3 de diciembre 2013 - 00:00

Bombal: retrato de la víctima de una pasión enfermiza

Blanca Lewin: “María Luisa Bombal fue una chilena que revolucionó las letras, describiendo a la mujer como iniciadora y receptora del placer sexual. Escribió poco, pero de hondura. Se la conoce más por su vida atormentada, atraída por el sexo”.
Blanca Lewin: “María Luisa Bombal fue una chilena que revolucionó las letras, describiendo a la mujer como iniciadora y receptora del placer sexual. Escribió poco, pero de hondura. Se la conoce más por su vida atormentada, atraída por el sexo”.
Con perfil bajo pasó por Buenos Aires una de las mejores actrices chilenas del momento, Blanca Lewin, protagonista de la versión trasandina de "La Lola" y también del drama "Bombal", presentado en la Muestra de Cine Chileno del Centro Cultural San Martín, sobre la escritora que le disparó tres balazos al hombre que amaba. Dialogamos con Lewin.

Periodista: De María Luisa Bombal sabemos que escribió "La casa del recuerdo", tortuoso melodrama con Libertad Lamarque. ¿Pero quién era, exactamente?


Blanca Lewin: Fue una chilena que revolucionó las letras latinoamericanas, describiendo a la mujer como iniciadora y receptora del placer sexual. Escribió unas pocas novelas y algunos cuentos. Poco pero de hondura. Se la conoce más por su vida atormentada, atraída por el sexo, alcohólica.

P.: ¿Cómo es esa historia con un ex novio?

B.L.:
Al morir su padre la llevan a estudiar a Paris. Ahí queda con los tíos. Cuando éstos ven que en vez de ir a la Sorbona estaba en un grupo teatral, con Artaud según parece, la fletan enseguida para casa. En el puerto la reciben su madre, sus hermanas, y el ingeniero Eulogio Sánchez Errazúriz, que se había ofrecido a llevarlas. Piloto civil, hombre de acción, el macho sudamericano. El primer tipo que ella ve cuando baja del barco. Son amantes, luego él se aleja, ella lo busca, se pega un tiro en medio de una reunión social, Pablo Neruda se la lleva a Buenos Aires, ahí se relaciona con Borges y otros escritores, escribe ese guión para Libertad Lamarque, se casa con un pintor homosexual, sabiendo que lo era, luego se separa con gran escándalo, vuelve a Chile. Han pasado ocho años, pero sigue obsesionada por aquel hombre. Un día lo ve con su esposa, lo sigue, lo llama, y le pega tres tiros. Enferma, atormentada, infantil.

P.: ¿Lo mató?

B.L.:
Por suerte él sobrevive y levanta los cargos. Ella sale libre pero la mandan bien lejos, a EE.UU., donde se casa y tiene una hija. Tampoco allá fue feliz. Separada de su nueva familia, volvió a Chile. Sé que mis bisabuelos la trataban, mi abuelo la recuerda de visita en casa, pero ya era una mujer molesta que se iba quedando sin amigos.

P.: Personaje ideal para una actriz.

B.L.:
Ya había investigado sobre ella para otros dos proyectos. Este no se me escapó. "Bombal" es una película muy linda, pero yo invito sobre todo a que lean a María Luisa.

P.: ¿La película es fiel a los hechos?

B.L.:
Es bastante ficcionada. Las guionistas (Paula del Fierro y María Laura del Río, madre e hija) le aplicaron a ella ciertas cosas de sus novelas. El baño desnuda en el estanque, a la vista del hombre, es de "La última niebla". Las primas rubias, la enfermedad, de "La amortajada", y así. Hay varios guiños literarios. Al director, Marcelo Ferrari, le gusta llevar la literatura al cine.

P.: Hablemos de su carrera. ¿Realmente es "una actriz para todos los formatos"?

B.L.:
Tengo ese privilegio. Comencé a los 22 años en teatro, radio y televisión, conduje la primera temporada de "La liga" en versión chilena y otros programas, escribo una columna, etc. Ya antes de los 22 hice millones de cortos con estudiantes de cine. Uno de ellos, Matías Bizé, me invitó a protagonizar su primer largo con una oferta muy original. Dijo que me podía pagar dándome la oportunidad de hacer la mejor actuación de mi vida, y me convenció. Esa es "Sábado, una película en tiempo real", donde ando corriendo con vestido de novia por la calle. Costó apenas lo que le costaron las dos cintas de mini DV, el resto lo hicimos gratis. Luego hicimos "En la cama", con Gonzalo Valenzuela, y "La vida de los peces".

P.: Y le llovieron los premios. ¿Y en la televisión?

B.L.:
Integré muchas telenovelas de ambición brasileña, por el despliegue y porque ponían temas nacionales sobre la mesa. Viajábamos mucho, "Iorana" en Isla de Pascua, "La fiera" en Chiloé, "Pampa ilusión" en las salitreras, etc. Hasta que los productores vieron que podían hacer más negocio con series de menor gasto y reality shows. Un día me llaman para hacer "Lola" en versión chilena. Acepté, porque ya estaba aburrida de personajes secundarios, que ahora los añoro, porque aquello fue absorbente, me hacían sentir que el éxito o el fracaso de la tira dependía solo de mí, alargaban la historia, todo eso, pero quedé contenta, esa comedia me hizo crecer mucho como actriz. Después la tevé española hizo otra "Lola" mezclando las versiones argentina y chilena. Ah, una vez vine por un trabajo de radio que al final no hicimos.

P.: ¿Cómo es eso?

B.L.:
Era para Radio Concierto, La voz de los ochenta (solo música de los '80). Llegamos de mañana para ver un recital de Madonna a la noche, e irnos al otro día de tarde. Iba a ser una nota-anticipo de los recitales que ella daría después en Santiago. Pero justo se pospuso el recital y no quisieron cambiarnos las entradas. En suma, pasamos dos días de compras con viáticos pagos. Recuerdo que volvi llena de paquetes, con mi panza de seis meses.

P.: ¿Ahora cuánto tiene el bebé? ¿Ya ve a la madre en la tele?

B.L.:
Cumplirá 5 en febrero, pero no tengo televisor. No por rechazo sino porque me ocupa espacio. Si hay un partido importante, o un debate político, lo vemos online con la notebook conectada a la pantalla grande, porque no tengo televisor pero sí un proyector de cine.

P.: Hablando de rechazo, ¿es cierto que a Bombal le negaron el Premio Nacional de Literatura porque era "asesina y borracha"?

B.L.:
Así dictaminó alguien importante. En cambio Gabriela Mistral tuvo la gentileza de escribir muy bien de ella, el suyo fue un gesto de muy buena crianza. Entonces Chile tenía solo tres escritoras, Mistral, Bombal, y Marta Brunet, que fue cónsul en La Plata y Buenos Aires. De las tres, solo a ella le negaron el premio.

Entrevista de Paraná Sendrós

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