2 de enero 2019 - 00:05

Asumió Bolsonaro y ratificó su plan de línea ultraconservadora

"Vamos a valorar la familia, respetar la tradición judeo-cristiana y combatir la ideología de género", dijo. Empoderamiento policial y castrense. Libre mercado, pero aún con pocas definiciones.

retorno. Jair Bolsonaro volvió ayer al Congreso, donde fue diputado durante 28 años, para jurar como presidente de Brasil.
retorno. Jair Bolsonaro volvió ayer al Congreso, donde fue diputado durante 28 años, para jurar como presidente de Brasil.

Brasilia - Jair Bolsonaro juró ayer como presidente de Brasil y llamó en su discurso inaugural a un “pacto nacional” para superar “la mayor crisis moral y ética de la historia” del país sobre la base de un programa ultraconservador en lo social y liberal en lo económico.

Al dirigirse a una sesión conjunta del Congreso, minutos después de jurar en el cargo, Bolsonaro, un excapitán del Ejército y admirador de la dictadura militar en el país desde 1964 a 1985, prometió adherir a las normas democráticas.

Dijo que su Gobierno estaría guiado por las promesas que hizo a los votantes de derrotar la corrupción, disminuir la violencia criminal y alentar la debilitada economía brasileña.

“Trabajaré incansablemente para que Brasil alcance su destino”, dijo Bolsonaro después de su juramento. “Mi promesa es fortalecer la democracia de Brasil”, agregó.

El excapitán del Ejército propuso un “pacto nacional entre la sociedad y los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, en la búsqueda de nuevos caminos para un nuevo Brasil”.

“Vamos a valorar la familia, respetar las religiones y nuestras tradiciones judeo-cristianas, combatir la ideología de género, conservando nuestros valores”, proclamó.

“Brasil volverá a ser un país libre de amarras ideológicas”, sentenció el flamante mandatario, electo en octubre con 57,8 millones de votos (55%), frente al izquierdista Fernando Haddad.

Bolsonaro, que durante sus casi tres décadas como diputado tuvo frecuentes exabruptos racistas, misóginos y homofóbicos, se dijo decidido a “construir una sociedad sin discriminación ni división”.

Aludió igualmente a su promesa de liberalizar la posesión de armas, al afirmar que “el ciudadano de bien merece disponer de los medios para defenderse”.

Se abstuvo de dar detalles sobre los planes de ajustes y privatizaciones impulsados por su ministro de Economía, Paulo Guedes, aunque se comprometió a obrar en nombre “del interés nacional, del libre mercado y de la eficiencia”.

Asimismo, prometió “crear un nuevo círculo virtuoso para abrir los mercados” y “llevar a cabo importantes reformas estructurales” para contener el déficit fiscal.

Más tarde, tras recibir la banda presidencial de parte de Michel Temer, señaló que desde ahora el país “comienza a liberarse del socialismo, del gigantismo estatal y de lo políticamente correcto”.

“Nuestra bandera jamás será roja, sólo será roja si es necesario defenderla con nuestra sangre”, dijo Bolsonaro ante miles de personas reunidas frente al Palacio del Planalto.

Luego puso en funciones a su Gabinete de 22 ministros, entre ellos siete militares retirados, que se suman al vicepresidente, Hamilton Mourão.

El nuevo presidente planea realinear a Brasil en el plano internacional, alejándolo de naciones en desarrollo y acercándose a líderes occidentales, especialmente al presidente de EE.UU., Donald Trump, quien envió al secretario de Estado Mike Pompeo a su toma de mando.

Por la Argentina estuvo el canciller argentino, Jorge Faurie. También asistieron doce jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y los presidentes de Chile, Sebastián Piñera, Bolivia, Evo Morales, y Paraguay, Mario Abdo, entre otros.

No fueron invitados el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ni el de Cuba, Miguel Díaz-Canel.

En medio de un despliegue de seguridad sin precedentes, multitudes de partidarios, muchos de ellos con la bandera de Brasil amarradas en los hombros y los rostros pintados de amarillo y verde -los colores nacionales- se reunieron frente al Palacio Planalto. Bolsonaro sufrió en la campaña electoral un atentado contra su vida y ayer agradeció a Dios por “estar vivo”.

Respaldado masivamente por sectores conservadores de Brasil, incluyendo a las iglesias evangélicas, Bolsonaro bloquearía iniciativas para legalizar el aborto y removería la educación sexual de las escuelas públicas, oponiéndose a lo que califica de “marxismo cultural” introducido por los Gobiernos de izquierda.

El nuevo presidente prometió seguir el ejemplo de Donald Trump y retirar a Brasil del Acuerdo de París para contener el cambio climático, un hecho que ha encendido las alarmas de grupos ambientalistas.

Asimismo, trasladará la embajada brasileña en Israel de Tel Aviv a Jerusalén.

Los empresarios se muestran ansiosos por ver a Bolsonaro al mando del país junto a un equipo de economistas ortodoxos liderados por el banquero de inversión Paulo Guedes, quien ha prometido una acción rápida para poner bajo control el déficit presupuestario y el crecimiento de la deuda pública.

Guedes planea vender tantas compañías estatales como sea posible para recaudar hasta 257.000 millones de dólares.

La medida clave, sin embargo, para reducir el déficit y detener un peligroso aumento de la deuda pública de Brasil será la reforma al costoso sistema de pensiones del país, la que se anticipa como el mayor de sus desafíos en el Congreso.

Avatares

Michelle Bolsonaro rompió el protocolo habitual y se convirtió en la única primera dama de la historia de Brasil en pronunciar un discurso en el marco de una asunción presidencial. Lo hizo usando el “lenguaje brasileño de señas” para hipoacúsicos y, mientras gesticulaba, una intérprete traducía el mensaje en palabras para las miles de personas que lo seguían a las puertas del palacio del Planalto. Detrás de ella estaba su marido, con la banda presidencial. “El trabajo de ayuda siempre fue parte de mi vida y ahora, como primera dama, puedo ampliarlo de manera significativa”, señaló.

Simpatizantes oficialistas hostilizaron ayer a la prensa en la Plaza de los Tres Poderes de Brasilia. Cerca de un millar de personas se encontraba allí al mediodía cuando estalló una rechifla generalizada en el momento en que una periodista intentaban realizar un reporte para una radio. Los presentes comenzaron luego a corear “fuera Globo” junto con cantos hostiles a la prensa y consignas contra jueces del Supremo Tribunal Federal.

El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso y condenado a 12 años y un mes de cárcel, convocó a sus seguidores a “no bajar la cabeza” y les dijo que 2019 será un año para “resistir y luchar”. En una carta de Año Nuevo divulgada por el Partido de los Trabajadores, Lula señaló: “No vamos a bajar la cabeza ni dejar que nos saquen la alegría de vivir, siempre tuvimos coraje de luchar y tenemos coraje para recomenzar”, dijo Lula.

La Policía Federal brasileña registró los domicilios de personas acusadas de alertar la semana pasada sobre un artefacto explosivo que habían colocado en una iglesia de Brasilia y que han hecho amenazas por redes sociales contra el presidente electo, Jair Bolsonaro.

Agencias Reuters, AFP, Telam y ANSA,

y Ámbito Financiero

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