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Aguas termales en escenarios naturales

Las Termas de Cacheuta, al aire libre, inmersas en un paisaje imponente.
Cacheuta está ubicado sobre la RP 82, en el departamento de Luján de Cuyo y muy cerca de la localidad de Potrerillos. Distante apenas 38 kilómetros de la ciudad Capital, el establecimiento permanece abierto durante todo el año, entre las 10 y las 18.30.
Con los picos nevados de la Cordillera de los Andes como telón de fondo, Cacheuta ofrece un Parque de Agua Termal y Aventura. Un área natural en la que fueron construidas diferentes piletas con aguas hipertermales, que oscilan de 35 ºC a 50 ºC de acuerdo con los manantiales.
Aguas de deshielo
La particularidad de este complejo mendocino es que sus aguas provienen del deshielo, se infiltran a grandes profundidades, elevan su temperatura y chocan con la roca granítica de Cacheuta para volver a la superficie. La absorción de todos los minerales en este proceso le genera características consideradas únicas en la Argentina.
Por su parte, el Complejo Termal Los Molles se encuentra inmerso en un valle y situado a 50 kilómetros del casco urbano de la localidad mendocina de Malargüe. Se trata de otro de los preferidos por el turismo que busca una propuesta de relax y descanso, en funcionamiento los 365 días del año.
El predio posee una infraestructura hotelera distribuida en tres edificios. Para acceder al lugar, se transita por la RN 40 hasta la intersección con la RP 222, que bordea el río Salado a través de un camino de montaña, en dirección a Valle Hermoso y Las Leñas.
Piscinas descubiertas
El otro complejo, distante 135 kilómetros al oeste de la ciudad de Malargüe, lo constituyen las Termas de Cajón Grande, con cinco piletas descubiertas.
El sitio se ubica en el camino que conecta a la Argentina con el vecino país de Chile, a través del afamado Paso Internacional El Pehuenche.
En el departamento de Las Heras, a escasos siete minutos de la ciudad Capital de Mendoza, se levantan las Termas de Challao. Un complejo situado a 850 metros sobre el nivel del mar, beneficiado por la presencia de un particular clima templado y seco que permite su apertura durante todo el año.
Junto al río Atuel, a unos 2.180 metros de altura sobre la RP 220, el visitante accede a un lugar mágico. Se trata de un abandonado complejo termal que supo ser en las décadas del 30 y el 40 un suntuoso alojamiento de alta gama.
Se trata de las ruinas del Hotel Termas El Sosneado. El manantial de aguas termales es de origen volcánico y en temporada estival recibe turistas que aprovechan sus propiedades curativas.
En 1953, y de manera casi misteriosa, las lujosas instalaciones quedaron prácticamente abandonadas, algunos cuidadores siguieron en el hotel algún meses más, pero el paso del tiempo hizo que todo quedara abandonado.
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