17 de diciembre 2013 - 00:12

15 minutos de charla con Cristina

Michelle Bachelet convocó a Ginés González García y a Rafael Follonier, únicos criollos en Santiago, y  habló con Cristina de Kirchner.
Michelle Bachelet convocó a Ginés González García y a Rafael Follonier, únicos criollos en Santiago, y habló con Cristina de Kirchner.
Michelle Bachelet cerró el discurso, saludó sonriente y se refugió en el búnker histórico del socialismo chileno: el hotel San Francisco, en el corazón cultural de Santiago de Chile. Luego del abrazo con Evelyn Matthei, su rival, y un diálogo telefónico con Sebastián Piñera, Bachelet mandó a llamar a los delegados argentinos, el embajador Ginés González García y el emisario presidencial Rafael Follonier.

Entre el fárrago de saludos, Bachelet pidió que el primer contacto fuese con Cristina de Kirchner. Follonier, desde su teléfono, se comunicó con la mandataria y le pasó el celular a la trasandina. La charla duró 15 minutos entre saludos, felicitaciones y la promesa compartida de relanzar la relación bilateral.

Bachelet asume el 11 de marzo próximo y ayer anticipó que antes de la jura planea una visita a la Argentina. Pretende, dijo, que sea su primer destino como presidenta reelecta.

El gesto, de fuerte simbolismo político, parece una ironía. Es cierto que el resultado estaba cantado, pero a pesar de los vínculos fluidos, la comitiva argentina anteanoche en Santiago fue irrespetuosamente ínfima: González García, que luego de los rumores sobre un ofrecimiento de la embajada en Santiago a Juan Manuel Abal Medina, parece confirmado en su cargo, y Follonier, el funcionario más inquieto del engranaje kirchnerista en la relación con los gobiernos de América Latina, en particular los de izquierda y centroizquierda, que fue mano derecha de Néstor Kirchner en la Unasur. Por otra cuerda, como delegado del Foro de San Pablo, también estuvo Oscar Laborde.

Amable y distendida, la charla entre Bachelet y Cristina de Kirchner bosquejó un temario de asuntos a tratar entre los que rankea la intención de avanzar con obras de infraestructura que involucran a los dos países.

La trasandina se muestra interesada en repotenciar la relación con los vecinos y aunque pretende fortalecer la Alianza del Pacífico en el sentido comercial, anticipó que quiere darle volumen político a la Unasur, que perdió intensidad tras la muerte de Kirchner y Hugo Chávez, y la salida de Lula da Silva.

Hay otro dato interesante. El antiguo ACB que postuló Juan Domingo Perón con Getulio Vargas y Carlos Ibáñez se reconfigura, medio siglo después, en clave femenina con Dilma Rousseff, Cristina de Kirchner y Bachelet.

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