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Lenta, pero con pocas pausas el precio internacional del aluminio pasó de u$s1.435,5 por tonelada del 23/11/15 a u$s2.158,25 ayer (el promedio de los últimos 12 años es u$s2.080; el cierre de plantas chinas de baja rentabilidad o alta polución está apuntalando el precio), marcando una mejora promedio durante el contable 2017 frente al 2016 de 15% (pasó de u$s1.547,2 a u$s1.776,7). Sumemos que el precio del dólar trepó estos doce meses 11,9% y podemos comenzar a analizar los resultados del período. Así, mientras en lo fabril muestra una caída de 24% en las toneladas vendidas de aluminio localmente (efecto del parate económico del país) que más que compensó con el 16% de incremento en las externas (el total aumentó 5%) y una caída de 20% en las ventas locales de elaborados que suma a la merma de 21% en las externas, vemos a las ventas netas creciendo durante este contable 31% a 14.605 millones (esto en un escenario en que el volumen colocado en el exterior creció al 80% del total para el aluminio y 50% para los elaborados, en los dos casos máximos en al menos un lustro). Detractados los costos, que crecieron 30%, queda con un bruto de $4.164 millones, esto es 34% más que un año antes. Luego, la reducción de los gastos de distribución (-13%) y el control de los administrativos (+6%) le permiten quedarse con un saldo operativo de $ 3.314 millones, 55% más que lo logrado en 2015/16. En lo financiero, la fuerte reducción de los costos sumada a la mejora en el resultado de las asociadas, compensan en gran parte el menor ingreso por diferencia de cambio (extraordinario por la devaluación de 2015/16), llegando a un "pre tax" de $3.054 millones, 52% más, que aplicada la mordida del fisco le significa un neto de $2.003.029.567, 55% más que doce meses antes (aplicados integrales son $ 1.941 millones).
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