El presidente Alberto Fernández mantuvo este lunes su primer encuentro bilateral con su par de Brasil Lula da Silva. Luego de la reunión, el mandatario argentino escribió en redes sociales: “Vamos a profundizar la relación estratégica que une a nuestros países”. Con la firma de distintos acuerdos, se buscará fomentar exportaciones y las inversiones entre ambos países.
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Agenda de integración con Brasil: destacan que puede generar mayor crecimiento del PBI
Señalan que los nuevos acuerdos bilaterales podrían redundar en mayores exportaciones hacia el principal socio comercial argentino.
En ese escenario, un informe elaborado por el CEPA destacó que esta nueva agenda puede redundar en un mayor crecimiento del PBI argentino mediante un incremento de exportaciones hacia nuestro principal socio comercial.
El estudio analizó el impacto que puede tener para la economía regional el regreso a la presidencia de Lula y destacó que, “se da un renovado impulso a la agenda de integración bilateral que, en sus dimensiones económicas, busca fortalecer el comercio intrarregional y consolidar un esquema productivo sostenible”.
“En términos de relación comercial y crecimiento económico, existe correlación positiva: en los últimos 20 años, cuando Brasil creció, también lo hizo Argentina en el 71% de los casos, siendo el vector que los conecta el comercio bilateral entre ambos países”, destacaron desde el CEPA.
“Este relanzamiento podría significar revertir el deterioro de la relación comercial que empezó con la gestión de Cambiemos: entre los años 2016 y 2019 se implementó un modelo de mayor apertura, desregulación comercial y reprimarización de la economía, que puso de relieve un impacto regresivo en el perfil exportador. También operó la búsqueda por parte de Brasil de nuevos proveedores, relegando la articulación comercial con socios de la región”, agregó el estudio.
Como consecuencia de esto, agregan, para el final del mandato de Bolsonaro en 2022 “se puede identificar una reprimarización de las exportaciones, destacándose un descenso de 6 p.p. en las manufacturas de origen industrial, y en contraposición, una suba en las de origen agropecuario (3 p.p.) y de productos primarios (5 p.p.)”.
En ese sentido, desde CEPA señalaron que “en el frente industrial se busca una mejor complementariedad entre las industrias de ambos países, de modo tal que la integración económica redunde en un balance más equilibrado del intercambio, de la producción y la generación de fuentes de trabajo en ambos países. Los avances más concretos hasta ahora se concentran en el rubro autopartes, un segmento altamente deficitario para la Argentina”.
A modo de conclusión, entonces, el informe destacó que “la penetración con nuevos productos al mercado brasileño, más el sesgo expansivo que se espera en la gestión económica del gobierno de Lula, redundará en un mayor crecimiento del PBI de Argentina vía el aumento de exportaciones hacia nuestro principal socio comercial”.
“En suma, el conjunto de medidas de la agenda de integración le permitirá a la Argentina ir revirtiendo gradualmente el tradicional déficit comercial con Brasil. Cuando el segundo tramo del gasoducto Néstor Kirchner y las obras complementarias estén plenamente operativas, también ayudarán a relajar la restricción externa y comenzar un sendero virtuoso y autónomo de acumulación de reservas internacionales”, concluyó.
Balanza 2022 y algunos “obstáculos”
Después de dos años de superávit, la balanza bilateral con Brasil cerró el 2022 con un déficit de u$s2.250 millones. El rojo comercial fue moneda corriente desde 2004, pero el del año pasado fue menor al de los años previos (desde 2004 y 2018), cuando promedió los u$s3.500 millones anuales.
Más allá de que la llegada de Lula y los acuerdos con el Gobierno argentino, desde la consultora Abeceb destacan que habrá algunos obstáculos para que se den cambios sustanciales en el flujo comercial con Brasil. “Los principales obstáculos para la integración entre los vecinos son los siguientes: la volatilidad y las políticas macroeconómicas incompatibles en ambos países, la baja competitividad sistémica, excepto en sectores de alimentos, y en algunos nichos industriales y de servicios; y el escaso financiamiento para proyectos de integración regional”, destacaron desde la consultora.
“Si bien la predisposición de Lula en avanzar hacia una mayor integración regional podría dar cierto impulso al comercio bilateral -o traducirse en el avance de algunos temas pendientes como el uso de monedas locales para el comercio-, lo cierto es que no se esperan cambios sustanciales en la relación comercial con Brasil”, concluyeron desde Abeceb.
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