22 de mayo 2019 - 00:02

"Brexit": acorralada, May abre la posibilidad de otro referendo

La premier conservadora pretende una decisión el mes que viene. Después de eso, renunciará. Ofrece como novedad una "unión aduanera temporal" hasta que se negocie en estatus final de la relación entre el Reino Unido y la UE. Escepticismo inicial.

gesto. Perdida por perdida, Theresa May cedió en lo que había sido una línea roja y habilitó la posibilidad de otro referendo sobre el brexit.
gesto. Perdida por perdida, Theresa May cedió en lo que había sido una línea roja y habilitó la posibilidad de otro referendo sobre el "brexit".

Londres - La primera ministra británica Theresa May hizo ayer una gran concesión al Parlamento y a la oposición laborista y ofreció a los legisladores la posibilidad de definir si se celebra un nuevo referendo sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE), pero solo si apoyan el acuerdo del “brexit” que ya rechazaron tres veces.

El posible referendo integra una lista de medidas con las que May intenta persuadir al Parlamento para que apoye un acuerdo de divorcio que permita una salida ordenada, aunque demorada, de la UE, tres años después de que los británicos votaran cortar cuatro décadas de pertenencia del país al bloque.

La jefa de Gobierno conservadora ya dijo que a principios del mes que viene, probablemente el lunes 3, convocará a la Cámara de los Comunes a votar por cuarta vez un acuerdo de retirada, en una sesión que calificó de “última oportunidad” de garantizar el “brexit”.

Tras esa votación, cualquiera sea su resultado, May dijo que dejará el cargo y renunciará como líder del Partido Conservador.

En un discurso que dio ayer en Londres, la premier dijo que la ley que presentará al Parlamento incluirá “un requerimiento para votar si se celebra un segundo referendo” que dé a los británicos otra oportunidad de aprobar o rechazar los términos del “brexit”.

Un nuevo referendo es una exigencia central del Partido Laborista y de otras agrupaciones opositoras cuyos diputados han votado en contra del acuerdo de May.

“No creo que sea el camino que debemos tomar. Pero reconozco la fuerza genuina y sincera del sentimiento que recorre la Cámara sobre este importante asunto”, dijo May, quien siempre se había opuesto a la idea de una nueva consulta.

El referendo, sin embargo, solo ocurriría si el Parlamento aprueba el acuerdo de divorcio y lo convierte en ley, algo que por ahora se presenta difícil, pese a los gestos de último minuto de la premier.

El líder laborista Jeremy Corbyn dijo que el nuevo proyecto de ley de May es solo “un reenvasado del mismo viejo acuerdo, rechazado tres veces por el Parlamento”, informó la BBC.

Ian Blackford, un legislador del proeuropeo Partido Nacionalista Escocés (SNP), dijo que la propuesta es “demasiado poco y demasiado tardía para una primera ministra que va camino irse por la puerta de atrás”.

El giro de May hacia la oposición enojó aún más a los legisladores conservadores pro “brexit”, que ya están furiosos por el hecho de que el Reino Unido no haya salido de la UE en la fecha prevista de marzo último.

Los conservadores rebeldes quieren reemplazar a May por el diputado y excanciller Boris Johnson, un férreo defensor del “brexit”.

El diputado conservador Owen Paterson, un notorio impulsor del “brexit”, tuiteó que la promesa de un nuevo referendo es “un insulto directo a los 17,4 millones de personas” que votaron por salir de la UE en junio de 2016.

El Reino Unido debió haber salido de la UE el 29 de marzo, pero la UE extendió el plazo hasta el 31 de octubre ante el estancamiento político en el Reino Unido.

Conversaciones entre May y los laboristas para tratar de acordar un pacto de retirada colapsaron la semana pasada.

Al presentar hoy lo que calificó de “nuevo acuerdo del ‘brexit’”, May buscó cortejar el voto de diputados tanto pro-UE como pro “brexit”.

A los últimos, preocupados de que la necesidad de mantener abierta la frontera de Irlanda dejará al Reino Unido demasiado atado a las reglas de la UE, les prometió un no especificado “acuerdo alternativo” que evitará una polémica cláusula sobre el estatus del límite conocida como “backstop”.

Pero la mayor parte de sus concesiones estuvieron dirigidas a los laboristas.

May prometió que el Reino Unido mantendrá altos estándares en derechos laborales y protecciones medioambientales, prioridades de la izquierda.

La primera ministra no aceptó, sin embargo, la principal exigencia de estos: una unión aduanera permanente con la UE.

Lo más lejos que llegado fue a proponer una “unión aduanera temporal”, solo para mercancías, hasta las próximas elecciones en el Reino Unido, previstas por ahora para 2022.

Agencias AFP y ANSA

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