muy pocos contadores que recomienden a sus clientes hacer uso del beneficio, que hoy por hoy, estaría concentrado en unos 390.000 autónomos.
Por qué no sería seguro sacar los dólares del colchón hasta que esté regulado por ley
Los contadores son cautelosos. Aunque ARCA reciba menos información igual puede seguir fiscalizando. Apoyan la simplificación y la eliminación de burocracia.
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El Gobierno oficializó las medidas para fomentar el uso de los "dólares del colchón"
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Ganancias: tras las nuevas medidas, el fisco propone y el contribuyente acepta o modifica

Los contadores son cautelosos con el nuevo Impuesto a las Ganancias. Recomiendan esperar una ley.
El nuevo régimen del Impuesto a las Ganancias simplificado, que tomará en cuenta solo facturación anual y deducciones, dejando de lado el incremento patrimonial del contribuyente, todavía presenta grandes dudas.
Y es que, como coinciden los profesionales, hace falta que el gobierno nacional envíe al Congreso el proyecto de ley que le indique a la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) que no fiscalice si un contribuyente declara en un ejercicio fiscal un incremento patrimonial, que no sea consistente con su facturación, algo que podría surgir de la declaración de Bienes Personales.
Algunos consideran que se trataría de un “blanqueo permanente” que le haría mal a la ya mala predisposición de los argentinos a pagar impuestos.
El nuevo Impuesto a las Ganancias Simple pretende emular al régimen de EEUU, donde la gente se ocupa básicamente de informar lo que cobró a lo largo del año. La diferencia es que en ese país la IRS (equivalente a ARCA) accede a información de contribuyentes y casi no se usa efectivo. Todo pasa por cuentas bancarias y a nadie se le ocurriría pasar a “negro” un porcentaje de una venta. En ese país, la evasión puede llevar a gente a la cárcel. Es por ello que algunos profesionales ven mala la combinación entre Ganancias simplificado y desmantelamiento total del régimen de información.
Guillermo Pérez, CEO del Grupo GNP, señaló a Ámbito desde Estados Unidos, que “uno está super contento de que acaben con una cantidad enorme de regulaciones burocráticas que afectaban a todo el mundo, inclusive a los muy buenos cumplidores”. “En todo el mundo hay regulaciones. Yo ahora estoy en Nueva York y realmente acá también cuando queres hacer un movimiento de dinero tenés que explicarlo”, señaló. Pero, Pérez consideró por otro lado que “estaríamos pasando de un extremo al otro extremo”. El tributarista manifestó que la obligación de informar el patrimonio al inicio de cada ejercicio “era una herramienta muy importante” que tenía el fisco para controlar por lo que consideró que ARCA “va a quedar muy limitada”.
Por su lado, el tributarista Guillermo Poch explicó que “para darle estabilidad a una disposición que intenta no castigarte por omisiones de gravámenes o incumplimiento en materia cambiaria, para darte estabilidad, se necesita una ley en sentido formal”.
El profesional advirtió que ahora “le va a llegar menos información al fisco, pero no exime al contribuyente” de enfrentar una fiscalización y pagar impuestos omitidos en caso de que corresponda.
Los que invierten en ADR quedan afuera
Por su lado, el profesor de la UBA, Mario Volman, opinó que “ningún contador podría recomendar a sus clientes declarar dólares” en el caso de ingresar al nuevo régimen. Volman coincide en que lo anunciado hasta ahora se tendría que complementar con el proyecto de ley que prepara el Gobierno. No obstante advirtió que el decreto publicado en el Boletín Oficial este viernes juega en contra de cierto tipo de inversiones en el exterior.
“El artículo 3 de este decreto dispone que aquel que tenga rentas de fuente fuente extranjera no puede entrar en este régimen simplificado”, advirtió. El profesor de impuestos de la UBA detalló que al no poder ingresar estas personas tendrían que permanecer en el sistema actual.
Volman planteó como ejemplo el caso de un médico que compró ADR y le pagaron 20 dólares de dividendos no podría entrar, mientras que un colega suyo con patrimonio 10 veces más alto con rentas de origen argentino podría hacerlo.
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